Dra. Ma. Elizabeth de los Rios Uriarte
Profesora e investigadora Facultad de Bioética
Universidad Anáhuac México
En medio de tantos casos de muertes y de sufrimiento humano en el último año, la propuesta transhumanista de crear una nueva especie humana libre de dolor, envejecimiento, y con capacidades intelectuales y cognitivas superiores a las actuales, suena apetecible y más realista que nunca; sin embargo, hay que advertir los riesgos que esta corriente conlleva en su práctica al implicar, entre otras cosas, nuestra propia desaparición como humanos.
El Transhumanismo es un movimiento científico, filosófico y cultural que parte de la idea de mejorar la especie humana para convertirla en una mejor, carente de la invalidez en que el límite humano nos sumerge como el envejecer, el sentir dolor, morir, o experimentar el detrimento progresivo de nuestras capacidades físicas y cognitivas.
Afirma que la evolución no ha terminado y que aún es posible, con la ayuda de la tecnología y de la ingeniería genética ir transitando hacia una especie mejor, abandonar el límite humano y convertirnos, primero en transhumanos y, luego, en posthumanos.
Los transhumanos son los individuos que han sido modificados a nivel genético para no desarrollar ciertas enfermedades o con la incorporación de las biotecnologías para potenciar capacidades físicas como la vista, la audición o la memoria. El problema ético fundamental que comporta este deseo es que el ansia de querer siempre más es incontrolable y una vez que probamos los efectos de una pastilla para mantenernos alerta y lúcidos, de una operación láser para ver más nítidamente o de usar ciertas tecnologías para ganar juegos deportivos, no sentir miedo ante peligros inminentes, aprobar exámenes difíciles, etc, no hay vuelta atrás, siempre querremos más y más. Existe una hybris, o deseo incontrolado en el ser humano incapaz de diferenciar cuándo es importante curar una condición o mejorar una capacidad para que la persona pueda desempeñarse mejor en sus actividades diarias y cuándo se trata solamente de un deseo de perfeccionamiento tan improbable como lo es la idea misma de perfección. La diferencia entre curar y mejorar es diáfana cuando en el horizonte se dibuja la perfección.
En la película Limitless, el personaje se adentra en un camino sin fin cuando descubre una pastilla que le permite una lucidez mental tal que es capaz de escribir un libro sin detenerse hasta que su adicción a la misma comienza a tener consecuencias indeseables. Por su parte, Lucy, el personaje de ciencia ficción que es potenciada cuando ciertas sustancias explotan en su interior, termina por convertirse en un USB con información privilegiada que es entregado al final de su existencia como prueba de su paso por este mundo. Ambos personajes fueron mejorados hasta la perfección, pero ésta terminó por no ser lo que ambos aspiraban.
El segundo estrato al que aspiran los transhumanistas es al posthumano, un ser humano que viva al menos 500 años, con un IQ el doble de lo más alto conocido a la actualidad y, por supuesto que no sea amenazado por fenómenos naturales o patógenos que pongan su vida en peligro, es decir, un ser humano no humano.
La salud sólo se entiende a partir de su contrario: la enfermedad, y entre ellas hay un nexo inseparable. Si lo que se quiere erradicar es lo segundo, al hacerlo, lo primero carece de sentido. En el esquema planteado, hablar de salud sería tan impráctico como el mismo ideal de perfeccionamiento al que anhelan.
El uso de las biotecnologías y de la ingeniería genética es altamente deseable y debe siempre procurarse con el objetivo de aliviar y prevenir enfermedades, de brindar una mayor calidad de vida, de erradicar condiciones amenazantes para la supervivencia, pero advierte, en sí mismo, algunos riesgos como el querer transformar la especie humana en algo tan perfecto que de tanto serlo, deje de ser humana. Quizá sea precisamente nuestra fragilidad, nuestro dolor y sufrimiento, nuestro límite y vulnerabilidad lo propio de la condición humana y lo que nos hace verdaderamente humanos.
Categoría:Bioética
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No cabe duda que los esfuerzos realizados por lograr una mayor igualdad entre la mujer y del hombre han sido muchos y necesarios. Pero yo me pregunto, ¿ha sido positivo este cambio? ¿somos más felices las mujeres de hoy que las que vivieron décadas atrás? Es algo difícil de responder ya que, por un lado, vemos a mujeres en puestos públicos y privados, egresadas de universidades y superándose cada día más, y por el otro, observamos que las depresiones, adicciones, divorcios y suicidios en mujeres incrementan día a día.
Vale la pena recapacitar sobre lo que está ocurriendo, sobre todo, porque es evidente que el papel del hombre a lo largo de los años ha sido el mismo. Somos nosotras quienes hemos cambiado e incidido, sin duda alguna, en la dinámica social
Los años dedicadas al estudio y al trabajo por y para la mujer mexicana, me han llevado a concluir que el tipo de feminismo que realmente valora tanto a la mujer como al hombre y, por tanto, el que más beneficia a nuestra sociedad, es el feminismo en equilibrio, donde las mujeres en lugar de buscar una óptica feminista, luchamos por una óptica femenina en la cual se contempla al hombre y a la mujer como un todo.
Reconocemos que la mujer necesita del hombre y viceversa, por lo que ella lo debe involucrar en la paternidad, en la educación de los hijos, para que su intervención no sea solo biológica, sino total. La mujer y el hombre somos un complemento, no una competencia; con igualdad de derechos y responsabilidades.
En este mundo lleno de cambios y oportunidades para nosotras, tenemos el gran reto de crear una figura de mujer, que, en contraposición con las formas radicales de feminismo, desarrolle en toda su amplitud y armonía las riquezas de la auténtica feminidad en los diferentes papeles que a cada una le ha tocado vivir: como esposa, madre, soltera; como profesionista o estudiante, como hija, amiga y como ciudadana.
Debemos sentirnos orgullosas de ser mujeres, no hacer a un lado nuestra esencia, ni mucho menos negar nuestras cualidades:
- Feminidad: mostrar que eres mujer en el vestir, hablar y actuar. Es un error pensar que para ser más moderna se tiene que ser menos femenina.
- Comprensión: la mujer posee una gran empatía hacia los demás, sabe ponerse en su lugar y entender lo que está viviendo el otro.
- Intuición: ese sexto sentido que nos indica cuando algo no está bien. Es la voz que nos hace decir: no me late, no lo creo, no me gusta.
- Atención a lo concreto: dirigirse más a lo profundo, al detalle.
- Creatividad e ingenio: capacidad de presentar lo cotidiano, con un toque de alegría y satisfacción.
- Generosidad: una especial entrega hacia los demás, tanto cercanos como lejanos.
- Compromiso: la mujer pone su corazón en lo que hace.
- Capacidad de escucha: ella no oye palabras, sino corazones
- Servicio: amor, disponibilidad, dedicación y entrega a los demás.
La mujer humaniza de manera natural los ambientes donde se desarrolla: la familia, la oficina, la escuela. No debe negarse la posibilidad de imprimir ese toque por competir con los hombres y adoptar sus características.
El hombre y la mujer tenemos la misma dignidad: somos dos caras de una única moneda que es el ser humano. Por lo tanto, es importante dejar de equiparar el significado de diferente con calificativos como mejor o peor. Y es que la persona existe de dos modos: el femenino y el masculino.
Necesitamos de hombres y mujeres para vivir y hacer crecer plenamente nuestras cualidades; aprovechemos estas diferencias para crecer juntos como personas y mejorar así la sociedad.
Los desafíos son muchos, pero hay que afrontarlos. Tenemos el gran reto de vivir nuestra feminidad en un mundo en el cual ya no se exige ser femenina. Tenemos el gran reto de ser madres y enseñar a ser madres, en un mundo en el cual ya no se valora la maternidad. Tenemos el gran reto de ser mujeres que vivan su vida en equilibrio y tranquilidad.
Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com. Facebook: Lucia Legorreta
Categoría:Vida
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Por : Dora García Fernández
El derecho que poseen las personas de poder excluir a las demás personas del conocimiento de su vida personal, es decir, de sus sentimientos y comportamientos, es el derecho a la intimidad o a la privacidad. Dicho de otro modo, es la facultad que tiene un individuo de disponer de un terreno o espacio de su libertad individual, el cual no debe ser invadido por otras personas, sin su consentimiento.
La intimidad es el poder que posee una persona sobre el conjunto de actividades que conforman su círculo íntimo, personal y familiar. Este poder es el que le permite excluir a extraños de entrometerse en él y darle una publicidad no deseada. La intimidad es, asimismo, el área abstracta que una persona reserva para un grupo cerrado de gente, generalmente su familia y amigos. Los límites de la intimidad no son precisos y dependen de distintas circunstancias.
El derecho a que ciertos aspectos de nosotros mismos no sean conocidos por los demás, es una especie de “derecho al secreto”, a que los demás no sepan lo que somos, lo que sentimos y lo que hacemos. Pero, cuando existe un encuentro interpersonal, es decir, cuando dos individuos se liberan de las distancias establecidas por las pautas sociales, esta mera cercanía hace surgir la intimidad entre ellos.
La regulación del derecho a la intimidad en nuestro país es muy vaga y en muchas ocasiones al ejercer el derecho a la libertad de expresión se viola el derecho a la intimidad de las personas.
Algunos supuestos que violan el derecho a la intimidad son por ejemplo: entrar al domicilio de una persona sin su consentimiento, divulgar públicamente hechos privados, la intromisión en los espacios o en las pertenencias de la persona, la venta de bases de datos personales proporcionados a alguna empresa para ser utilizados con fines de propaganda y marketing, etc.
Pero, ¿hasta dónde llega el derecho a la intimidad de una persona? Cada día se da más el caso de publicar reportajes sobre el hogar familiar o sobre algún acontecimiento familiar como un bautizo o una boda, esto implica que el titular haya dado el consentimiento expreso para que se publiquen, o en el caso de los personajes famosos, hayan dado la llamada “exclusiva”, ¿no es esto como poner en venta una parte de su intimidad?
En estos casos el derecho a la intimidad se ve afectado por el interés social del resto de las personas en conocer su vida íntima. El vender exclusivas de los eventos íntimos significa la renuncia parcial de la vida privada pero sin que esto suponga en ningún caso la renuncia total de su derecho a la intimidad.
Al respecto la doctrina española establece que si la actividad de la persona es pública, las demás personas tienen derecho a conocer datos que pertenezcan a su círculo íntimo, pero por supuesto, datos que sean verdaderos, porque si son falsos, la persona pública tiene derecho a la protección de su honor. Por lo tanto se puede decir que el derecho de intimidad de una persona pública se diluye o disminuye en beneficio de los ciudadanos a los cuales afecta su actividad pública.
Nos encontramos ante personas que han buscado publicidad y la han admitido, que han permitido que su actividad se convierta en pública y por lo tanto la prensa tiene derecho a informar al público sobre temas que se han convertido de interés general. Es aquí donde la ley no delimita claramente dónde comienza la libertad de expresión y dónde termina el derecho a la intimidad.
Por otro lado, la proliferación de los blogs y de las redes sociales como Facebook, MySpace y Twitter en Internet y de los llamados “reality shows” en televisión, han generalizado lo que ahora se conoce como “extimidad” nueva palabra que significa algo así como hacer externa la intimidad, hacer pública la vida privada. En efecto, las personas tanto públicas como privadas que entran en este tipo de programas y redes sociales de alguna forma hacen del dominio público su intimidad. Una página de Facebook contiene una dosis de la vida íntima de una persona. Reflexiones, fotos, recomendaciones, estados de ánimo, ocurrencias, sentimientos… una serie de intercambios de intimidades. Pareciera que lo introspectivo se está debilitando ante la extimidad. Cada vez las personas se definen más por lo que pueden mostrar a otros y construyen su identidad a través de una red social. Lo que antes se quedaba en privado o con los amigos más cercanos ahora es público en las redes sociales.
Ante esto es muy importante reflexionar sobre el contenido que se quiere compartir y el que no, pero sobre todo, filtrar cuidadosamente a las personas que puedan acceder a esta información de nuestra intimidad para evitar que se cometan delitos, ya que estas redes pueden llegar a ser territorio fértil para que abusadores sexuales, secuestradores o extorsionadores obtengan información.
A pesar de este nuevo fenómeno de la “extimidad”, toda persona tiene derecho a que se respete su intimidad, y por tanto, su dignidad, y debe ser ética y jurídicamente condenable todo hecho que viole este derecho.
En efecto, la intimidad como la entendíamos anteriormente sigue existiendo, pero para una gran cantidad de personas ya no es la forma más importante de vivir su identidad y tampoco les preocupa protegerla. Todo indica que la extimidad le está ganando terreno a la intimidad…
Categoría:Bioética
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¿Estás o has estado enamorado alguna vez? Sabes lo que le ocurre al cerebro tanto de hombres como de mujeres cuando se encuentran en esta situación?
El amor romántico es un fenómeno universal, de siglos de tradición, el sentimiento humano sobre el que más se ha pensado y escrito. Por ningún otro se ha sufrido ni disfrutado con tanta intensidad.
Sin embargo, la neurociencia del amor, que apenas tiene 30 años ha descubierto algo muy importante: enamoramiento y amor no son lo mismo.
El amor es duradero, maduro, acepta errores. El enamoramiento es transitorio y no es que no acepte equivocaciones, simplemente no las ve. Cuando nos enamoramos, en realidad no vemos al otro en su totalidad: la persona observada funciona como una pantalla donde proyectamos aspectos idealizados de nosotros mismos.
Nos dice Louann Brizendine, neuropsiquiatra y autora de los libros El cerebro femenino y el cerebro masculino:
“Enamorarse es una la de las conductas o estados cerebrales más irracionales que cabe imaginar tanto en hombres como en mujeres. El cerebro se vuelve ilógico, en el umbral de un nuevo romance, ciego a las deficiencias del amante.
Es un estado involuntario. Estar apasionadamente enamorado, o el llamado amor enajenado, forma un estado cerebral estudiado y documentado en la actualidad”
Veamos entonces, que pasa con nuestro cerebro cuando nos enamoramos, que les sucede a nuestros hijos adolescentes cuando conocen a ese joven o esa joven que los vuelve locos. Es interesante lo que la ciencia nos demuestra.
Esa suerte de amor convive en los circuitos cerebrales con estados de obsesión, manías, embriaguez, sed y hambre. No es una emoción, pero intensifica o disminuye otras emociones.
Los circuitos del enamoramiento son primariamente un sistema de motivación que es diferente en el área cerebral del impulso sexual, pero tiene superposiciones con la misma.
Esta actividad cerebral febril funciona sobre hormonas y sustancias neuroquímicas tales como la dopamina, el estrógeno, la oxitocina y la testosterona.
Los circuitos cerebrales que se activen cuando estamos enamorados igualan a los del drogadicto que ansía desesperadamente la siguiente dosis.
Vamos a explicarlo en forma sencilla: aparecen dos vías: una estimulante que concentra nuestra atención y nuestros sentimientos en esa persona produciendo por un lado sensación de intenso placer y a la vez de relajación; y otra inhibitoria, descartando todas las características negativas, impidiendo apreciar los errores e incapacitando al observador para emitir juicios sobre la persona de la que está embelesado.
La corteza pre frontal es la más racional del cerebro, la que nos hace pensar, razonar, valorar pros, contras y alternativas, hacer al fin y al cabo juicios.
Si observar o pensar en la persona amada hace que esta región cerebral se apague, es comprensible que exista tendencia a obviar sus fallos. No concebimos que nuestro amado pueda tener malas intenciones ni observamos en él defectos.
Al visualizar a la persona amada, se estimula el sistema límbico y se produce una liberación de dopamina, la sustancia del amor, del placer, del disfrute…y de la adicción.
Se asocia con la motivación y las conductas orientadas a alcanzar un fin, por lo que buscamos las cosas que tenemos en común, pudiendo hacer que cambiemos hábitos como nuestra manera de vestir o nuestros gustos personales con tal de agradar. Si surgen obstáculos en la relación, los sentimientos se intensifican: el llamado efecto Romeo y Julieta, ante la adversidad aumenta la producción de dopamina.
La noradrenalina también se incrementa y ayuda a focalizar la atención, recordaremos detalles minúsculos del ser amado y del tiempo que hemos pasado juntos.
La disminución de serotonina conlleva una tendencia al pensamiento obsesivo. No podemos dejar de pensar en él o ella, analizamos todo lo que hace, lo que dice, lo que piensa. Cualquier pequeña muestra de desatención puede desencadenar una cascada de inseguridades y temor a la pérdida.
El enamoramiento produce un estado de excitación cerebral tan intenso que impide desarrollar cualquier otra actividad, por eso se ha de terminar. No se podría vivir en un estado de enamoramiento constante, el cuerpo no lo soportaría y nuestra responsabilidad social tampoco. Por eso necesitamos el amor.
¿Cuándo dura el cerebro enamorado? Los estudios sobre el amor apasionado muestran que dura de seis a ocho meses, y he algunos llegan a afirmar que hasta dos años.
Mi consejo personal: una pareja no debe casarse cuando están enamorados, dejen pasar por lo menos año o año y medio de que se conocieron para tomar esta decisión tan importante en la vida.
Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com. Facebook: Lucia Legorreta
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Por: Fernando Nañez Delgadillo
La justicia tiene su origen y fundamento en la ley de naturaleza, pues en la libertad absoluta del estado natural no existe lo justo o injusto, cuando los hombres entraron en sociedad haciendo el pacto o convenio de no agresión, entonces el cumplimiento de este pacto se llamó “lo justo” mientras que su incumplimiento se le determinó con el nombre de “lo injusto”.
And in this law of nature consisteth the fountain and original of justice. For where no covenant hath preceded, there hath no right been transferred, and every man has right to everything and consequently, no action can be unjust. But when a covenant is made, then to break it is unjust and the definition of injustice is no other than the not performance of covenant. And whatsoever is not unjust is just.
Sobre lo justo e injusto es necesario distinguir entre su atribución al hombre o a la acción de éste, la adecuación del estilo de vida de un hombre con la razón harán del hombre un hombre justo, sin embargo la adecuación o no adecuación de una acción particular con la razón harán a esa acción justa o injusta. La justicia de las acciones así mismo se dividen en dos: conmutativas y distributivas. Hobbes basándose en Aristóteles habla de estos dos tipos de justicia en donde la primera se fundamenta en la proporción aritmética y la segunda en la proporción geométrica, viendo una la virtud cualitativa y la otra cuantitativa.
La filosofía moral es la encargada de exponer la ley natural, pues esta se encuentra en el foro interno de todo hombre, esta ley es inmutable y eterna, pues es el principio mismo del fundamento de la sociedad, esta ley no es dada al hombre por la razón, pues esta solamente maquina teoremas para la propia conservación, además una ley tiene que ser decretada por una autoridad, siendo por tanto la única autoridad natural sobre el hombre: Dios.
The laws of nature are immutable and eternal; for injustice, ingratitude, arrogance, pride, iniquity, acception of persons, and the rest can never be made lawful. For it can never be that war shall preserve life, and peace destroy it.
El primer principio de la ley natural es la auto conservación de sí mismo, en efecto, este principio manda utilizar la propia libertad para preservar la vida y utilizar la razón para obtener por los medios más convenientes este fin. Esta ley natural es establecida por la razón, la cual manda obrar en favor de la vida y condenar todo lo que sea contraria a esta, por ello esta primera ley ordena la búsqueda de la paz, siendo necesario para lograr este fin emplear todos los medios necesarios para la conservación de esta. En esta primera ley se pone en manifiesto la tesis sobre la natural maldad del hombre, permitiendo todo lo que sea posible para preservar la propia vida, estableciendo una legítima defensa sin regulación de una medida justa a la posible agresión.
And consequently it is a precept, or general rule of reason: that every man ought to endeavour peace, as far as he has hope of obtaining it; and when he cannot obtain it, that he may seek and use all helps and advantages of war.
La segunda ley emana de la primera siendo esta la legitima asociación con otros hombres que busquen así mismo la paz y la defensa propia. En esta ley el hombre renuncia a su derecho de libertad originaria y absoluta, pues al entrar en sociedad se hace el primer contrato originario estableciéndose así la primera regla moral natural: trata a los demás como quieres ser tratado, por ende al renunciar todos los miembros de la comunidad a su libertad absoluta se comienza la regulación del comportamiento humano. Es necesario distinguir que en este punto el hombre no transfiere un derecho sino que renuncia a él, es decir que el individuo está obligado a cumplir su deber de no hacer la guerra a otros, es decir de cometer injusticia contra ellos, no porque ellos merezcan dicho trato, sino porque él mismo ha renunciado al ejercicio de su libertad absoluta, conservando sin embargo toda vía la capacidad de romper este convenio natural, pues el ejercicio de esta libertad absoluta es regulado pero no suprimido al entrar en la sociedad.
From this fundamental law of nature, by which men are commanded to endeavour peace, is derived this second law: that a man be willing, when others are so too, as far forth as for peace and defence of himself he shall think it necessary, to lay down this right to all things; and be contented with so much liberty against other men as he would allow other men against himself.
La tercera ley de la naturaleza es el paso lógico de la segunda, esta manda cumplir los convenios realizados con los hombres que entraron en sociedad, pues de lo contrario sería una ilusión la reunión en una sociedad por parte de los hombres pues estos seguirían en estado natural de guerra. La justicia por tanto no es otra cosa que cumplir las normas que el hombre aceptó libremente al entrar en sociedad para regular su conducta, todo incumplimiento con este pacto será la injusticia. Para que un convenio sea válido es necesario que no exista temor para su cumplimento de la otra parte, es aquí en donde nace la necesidad de un poder ordenador externo coactivo que vigile por el cumplimiento de este contrato: el Estado. Dado que al hacer un convenio se quiere el fin que se propone con dicho convenio, por tanto se acepta implícitamente los medios necesarios para el establecimiento de dicho fin.
From that law of nature by which we are obliged to transfer to another such rights as, being retained, hinder the peace of mankind, there followeth a third; which is this: that men perform their covenants made.
La cuarta ley de naturaleza Hobbes la ve en la justicia retributiva, en efecto la gratuidad del renunciar al propio derecho conlleva a que el otro me retribuya absteniéndose así mismo de su propio derecho, esto lo expone como una forma de gratitud, pues todo hombre da interesadamente para recibir algo a cambio, por ello sin esta justicia retributiva todo convenio carece de confianza y se volverá al Estado de naturaleza. El incumplimiento de esta justicia rompería la benevolencia de cualquier convenio haciendo imposible cualquier posible reconciliación entre los hombres.
And is the fourth law of nature, which may be conceived in this form: that a man which receiveth benefit from another of mere grace endeavour that he which giveth it have no reasonable cause to repent him of his good will.
La quinta ley natural es la empatía, es necesario para una buena convivencia social el que los integrantes de la comunidad puedan lograr una cierta forma de adaptación o comodidad en las cosas o normas superfluas que la convivencia social exige, así pues un hombre antisocial, intratable y obstinado en sus ideas contrarias a estas exigencias superfluas es mejor expulsarlo de la comunidad pues ello tarde o temprano conllevará al inicio de conflictos entre los hombres.
A fifth law of nature is complaisance; that is to say, that every man strive to accommodate himself to the rest.
La sexta ley natural es la del perdón, en efecto, cuando se ha garantizado ya para el futuro la auto conservación de los miembros de la comunidad, si un hombre ha cometido ofensas a los otros y arrepintiéndose pide sincero perdón garantizando este concretamente en el firme propósito o convenio de no cometer injurias en el futuro, se le debe ser concedido dicho perdón, de lo contrario sería una aversión contra la paz y una promoción de la guerra el negárselo.
A sixth law of nature is this: that upon caution of the future time, a man ought to pardon the offences past of them that, repenting, desire it.
La séptima ley natural está ligada a la retribución de las injurias o injusticias cometidas, retribuyendo estas por medio de la venganza, el punto clave de esta retribución no es una venganza encarnizada en donde se busque el daño por el daño al agresor, sino que tiene un sentido de correctivo ejemplar, empleándose únicamente cuando el agresor no muestra señales de arrepentimiento y por ende no pone las garantías para un cese a las hostilidades, de lo contrario la violencia traerá más violencia desembocando en una guerra sin fin, siendo el nombre de esta: la crueldad. La octava ley por tanto será no declararle odio a nadie.
A seventh is: that in revenges (that is, retribution of evil for evil), men look not at the greatness of the evil past, but the greatness of the good to follow.
La novena ley es la ley que defiende la igualdad entre los hombres, Hobbes hace una crítica al modelo propuesto por Aristóteles sobre los hombres libres y los esclavos, en efecto, dice Hobbes que por naturaleza ningún hombre es mejor que otro, lo que hace diferentes a los seres humanos son las leyes civiles, no las naturales. Los hombres no están destinados a mandar o servir como decía Aristóteles, sino que esto incluso va en contra de la razón y la experiencia puesto que los gobernados cuando se sublevan pueden gobernar a los gobernantes.
And therefore for the ninth law of nature, I put this: that every man acknowledge another for his equal by nature. The breach of this precept is pride.
La décima ley es la ley de la (pleonexia), es decir de una igualdad dada por la naturaleza a todos los hombres, por esta ninguno puede exigir para sí mismo lo que no le pueda así mismo ser atribuido a otros hombres, deseando más para sí de lo que en justicia le corresponde. La ley número once es la ley de la equidad, en donde como consecuencia lógica se prohíbe la arbitrariedad, originando así la imparcialidad en los juicios como condición de la justicia, de lo contrario la corrupción de esta ley de honestidad degenera en que los hombres al ver que la injusticia no es retribuida en equidad recurrirán por tanto al recurso de la guerra para la solución de sus conflictos.
On this law dependeth another: that at the entrance into conditions of peace, no man require to reserve to himself any right which he is not content should he reserved to every one of the rest.
La duodécima es la ley de la proporción, en donde todos tienen derecho al uso de las cosas comunes, este derecho es ilimitado cuando la propiedad es ilimitada, si la propiedad común es limitada su uso tendrá que ser proporcionado, pues todos tienen derecho a ella. En caso que esta propiedad no pueda ser de uso público, no divisible de tal forma que sea esta para todos, entonces la decimotercera ley impone el sorteo de la misma. Existen dos clases de sorteos, uno arbitral en donde las dos partes del conflicto compiten, determinando un juez de mutuo acuerdo para que este constate al vencedor, y otro natural que es por un lado la progenitura o así mismo la ley de la primera apropiación. Los agentes de paz (jueces) deben poseer salvoconductos cuando trabajen para una intercesión o mediación de la paz con el fin de terminar un conflicto, esto conlleva que es necesario la sumisión a un arbitrio común por parte de los agentes en conflicto, para asegurar la imparcialidad del veredicto es necesario que sea un tercero y no tenga ninguna ganancia de entre medio, este arbitro o juez podrá buscar en caso que no pueda fiarse de las partes a testigos del litigio para ayudarse a tomar la sentencia.
Categoría:Bioética
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Dra. Ma. Elizabeth de los Rios Uriarte
Profesora e investigadora de la Facultad de Bioética
Universidad Anáhuac México
Desde hace un par de semanas se ha comenzado la aplicación de la esperada vacuna contra el coronavirus y, a pesar de las bondades que conlleva, existen algunas inquietudes éticas respecto de su admisibilidad ética en función de que algunas de ellas, han sido creadas, a partir de líneas celulares de embriones abortados, levantando así la interrogante moral sobre la cooperación al mal.
Algunas consideraciones valen la pena ante esto. Lo primero es que, en efecto, la mayoría de las vacunas desde la de la rubeola y sarampión hasta la de hepatitis y varicela se generan a partir de líneas celulares de embriones abortados en las décadas de los años sesenta y setenta. Concretamente son dos las más comúnmente usadas: la primera, WI-38, proveniente de un pulmón de un feto femenino abortado en 1964 y la MRC-5 de células de pulmón de un feto masculino abortado y desarrollada en 1966.
Para el caso de la vacuna contra el COVID, las dos líneas celulares usadas son: 1) HEK293 desarrollada en Holanda en 1973 a partir del riñón de embrión abortado y 2) PERC6 desarrollada en 1985 a partir de tejido de retina de un embrión abortado.
Ahora bien, las vacunas actuales ya no conllevan las células originales de estos embriones abortados y tampoco requieren más abortos para generar otras líneas celulares, lo que implica que los abortos cometidos en su momento, distan mucho de ser abortos actuales.
Con lo anterior y en el terreno del análisis moral, se puede decir entonces que, la cooperación al mal puede ser de dos maneras: formal o material. La formal se refiere a la intención mientras que la material a los medios o circunstancias que ayudan a ejecutar la intención. En el caso de quienes deseen vacunarse, cabe aclarar, que no se tiene la intención manifiesta de cometer un aborto para utilizar al embrión y que, en la mayoría de los casos, tampoco se aprueba esta conducta si no que se busca el bien mayor de la protección de la salud y de la vida. Por ende, la cooperación no es formal así como tampoco material ya que quien se aplica la vacuna no participó ni ayudó directamente a quien cometió el aborto. Por ende, no hay responsabilidad ética, moral o religiosa en aplicarse la vacuna.
También es importante mencionar que la persona que se vacuna no coopera de forma próxima con el aborto ya que, como dijimos antes, las células utilizadas actualmente distan más de 50 años de las células originales.
Una consideración más, recae en el terreno de la cooperación pasiva al mal que se ha cuestionado mucho en el caso de la vacuna contra el COVID y ante lo cual hay que mencionar que, lo que se espera de quienes tengan convicciones religiosas que concuerden con que la persona humana no debe ser utilizada como medio para conseguir ningún fin deben 1) manifestar expresamente su rechazo a los medios en que esas vacunas fueron generadas y exigir a la comunidad científica el descubrimiento y creación de otros medios que no utilicen células de embriones humanos y 2) aplicarse estas vacunas SÓLO si no existen otras en cuyo proceso no se hayan utilizado líneas celulares humanas. Con esto, no hay cooperación pasiva si no todo lo contrario: el acto se denuncia y se expresa la necesidad de utilizar medios que no pongan a la persona al servicio de la ciencia si no viceversa.
Lo anterior y con el propósito de despejar cualquier duda sobre la licitud ética de la aplicación de las vacunas sugiero la lectura de dos documentos de autoridad: el primero redactado en 2005 llamado “Reflexiones morales acerca de las vacunas preparadas a partir de células provenientes a partir de fetos abortados” emitido por el entonces presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Monseñor Elio Sgreccia y el segundo en 2017, emitido también por la Academia Pontificia para la Vida titulado “Note on italian vaccine issue”, ambos disponibles en la web.
Por último, cabe decir que, cada persona tendrá la responsabilidad, apelando a su conciencia, de decidir si se aplica o no la vacuna considerando sus factores de riesgo y circunstancias particulares así como las de quienes le rodean; no obstante, el acto de vacunación representa una responsabilidad social de cara al bien común y se constituye, así, en un acto de autocuidado y cuidado mutuo contribuyendo al bien común de la sociedad.
Categoría:Bioética
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¿Te has preguntado porque hacemos grandes propósitos y no los cumplimos? Y todavía más importante: ¿Cuándo los hacemos?. Hoy vamos a reflexionar sobre este tema.
Los hacemos cuando una parte de nosotros reconoce lo que debería estar haciendo y no hace, Dicho de otro modo, un propósito suele ser una obligación que nos imponemos, generalmente cuando empieza un año calendario o un año escolar.
Pero resulta que no nos gusta hacer nada por obligación, y menos aún si es por y para nosotros mismos. Aquí entra la verdadera auto motivación.
Cuantas veces hemos dicho: este año seré puntual…voy a dedicar más tiempo a la familia…haré más deporte….aprenderé computación, inglés…me tomaré las cosas con más tranquilidad…y otros muchos propósitos.
Como ya mencionamos, estos propósitos generalmente coinciden con épocas de inicio, como si pusieramos el marcador de nuestro reloj en ceros, como si el tiempo fuera nuestro amigo y nos va a dar un empujón.
Todas son frases que hablan de un escenario futuro, que estamos convencidos debemos cambiar. La realidad, es que esto no funciona así: las buenas intenciones NO son suficiente.
Lo que realmente cuenta es la capacidad de motivarse a uno mismo, de encontrar las fuerzas movilizadoras en nuestro interior, sin tener que esperar a que estímulos externos nos pongan las pilas. Estamos acostumbrados a una sociedad con todo tipo de estímulos, a un sistema educativo que premia los resultados finales y a la competitividad; a un sistema productivo basado en el ejemplo del palo y la zanahoria.
Estamos poco entrenados en la tolerandia a la frustración, a la espera paciente y al esfuerzo disciplinado.
Es por ello que las intenciones deben de ir acompañadas de una estrategia. Te has propuesto algo, ahora define como lo vas a hacer, en que tiempo y bajo que condiciones.
¿Quieres empezar a hacer ejercicio? Define que tipo de ejercicio vas a realizar, en donde, cuanto tiempo, que ropa necesitas, lo harás solo o acompañado. Las condiciones deben ser realistas y graduales.
De nada sirve proponerte algo que está fuera de tu realidad, o empezar a hacer ejercicio una hora al día, ya que lo dejarás de inmediato.
Automotivarse, como todo, es un aprendizaje. Y aprendemos entrenándonos. Y nada mejor para lograrlo que unas cuantas pequeñas frustraciones, para darnos cuenta de que podemos sobrevivir y seguir adelante.
La automotivación se ejercita cuando somos capaces de orientarnos hacia el logro, obteniendo como beneficio la satisfacción del esfuerzo realizado, por la ilusión y el optimismo que hemos generado en la aventura de conquistar nuestros propios retos.
No basta tener propósitos, tenemos que orientarlos a metas, sueños y deseos. Sueña alto, proponte metas altas. Pero no te quedes ahí, una vez definido el objetivos, establece estrategias: acciones muy concretas con horarios y fechas, y verás que cada vez serán menos los propósitos fallidos.
Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com. Facebook: Lucia Legorreta
Categoría:Vida
Etiquetas: año nuevo, Bioética, Bioética para todos, estrategias, Ética, objetivos, propositos
Autor: Fernando Nañez Delgadillo
Tous les êtres humains naissent libres et égaux en dignité et en droits. Ils sont doués de raison et de conscience et doivent agir les uns envers les autres dans un esprit de fraternité.
El primer artículo de la declaración universal de los derechos humanos constituye la base y fundamento de todos los derechos individuales y sobre el cual se fundamenta todos los demás artículos de esta constitución, éste expresa la existencia y consistencia de la naturaleza humana y las cosas que tienen en común todo el género humano, por lo cual estos derechos son invaluables, inviolables e inalienables a toda persona humana.
La primera afirmación del primer artículo distingue el sujeto al cual están destinados estos derechos, es por ende necesario que se entiende por ser humano, en efecto como su nombre lo indica es ser y humano, ser; puesto que su existencia es ineludible, es decir que posee en sí mismo la cualidad de ser, cosa que tiene en común con el resto de lo existente, siendo aquello que lo distingue de todo lo demás su humanidad, esta diferencia es su esencia o substancia, es decir el contenedor de su ser y sus potencias o facultades humanas, siendo estas las que hacen al hombre ser hombre: razón y libertad.
La primera facultad humana expuesta es la libertad, en efecto la capacidad de autoderminación de los propios actos por medio de la inteligencia y la voluntad más allá de la determinación natural de los instintos, es lo que confiere al ser humano su diferencia especifica del resto de las cosas existentes, elevándolo a un rango mayor del animal siendo por ende la cúspide del orbe, convirtiéndose así en el límite y confín del mundo material dejando entrever con su libertad una cierta finalidad de su vida y de sus actos hacia otro mundo trascendente hacia el cual dirige sus actos y sin el cual la responsabilidad de sus acciones carecería de sentido.
La naturaleza, entendida esta como el modo normativo de operación dado desde el nacimiento del objeto es evidente y previsible, el movimiento de la tierra, el clima, los ciclos de vida en los vegetables y las acciones de los animales dominados por sus instintos son siempre previsibles, pronosticables y determinados por causas a las cuales llamamos naturaleza.
La naturaleza humana sin embargo es indeterminada, es el mismo ser humano el que debe determinarse, según la adecuación de su inteligencia y voluntad (facultades superiores) con la recta razón, es decir la ley natural. Este proceso de personificación (hacerse hombre) lo lleva a cabo cada ser humano en el ejercicio de su libertad hacia la finalidad de su vida, la cual descubre durante el tránsito de su vida terrena hacia la vida trascendente.
La razón y la conciencia forman parte junto con la libertas de las facultades superiores del ser humano, por medio de la autoconciencia el hombre se conoce a sí mismo, siendo esta capacidad exclusivamente humana la que hace al ser humano reconocerse a sí mismo como si fuese otro y valorar las acciones de sí mismo emitiendo un juicio sobre ellas según estándares de comportamiento que su propia inteligencia reconoce como buenos y malos, reconociéndose por tanto como un “Yo” en el cual reconoce su propia dignidad al saberse un fin en sí mismo.
La razón es manifiesta gracias a la capacidad de producir juicios por medio de la conjugación de conceptos abstractos logrando entrelazar un sujeto, una cúpula y un predicado, emitiendo este externamente a través del lenguaje articulado.
Es esta naturaleza humana que se manifiesta por la libertad, autoconciencia y razón, la que hace a todos los seres humanos iguales y dignos, iguales puesto que todos sin distinción pertenecen a la única familia humana y dignos dado que todos participan de las mismas facultades superiores, de esto nace el deber de comportarse los unos hacia los otros con un espíritu de fraternidad, puesto que la dignidad humana nadie se la otorga a sí mismo sino que es dada por otro, residiendo esta en nuestra naturaleza humana.
En esta frase: son dotados. La declaración de los derechos humanos se abre a la trascendencia, afirmando la existencia de Alguien que dotó al ser humano de razón, autoconciencia y libertad, este sujeto es aquel al que los metafísicos llamaron el autor del ser, la causa de las causas, no siendo otro que aquel a quienes los hombres llamaron con el nombre de Dios.
- Chacun peut se prévaloir de tous les droits et de toutes les libertés proclamés dans la presente Déclaration, sans distinction aucune, notamment de race, de couleur, de sexe, de langue, de religion, d’opinion politique ou de toute autre opinion, d’origine nationale ou sociale, de fortune, de naissance ou de toute autre situation. 2. De plus, il ne sera fait aucune distinction fondée sur le statut politique, juridique ou international du pays ou du territoire dont une personne est ressortissante, que ce pays ou territoire soit indépendant, sous tutelle, non autonome ou soumis à une limitationquelconque de souveraineté .
Este articulo reconoce que los derechos expuestos en la declaración están dirigidos a todos los seres humanos sin distinción alguna, los accidentes (las cosas no esenciales para que un hombre sea hombre) como la raza, el color de piel, el idioma, el sexo, la religión, el pensamiento político, nacionalidad o cultura, si bien existen y son necesarias a la naturaleza humana en general, no constituyen sean cual sean estos accidentes un impedimento para derogar o negar la dignidad que todo ser humano posee por el simple hecho de ser humano, dada la igualdad intrínseca de todos los hombres y mujeres por pertenecer al género humano y gozar de las facultades expuestas en el primer artículo.
En el parágrafo segundo se propone exponer que estos derechos son universales por su fundamento en la naturaleza humana y la ley natural, en efecto valen para todos independientemente que los países sean soberanos o no, los reconozcan positivamente o no, e incluso si su pensamiento político y jurídico los reconozcan o no, es necesaria esta distinción entre el fundamento natural y el fundamento positivo, pues sólo con una base fuerte como la natural donde los derechos y obligaciones nacen y emanan de la antropología humana y existen para esta, pueden sustraerse los derechos humanos, de lo contrario la convención humana podrá cambiarlos según convenga al régimen legislativo o gobernativo vigente.
Tout individu a droit à la vie, à la liberté et à la sûreté de sa personne.
El artículo tercero constituye el centro y corazón de los derechos humanos, este artículo es el más básico y fundamental, pues la violación a este articulo constituye por sí mismo un atropello a la totalidad de la persona humana, todo acto de la existencia humana tiene dos propósitos o finalidades, la primera y fundamental es la preservación de la vida y la aseguración de esta preservación, sea esta la vida propia o la ajena, pues sin dicho fin toda acción carecería de sentido. La segunda es la preservación de la propia autodeterminación o libertad en búsqueda de la propia felicidad, por la cual todo ser humano da sentido a sus actos en la persecución de un proyecto personal de vida, que la propia razón propone hacia la búsqueda de la realización plena de la propia persona humana.
En esta tríade: Life, Liberty and the Pursuit of Happines, (vida, libertad y búsqueda de la felicidad) se resumen los principios básicos por los cuales se lleva a cabo el proceso de personificación y hacia los cuales tiende la ley natural para el desarrollo de la propia felicidad que el hombre busca, construye con sus actos y encuentra cuando se le reconoce como un fin en sí mismo y no únicamente como un medio.
El derecho y obligación de la preservación de la vida humana es el primer derecho y obligación de la ley natural, pues todo aquello que promueva y defienda la vida será el primer bien conocido y todo aquello que propicie la muerte será el mal conocido, el hacer el bien y evitar el mal es por ende una cuestión de vida o muerte.
Es este principio tan fuerte y fundamental que la legitima defensa propia ante un agresor que ponga en peligro la vida propia es dada impetuosamente por la razón natural, y dar muerte al agresor en caso que sea el único recurso para evadir dicho peligro a la vida constituye un acto de justicia y de honor, acto que no merece ningún reproche o imputabilidad jurídica.
Categoría:Bioética
Etiquetas: Bioética, Bioética para todos, declaracion universal, Derechos Humanos, Ética, facultad humana, Libertad
¿Acaso pensaste el pasado 31 de Diciembre al desear a tus seres queridos un feliz 2020 que ocurriría todo lo que nos ha tocado vivir?. Yo tampoco. De lo que si estoy convencida es que esta Navidad será muy diferente a las pasadas.
¡Ojo!, no estoy diciendo que será peor que los anteriores, simplemente será diferente. Hemos aprendido muchas lecciones de vida que podemos poner en práctica estas fiestas.
Lo más importante en nuestra vida son las relaciones humanas, sobretodo con nuestros seres queridos. Aunque no podamos abrazarlos o besarlos, podemos decirles con palabras o con una carta lo importante que son para nosotros, y lo mucho que los queremos y necesitamos.
Si por alguna circunstancia, estás peleado con algún familiar o amigo cercano; si hace meses o años que no te hablas con esa persona, es momento de dejar atrás rencores y resentimientos y limar asperezas. Toma el teléfono, habla con ellos, y perdónalos. El perdón es el mejor regalo que te puedes dar esta Navidad.
Y que decir de los regalos a los que estamos acostumbrados: dar y recibirlos. Una gran enseñanza de esta pandemia y confinamiento ha sido que podemos vivir con muy pocas cosas materiales, solo las necesarias, no las superfluas. Sugiero, dejar los regalos materiales a un lado, y a cambio dar un pequeño detalle, una carta o simplemente una sincera felicitación.
Lo más probable es que sean muy pocos los brindis de Navidad de las empresas; escasas las cenas con amigos cercanos y seguramente no tendremos las tradicionales posadas.
¿Por que no? este año destinar este dinero, que acostumbramos gastar en las fiestas o regalos navideños, a aquellas familias que están pasando momentos difíciles, que han perdido el empleo, o más duro aún han pérdido a un ser querido.
Me gusta esta Navidad diferente: menos gastos, regalos, fiestas, reuniones, y más reflexión, solidaridad, detalles, perdón y amor hacia los cercanos y también hacia los lejanos.
Te invito a centrarte y pensar lo que SI tienes en tu vida en estas fiestas: salud, trabajo, familia, bienestar, y dejar a un lado aquello que NO tendremos por el momento.
Estoy segura de que esta Navidad diferente, nos hará sentirnos mejores personas y más felices.
Te deseo una muy feliz Navidad en compañía de tus seres queridos! Te agradezco tu compañía a lo largo de este año tan especial y te mando un fuerte abrazo virtual con mucho cariño!
Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com. Facebook: Lucia Legorreta
Etiquetas: Alegria, año nuevo, apoyo, Bioética, Bioética para todos, convivencia, covid-19, navidad, pandemia, seres queridos
Dra. María Elizabeth De los Rios Uriarte
Profesora e investigadora de la Facultad de Bioética
Universidad Anáhuac México
La pandemia por COVID en el mundo ha descubierto la frágil seguridad de la razón humana y nos ha abierto los ojos para darnos cuenta de que necesitamos acompañar la medicina y la técnica de una reflexión ética que nos permita tomar decisiones orientadas hacia salvaguardara aquellos valores que nos son más importantes: la vida, la dignidad, la integridad y la autonomía.
Decisiones sobre la asignación de recursos escasos, inicio o retiro de tratamientos o procedimientos médicos, consideraciones éticas para aminorar los sufrimientos de los pacientes terminales, etc, son sólo algunos de los ejemplos que dejan al descubierto la necesidad de contar con principios que dirijan nuestra conducta humana.
Ante estos escenarios de dudas inquietantes, la bioética cobra un papel preponderante pues, al ser una ciencia interdisciplinaria, convoca al diálogo para buscar soluciones integrales y orientar la toma de decisiones éticas.
Esta disciplina se remonta hasta 1927 cuando el teólogo protestante Fritz Jahr acuña el término Bio-Ethik para referirse a la ética del comportamiento humano pero no es si no hasta 1971 cuando el oncólogo holandés Van Ranssaeler Potter en su obra “Bioethics: bridge to the future” lanza a la fama el término de bioética para hacer referencia a la genuina preocupación por el cuidado del medio ambiente.
Con el paso del tiempo, la evolución del término ha ido centrándose en aquellas preguntas que giran en torno a las ciencias de la salud y de la vida en relación al comportamiento humano, es decir, la Bioética funge como brújula para orientar el qué hacer de los seres humanos frente a la vida y la salud.
Si bien es cierto que existen varios modelos de pensamiento en Bioética y que ésta, al considerar en su análisis los aspectos contextuales de cada país y de cada persona, no es menos cierto que, en términos generales, la Bioética permite la reflexión sobre lo que es bueno y ético y sobre lo que no lo es y, con ello, impulsa a elegir lo primero por encima de los segundo.
La complejidad de la Bioética radica en su método pues, de suyo, es una interdisciplina en donde confluyen, al menos, tres ciencias: la medicina, la filosofía y el derecho. Es por ello que hoy en día existen instituciones académicas que brindan programas de formación sólidos en esta materia y que han luchado contra los estigmas tradicionales que intentan rebajar el riguroso y sistemático estudio de esta interdisciplina a meras elucubraciones subjetivas.
En México, la Bioética ha ido cobrando fuerza gracias a los esfuerzos de la Comisión Nacional de Bioética y las instituciones educativas, concretamente, desde 2011 cuando se adiciona el artículo 41 bis y se reforma el artículo 98 de la Ley General de Salud para establecer la exigencia de que todas las instituciones de salud cuenten con un Comité Hospitalario de Bioética que deberá operar regularmente, estar conformado por personas que tengan formación previa, ser interdisciplinario y renovarse cada tres años.
Lo anterior ha sido un esfuerzo loable para impulsar la Bioética en el país; no obstante, aún tenemos que hacer más: necesitamos seguir preparando bioeticistas profesionales para llevar la bioética a la cama de los pacientes, estar a lado de médicos, pacientes y familias para coadyuvar a tomar las decisiones que salvaguarden la vida y a dignidad de los enfermos y que sean capaces de brindar respuestas rápidas y eficaces ante los dilemas éticos que los tiempos actuales presentan.
La necesidad de recurrir a la Bioética ha sido evidente en los últimos meses dada la complejidad de los cursos de acción a nivel sanitario. La demanda es altísima, la posibilidad de cubrirla aún escasa. ¿Asumiremos el reto cultural, económico y profesional de prepararnos e impulsar la Bioética en México?
Categoría:Bioética
Etiquetas: autonomía, Bioética, Bioética para todos, covid-19, Ética, integridad, pandemia, Vida