Una semana más y una nueva oportunidad para compartir con ustedes, benévolos lectores, algunas ideas fundamentales para entender la Bioética.
En artículos anteriores hemos analizado algunas de las características de la persona humana, esto con el propósito de reconocer lo invaluables que somos cada uno y por tanto la trascendencia de proteger cada vida humana.
Pero, ¿Qué tiene que ver el amor con la Bioética?
Lo cierto es que entendido desde la perspectiva del mundo y de los medios de comunicación….el amor no tiene nada que ver con la Bioética, al contrario.
Por principio de cuentas, el amor de acuerdo al mundo, está relacionado al “quiero”, a la satisfacción de mis propios deseos incluso aprovechando a otras personas con ese fin. Una especie de embudo.
El amor bien entendido es otra cosa. Es una característica propia y peculiar de la persona humana (como la inteligencia y la voluntad), sin la cual no sería persona. Por otro lado, el amor siempre supone dos componentes indispensables: los demás y la relación. No puede existir el amor, si no hay a quien amar y por quién ser amado. Tampoco podría haberlo si viviéramos aislados, sin conocer a nadie… ¿Cómo amar entonces?
Habrá miles de definiciones del amor…unas cursis, otras desviadas y quizás algunas demasiado polarizadas. La realidad es que poco se conoce del significado del amor.
El amor es un proceso, es algo que no pudiera existir sin tiempo de por medio. Además es una maravilla que supone también el crecimiento de la relación entre personas. Este proceso consta de dos partes, ambas naturales, necesarias y de gran valor. La primera involucra nuestros sentimientos e instintos; la segunda tiene que ver con nuestra inteligencia y con nuestra voluntad.
La primera etapa del amor, es el AFECTO, es aquello que se da entre las personas cuando se conocen, algunos le llaman malamente “química”. Puedes conocer poco a una persona, pero sentir afecto por ella, dadas sus características físicas, de carácter o incluso derivadas de un ambiente social, laboral, cultural o político.
Al afecto sigue el EROS y supone la atracción entre hombre y mujer, relacionada con lo sexual. Es de naturaleza sentimental e incluso instintiva. En esta fase del amor existe claramente una mirada más hacia mí mismo, que hacia la otra persona. Es indispensable reconocer que es en esta etapa donde se da el enamoramiento. Estar enamorado NO ES SUFICIENTE para tomar decisiones tan importantes como el matrimonio.
En el proceso y siempre con el tiempo, se da la AMISTAD, tercera etapa del amor en el que la Inteligencia y la voluntad son indispensables. “Los amigos se escogen” dice el dicho y esta etapa supone el encuentro no solamente con la persona, sino con proyectos comunes.
La última etapa del amor, es el AGAPE, la entrega a los demás, sin esperar nada a cambio. Que importante es en esta etapa el ejercicio de la voluntad, cuando sobre todo en situaciones adversas la entrega se vuelve más difícil y es la convicción y el compromiso los que fortalecen.
Cabe aclarar que cada etapa se alcanza para llegar a la otra, pero las anteriores no cesan. Es decir: los esposos que han decidido amarse, mantienen el afecto del uno por el otro, mantienen la atracción del uno por el otro y tienen proyectos en común. De hecho, de no ser así…el amor no puede ser.
La vida de la persona humana, está siempre relacionada con el amor. Por amor se ha concebido y por amor se transita por la vida hasta el momento en que de manera natural esta termina. La Bioética no puede perder de vista la trascendencia del amor sobre todo si busca el bien de la persona.
Hasta la próxima ocasión.
MBPP
