La locución «salud reproductiva» implica una manipulación del lenguaje. En efecto: el contenido esencial de dicha locución en la práctica es la entrega gratuita de contraceptivos por parte del Estado. Ahora bien, todos los anticonceptivos tienen contraindicaciones y efectos nocivos. Al usarlos personas sanas, para prevenir algo que no es una enfermedad -el embarazo-, resulta que en lugar de provocar «salud», provocan «enfermedades» en forma masiva. Por otra parte, los contraceptivos son anti-reproducción, pues su efecto es evitarla, ya sea impidiendo la fecundación o mediante abortos. Estrictamente hablando, si el nombre debe ser un reflejo de la realidad de las cosas, habría que denominarla «enfermedad esterilizante«, en lugar de «salud reproductiva«.
La manipulación semántica es evidente. Una vez aceptada la manipulación semántica a través del término «salud reproductiva», se ingresa en un sistema conceptual cerrado en sí mismo, puramente ideológico, que no admite escapatoria. La «salud reproductiva» implica -necesariamente-, la puesta a disposición de toda la población, de anticonceptivos, esterilización y aborto .
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