Twitter response:

Etiqueta: Transhumanismo

Transhumanismo: humanos no humanos
Transhumanismo: humanos no humanos

Dra. Ma. Elizabeth de los Rios Uriarte

Profesora e investigadora Facultad de Bioética

Universidad Anáhuac México

En medio de tantos casos de muertes y de sufrimiento humano en el último año, la propuesta transhumanista de crear una nueva especie humana libre de dolor, envejecimiento, y con capacidades intelectuales y cognitivas superiores a las actuales, suena apetecible y más realista que nunca; sin embargo, hay que advertir los riesgos que esta corriente conlleva en su práctica al implicar, entre otras cosas, nuestra propia desaparición como humanos.

El Transhumanismo es un movimiento científico, filosófico y cultural que parte de la idea de mejorar la especie humana para convertirla en una mejor, carente de la invalidez en que el límite humano nos sumerge como el envejecer, el sentir dolor, morir, o experimentar el detrimento progresivo de nuestras capacidades físicas y cognitivas.

Afirma que la evolución no ha terminado y que aún es posible, con la ayuda de la tecnología y de la ingeniería genética ir transitando hacia una especie mejor, abandonar el límite humano y convertirnos, primero en transhumanos y, luego, en posthumanos.

Los transhumanos son los individuos que han sido modificados a nivel genético para no desarrollar ciertas enfermedades o con la incorporación de las biotecnologías para potenciar capacidades físicas como la vista, la audición o la memoria. El problema ético fundamental que comporta este deseo es que el ansia de querer siempre más es incontrolable y una vez que probamos los efectos de una pastilla para mantenernos alerta y lúcidos, de una operación láser para ver más nítidamente o de usar ciertas tecnologías para ganar juegos deportivos, no sentir miedo ante peligros inminentes, aprobar exámenes difíciles, etc, no hay vuelta atrás, siempre querremos más y más. Existe una hybris, o deseo incontrolado en el ser humano incapaz de diferenciar cuándo es importante curar una condición o mejorar una capacidad para que la persona pueda desempeñarse mejor en sus actividades diarias y cuándo se trata solamente de un deseo de perfeccionamiento tan improbable como lo es la idea misma de perfección. La diferencia entre curar y mejorar es diáfana cuando en el horizonte se dibuja la perfección.

En la película Limitless, el personaje se adentra en un camino sin fin cuando descubre una pastilla que le permite una lucidez mental tal que es capaz de escribir un libro sin detenerse hasta que su adicción a la misma comienza a tener consecuencias indeseables. Por su parte, Lucy, el personaje de ciencia ficción que es potenciada cuando ciertas sustancias explotan en su interior, termina por convertirse en un USB con información privilegiada que es entregado al final de su existencia como prueba de su paso por este mundo. Ambos personajes fueron mejorados hasta la perfección, pero ésta terminó por no ser lo que ambos aspiraban.

El segundo estrato al que aspiran los transhumanistas es al posthumano, un ser humano que viva al menos 500 años, con un IQ el doble de lo más alto conocido a la actualidad y, por supuesto que no sea amenazado por fenómenos naturales o patógenos que pongan su vida en peligro, es decir, un ser humano no humano.

La salud sólo se entiende a partir de su contrario: la enfermedad, y entre ellas hay un nexo inseparable. Si lo que se quiere erradicar es lo segundo, al hacerlo, lo primero carece de sentido. En el esquema planteado, hablar de salud sería tan impráctico como el mismo ideal de perfeccionamiento al que anhelan.

El uso de las biotecnologías y de la ingeniería genética es altamente deseable y debe siempre procurarse con el objetivo de aliviar y prevenir enfermedades, de brindar una mayor calidad de vida, de erradicar condiciones amenazantes para la supervivencia, pero advierte, en sí mismo, algunos riesgos como el querer transformar la especie humana en algo tan perfecto que de tanto serlo, deje de ser humana. Quizá sea precisamente nuestra fragilidad, nuestro dolor y sufrimiento, nuestro límite y vulnerabilidad lo propio de la condición humana y lo que nos hace verdaderamente humanos.

Transhumanismo
Transhumanismo

En este tiempo, somos testigos de cómo la ciencia y especialmente la tecnología, ofrecen
alternativas extraordinarias para mejorar sustancialmente la vida de las personas que sufren de
alguna discapacidad.

Algunos ejemplos loables son las prótesis avanzadas que incluso permiten a algunos atletas
participar en competencias casi sin ninguna desventaja o las nuevas tecnologías que dan
oportunidad a los sordos para oír y a los ciegos para ver.

No obstante, el Transhumanismo es otra cosa. Este sugiere, antropológicamente, que estaríamos
en una etapa de “transición” entre el homo sapiens y el homo technologicus, el cual dependería
más de la ingeniería genética, la manipulación embrionaria y fetal, la medicación, que de su propia
naturaleza y biología.

Esto, que parecería parte de la Ciencia Ficción se impulsa y desarrolla. Es el sueco Nick Bostrom,
profesor de la Universidad de Oxford y Presidente de la Asociación Transhumanista Mundial es
uno de sus grandes promotores partiendo de Darwin y de los fundamentos de la Ingeniería
Genética.

El Transhumanismo no está tan lejos de nosotros. Tomemos como ejemplo el caso de algunos
medicamentos que están “de moda” para potenciar las capacidades de estudio en los jóvenes.
También las operaciones estéticas extremas o los implantes que animalizan a las personas.
Este fenómeno se centra en lo material y lo funcional, dejando de lado todas las características
trascendentales de la Persona humana y por tanto su dignidad.

Debemos estar muy atentos a las implicaciones bioéticas de estos procedimientos y propuestas,
de lo contrario, queridos lectores, probablemente estaríamos enfrentando el exterminio del
hombre, por el hombre fundamentado en una utopía.

Nos veremos la próxima semana con un nuevo artículo y una nueva reflexión.

MBPP