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Clonación: Experimentación y Repercusiones
Clonación: Experimentación y Repercusiones

La clonación comenzó a ser un tema a debatir a partir del logro de la primera de un ser vivo, cuando se dió la noticia de que una oveja nombrada Dolly había sido clonada con éxito fue que comenzó la polémica en decidir si continuar con las experimentaciones hasta llegar a ser una realidad en seres humanos, claro que antes de este gran acontecimiento la pregunta ya se planteaba pero al no haber ninguna prueba contundente de ser posible en todos los sentidos se encontraba en segundo plano.

Las repercusiones de este experimento se han visto reflejadas en todos los ámbitos, aunque con mayor impacto en el científico y el ético claro está, las opiniones dadas por expertos, comentaristas, figuras públicas o en general de cualquier persona resaltan por la gran imaginación y falta de clarificación, esto solo se puede resolver volviendo un poco atrás para realizar un análisis de los principios y las repercusiones éticas que este hecho que parece sacado de una película de ciencia ficción puede tener.

La clonación se realiza a partir de la obtención de las células somáticas de un ser vivo, los primeros intentos lograron la creación de un renacuajo partiendo de los núcleos de las células embrionarias en sustitución del núcleo original pero el organismo no lograba sobrevivir por mucho tiempo, esto debido a que dichas células perdían por completo su capacidad de ser pluripotenciales por lo tanto el desarrollo y la morfogénesis no eran posibles.

Los primeros acercamientos exitosos se dieron cuando se acordó que la manera más rápida para la clonación era por medio de la fisión embrionaria, esto no es más que las división de un embrión de pocas células que al ir dejando células se produce un adulto completo, esta ciencia fue muy criticada al ser empleada en humanos en el experimento Hall y Stillman en 1993 donde se tomaron de dos a ocho células sobrantes de 17 embriones in vitro, lo particular de los embriones es que eran el resultado de un óvulo fecundado por tres espermatozoides por lo tanto no eran viables y se consideraban como desecho, los resultados fueron considerados como exitosos pero al ser realizados con embriones no viables la experimentación no fue válida en seres humanos.

La clonación ha tenido repercusiones muy grandes en el ámbito científico, principalmente por el hecho de que no fue permitido continuar con las experimentaciones en seres humanos, limitando el conocimiento de los genetistas, que aunque cada día conocen más sobre los genes, el conocer a profundidad el funcionamiento celular a nivel embrionario es cada vez más complejo haciendo de la clonación humana cada día algo más lejano.

Otro factor importante por el cual la investigación se ve interrumpida es por las cuestiones éticas, por el momento solo se ha realizado la clonación en la ganadería pero los expertos afirman que en un par de años con más investigación lo mismo se podría realizar en los humanos, y no con un fin de ciencia ficción. La ética ataca principalmente a la disminución de la biodiversidad de especies animales clonadas, los grupos serían homogéneos al ser creados en un laboratorio y quitar ese factor único y de sorpresa que la naturaleza da, esto mismo se puede dar en la clonación humana arrebatando así algo de lo más importante para toda persona, su autenticidad. Aún más al hablar de clonación humana se habla de algo innecesario e incorrecto, pues esto no otorga ninguna aplicación clínica; al pretender recuperar a un ser querido fallecido por medio de la clonación no estarían haciendo más que recrear una imagen visual y fisiológicamente de la persona en cuestión, los pensamientos y personalidad no se logran conservar en la clonación, quitando así lo que realmente hace a un ser vivo valioso por sí mismo. Por estas razones es que la clonación está prohibida por el derecho europeo, aunque no en Estados Unidos, pues no se puede prohibir un acto que no es probado ser nocivo, pero si se retiró todo tipo de financiamiento en la materia.

Autor: Paula Regina Sumarán Tovar

La clonación y el problema moral
La clonación y el problema moral

Hoy en día, con el avance de la tecnología y los grandes descubrimientos científicos en términos médicos es posible clonar a un ser vivo al gusto, digo esto porque hay personas que pagarían por clonar a su mascota, la desventaja de este procedimiento es que es ineficiente, ya que no pueden desarrollarse a su máximo potencial y hay envejecimiento prematuro debido a la edad relativa de los cromosomas tomados. Estaría bien, por la nostalgia y el cariño que se tuvo a un ser vivo que formó parte de nuestras vidas, pero jugar y experimentar con la naturaleza no lo encuentro éticamente correcto. Ya metiéndonos en el caso de la clonación terapéutica, creando el embrión para producir células madre con fines experimentales, para avanzar en la medicina y así poder crear alguna cura, el problema de esto es que al clonar las células se pueden formar células cancerosas por la mutación que se da por el mismo procedimiento, esto puede ser un gran obstáculo para lograr algún fin en específico.

Debido a que la sociedad aún no está muy informada en este tema y por la controversia que se ha generado a través de los años de que si son éticamente correctos estos procedimientos o no lo son… Un punto que me parece interesante es que si se clona a un ser humano ¿qué pasa con él? Se dice que este ser clonado no contará con un alma, ya que la persona “original”, al ser concebida por métodos naturales, sí cuenta con una, e igual forma ¿la persona clonada valdría lo mismo que la persona original, o sólo sería creada como “conejillo de indias” para mantener vivo y salvo de quién fue clonado? Un tema de controversia, apoyado por unos y repudiado por otros. Aún estamos en la base de lo que puede llegar a ser un gran avance científico y médico o una atrocidad y “violación” a la vida per sé.

Autor: Germán Mendoza Hernández

La clonación: éticamente aceptable?
La clonación: éticamente aceptable?

El universo como un todo y en su conjunto tiene una infinidad de seres vivos únicos e irrepetibles variando por especies, el ser humano desde sus primeros tiempos se ha cuestionado una pregunta que hasta el día de hoy no puede ser contestada con exactitud, ‘’cual es el origen de la vida’’.

Ante dicho cuestionamiento y con el fin de lograr una igualdad entre los seres vivos, el hombre ha buscado procedimientos para el perfeccionamiento del ser humano; pero es éticamente correcto el buscar procedimientos para conseguir individuos perfectamente idénticos, ante tan grande pregunta sería analizarlo desde las corrientes de la bioética principalmente desde las dos que más se contraponen que sería el personalísimo y el sociobiologismo, la primera mencionada no le da lugar para poder pensar si sería aceptada ya que la corriente personalista busca la dignidad humana y a la persona como un todo, pero contraponiéndose con dicha corriente el sociobiologismo está a favor ya que busca el perfeccionamiento del hombre.

Muchos podrían tener una infinidad de buenos argumentos y aunque fuera válida la clonación desde un marco legal las repercusiones al futuro es algo en lo que poco se pregunta, desde el trato, quien sería sujeto a las obligaciones que generaría el clon, hasta cómo se debería denominar a dicha persona y desde qué momento. Porque si bien sabemos el proceso para la clonación sería transmitir el ADN de una persona a un embrión y que este se reproduzca desde un vientre, tal y como se hace en la fertilización In vitro, es algo que a la luz de la ciencia va avanzando muy rápidamente pero desde el punto de vista legal y ético es algo que muy poco se cuestiona.

Autor: Milton Carlos Guerrero Pérez

Clonación
Clonación

En estrecha relación con los dos ámbitos apenas considerados (reproducción artificial, células madre) ha surgido un amplio debate sobre la clonación humana, especialmente desde que en 1997 fuera publicada la noticia sobre la clonación de la oveja Dolly, y desde las ulteriores noticias sobre clonaciones conseguidas en otros mamíferos. El debate cobra una especial viveza ante noticias que aparecen de vez en cuando, algunas de las cuales han resultado ser un auténtico fraude, sobre posibles clonaciones de embriones humanos.

Numerosos países y la comunidad internacional en su gran mayoría han expresado su condena respecto del posible recurso a la clonación reproductiva, orientada a conseguir el nacimiento de seres humanos idénticos (al menos respecto del ADN en el núcleo) a otros seres humanos. Sin embargo, se ha producido división de opiniones a la hora de juzgar sobre la licitud o ilicitud de la mal llamada “clonación terapéutica” de embriones humanos.

¿De qué se trata? La “clonación terapéutica” sería una técnica con la que se obtendrían (hipotéticamente) embriones humanos destinados a “donar” (a través de su destrucción) células madre embrionarias, con las que se podrían realizar diversos experimentos, orientados especialmente a dos fines: para conocer mejor qué mecanismos químicos y de otro tipo explican la diferenciación celular en las distintas etapas de desarrollo embrionario; y para obtener células madre embrionarias con las que realizar cultivos celulares y trasplantes con los que curar a personas enfermas, evitando los problemas de rechazo que suelen producirse si el ADN de las células o tejidos trasplantados es distinto del que posee el sujeto beneficiado.

El juicio ético ante estas dos posibilidades es claro: nunca será correcto posesionarse del inicio de nuevas vidas humanas, como se haría con técnicas que, además de recurrir a la fecundación extracorpórea, estarían orientadas a imponer un ADN determinado a un embrión humano, que así sería tratado casi como si fuera un objeto o un animal de laboratorio. Es más grave la situación cuando no sólo se impone un ADN al embrión clonado, sino que además tal embrión es destinado a su destrucción (en la “clonación terapéutica”).

Queda en discusión un procedimiento, todavía en fase experimental, de transferencia a un óvulo de un núcleo de una célula adulta que haya sido alterado, lo que permitiría, hipotéticamente, que el resultado de tal transferencia no llegase a ser nunca un embrión. Tal técnica recibe el nombre de ANT (Altered Nuclear Transfer). Ante esta nueva posibilidad ha de aplicarse el criterio de cautela: mientras no exista certeza de que el resultado de esta técnica no sea un embrión humano, tales experimentos no pueden ser llevados a cabo sobre óvulos humanos.