¿Acaso pensaste el pasado 31 de Diciembre al desear a tus seres queridos un feliz 2020 que ocurriría todo lo que nos ha tocado vivir?. Yo tampoco. De lo que si estoy convencida es que esta Navidad será muy diferente a las pasadas.
¡Ojo!, no estoy diciendo que será peor que los anteriores, simplemente será diferente. Hemos aprendido muchas lecciones de vida que podemos poner en práctica estas fiestas.
Lo más importante en nuestra vida son las relaciones humanas, sobretodo con nuestros seres queridos. Aunque no podamos abrazarlos o besarlos, podemos decirles con palabras o con una carta lo importante que son para nosotros, y lo mucho que los queremos y necesitamos.
Si por alguna circunstancia, estás peleado con algún familiar o amigo cercano; si hace meses o años que no te hablas con esa persona, es momento de dejar atrás rencores y resentimientos y limar asperezas. Toma el teléfono, habla con ellos, y perdónalos. El perdón es el mejor regalo que te puedes dar esta Navidad.
Y que decir de los regalos a los que estamos acostumbrados: dar y recibirlos. Una gran enseñanza de esta pandemia y confinamiento ha sido que podemos vivir con muy pocas cosas materiales, solo las necesarias, no las superfluas. Sugiero, dejar los regalos materiales a un lado, y a cambio dar un pequeño detalle, una carta o simplemente una sincera felicitación.
Lo más probable es que sean muy pocos los brindis de Navidad de las empresas; escasas las cenas con amigos cercanos y seguramente no tendremos las tradicionales posadas.
¿Por que no? este año destinar este dinero, que acostumbramos gastar en las fiestas o regalos navideños, a aquellas familias que están pasando momentos difíciles, que han perdido el empleo, o más duro aún han pérdido a un ser querido.
Me gusta esta Navidad diferente: menos gastos, regalos, fiestas, reuniones, y más reflexión, solidaridad, detalles, perdón y amor hacia los cercanos y también hacia los lejanos.
Te invito a centrarte y pensar lo que SI tienes en tu vida en estas fiestas: salud, trabajo, familia, bienestar, y dejar a un lado aquello que NO tendremos por el momento.
Estoy segura de que esta Navidad diferente, nos hará sentirnos mejores personas y más felices.
Te deseo una muy feliz Navidad en compañía de tus seres queridos! Te agradezco tu compañía a lo largo de este año tan especial y te mando un fuerte abrazo virtual con mucho cariño!
Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com. Facebook: Lucia Legorreta
Etiquetas: Alegria, año nuevo, apoyo, Bioética, Bioética para todos, convivencia, covid-19, navidad, pandemia, seres queridos
Dra. María Elizabeth De los Rios Uriarte
Profesora e investigadora de la Facultad de Bioética
Universidad Anáhuac México
La pandemia por COVID en el mundo ha descubierto la frágil seguridad de la razón humana y nos ha abierto los ojos para darnos cuenta de que necesitamos acompañar la medicina y la técnica de una reflexión ética que nos permita tomar decisiones orientadas hacia salvaguardara aquellos valores que nos son más importantes: la vida, la dignidad, la integridad y la autonomía.
Decisiones sobre la asignación de recursos escasos, inicio o retiro de tratamientos o procedimientos médicos, consideraciones éticas para aminorar los sufrimientos de los pacientes terminales, etc, son sólo algunos de los ejemplos que dejan al descubierto la necesidad de contar con principios que dirijan nuestra conducta humana.
Ante estos escenarios de dudas inquietantes, la bioética cobra un papel preponderante pues, al ser una ciencia interdisciplinaria, convoca al diálogo para buscar soluciones integrales y orientar la toma de decisiones éticas.
Esta disciplina se remonta hasta 1927 cuando el teólogo protestante Fritz Jahr acuña el término Bio-Ethik para referirse a la ética del comportamiento humano pero no es si no hasta 1971 cuando el oncólogo holandés Van Ranssaeler Potter en su obra “Bioethics: bridge to the future” lanza a la fama el término de bioética para hacer referencia a la genuina preocupación por el cuidado del medio ambiente.
Con el paso del tiempo, la evolución del término ha ido centrándose en aquellas preguntas que giran en torno a las ciencias de la salud y de la vida en relación al comportamiento humano, es decir, la Bioética funge como brújula para orientar el qué hacer de los seres humanos frente a la vida y la salud.
Si bien es cierto que existen varios modelos de pensamiento en Bioética y que ésta, al considerar en su análisis los aspectos contextuales de cada país y de cada persona, no es menos cierto que, en términos generales, la Bioética permite la reflexión sobre lo que es bueno y ético y sobre lo que no lo es y, con ello, impulsa a elegir lo primero por encima de los segundo.
La complejidad de la Bioética radica en su método pues, de suyo, es una interdisciplina en donde confluyen, al menos, tres ciencias: la medicina, la filosofía y el derecho. Es por ello que hoy en día existen instituciones académicas que brindan programas de formación sólidos en esta materia y que han luchado contra los estigmas tradicionales que intentan rebajar el riguroso y sistemático estudio de esta interdisciplina a meras elucubraciones subjetivas.
En México, la Bioética ha ido cobrando fuerza gracias a los esfuerzos de la Comisión Nacional de Bioética y las instituciones educativas, concretamente, desde 2011 cuando se adiciona el artículo 41 bis y se reforma el artículo 98 de la Ley General de Salud para establecer la exigencia de que todas las instituciones de salud cuenten con un Comité Hospitalario de Bioética que deberá operar regularmente, estar conformado por personas que tengan formación previa, ser interdisciplinario y renovarse cada tres años.
Lo anterior ha sido un esfuerzo loable para impulsar la Bioética en el país; no obstante, aún tenemos que hacer más: necesitamos seguir preparando bioeticistas profesionales para llevar la bioética a la cama de los pacientes, estar a lado de médicos, pacientes y familias para coadyuvar a tomar las decisiones que salvaguarden la vida y a dignidad de los enfermos y que sean capaces de brindar respuestas rápidas y eficaces ante los dilemas éticos que los tiempos actuales presentan.
La necesidad de recurrir a la Bioética ha sido evidente en los últimos meses dada la complejidad de los cursos de acción a nivel sanitario. La demanda es altísima, la posibilidad de cubrirla aún escasa. ¿Asumiremos el reto cultural, económico y profesional de prepararnos e impulsar la Bioética en México?
Categoría:Bioética
Etiquetas: autonomía, Bioética, Bioética para todos, covid-19, Ética, integridad, pandemia, Vida
Por: Nelia Diaz Ortega
México es el hogar de aproximadamente 126.2 millones de personas, es uno de los pocos países del mundo que concentra un gran número de especies animales en su territorio; posee numerosas especies endémicas, contiene más de la mitad del total de ecosistemas que existen en el mundo, se hablan 69 idiomas, cuenta con reservas y recursos naturales privilegiados. Es un país lleno de cultura y tradiciones inigualables, de paisajes increíbles, de construcciones emblemáticas e históricas, tiene una gastronomía exquisita, entre muchas otras cosas, pero, a pesar de ser un lugar mágico, no todo es perfecto; una de las mas grandes problemáticas que asechan al país es la violencia, por si fuera poco, la crisis sanitaria está agravando aún más la situación.
Sin duda alguna lo que más distingue a México de otros países es su gente, el carácter de un mexicano es algo único, tiene un sentido del humor extraordinario, ni hablar cuando se trata de arreglar algo, la creatividad del mexicano es inalcanzable, no se diga de la unión con su familia y sus raíces o del empeño que siempre pone para salir adelante ante cualquier situación. México es un país lleno de hombres trabajadores, que luchan día con día para llevar el pan a su mesa, está lleno de personas con calor que se contagia, de patriotas llenos de orgullo y sentimiento por su nación y su bandera, sin embargo, México también es un país dolido, cansado de tanta injusticia y corrupción, harto de los constantes asesinatos y secuestros que se viven día con día, de estudiantes desaparecidos y madres golpeadas, de robos y asaltos, de prensa vendida y gobierno impune.
A través del tiempo México ha sido un país violento, como nación se ha visto envuelta en una gran cantidad de conflictos, como La Guerra Anglo-Española, La Independencia de México, La Guerra de los Pasteles, La Guerra de Estados Unidos o La Intervención Francesa, por mencionar algunas con otros países, pero particularmente, también nos hemos tropezado con lamentables hechos como la Revolución mexicana, la muerte de Colosio, la matanza de Tlatelolco, los 43 de Ayotzinapa, entre otros. Todo esto ha quedado plasmado en los libros, pero hoy México está escribiendo otra historia, hoy se viven por día (solo en la Ciudad de México) 48 asesinato dolosos, 3 feminicidios, 248 robos, 51 mujeres agredidas sexualmente y otros tantos que no restan importancia. Los cuales en algunas regiones y por algunos ciudadanos, son consideradas como algo común, como si esto fuera parte de la realidad y no se pudiera evitar. “La huella que ha dejado la violencia a lo largo de la historia no puede obviarse y menos aún en los espacios donde vivimos cotidianamente” (García González, 2014, p.106).
Para entender el problema desde la raíz, mencionaremos algunos de los hechos considerados como precursores de violencia en México, entre los cuales se encuentran: la corrupción, crimen organizado, autodefensa, actores estatales, la desigualdad, el desempleo, falta de oportunidad a jóvenes, ineficacia de autoridades, impunidad, tráfico de armas y narcomenudeo. Aun que son varias las causas y los tipos de violencia que se presentan, como se mencionó anteriormente, se analizara principalmente las consecuencias directas que el desempleo genera y como estas estan siendo agravadas, considerando que en los últimos meses se registra un mayor índice de desempleo debido a la pandemia del COVID-19, el cual también ha llegado a los mercados de valores y economías de todo el mundo, siendo gravemente afectadas y por desgracia, México no ha salido exento de repercusiones.
A principios del año en curso, en México la tasa de desocupación se aproximó al 3.7% de la población económicamente activa. Otra de las problemáticas es que la mayoría del mercado laboral mexicano no es estable, durante el tercer mes del año se registró que el 57.11% de los trabajadores son informales. Además, las cifras indican que 20 de cada 100 trabajadores se encuentran laborando de manera vulnerable, ya sea porque tienen jornadas laborales muy cortas o ingresos inferiores a los establecidos en el esquema de salarios mínimos.
La Secretaria de Hacienda decreto el 6 de mayo del presente año que, debido al confinamiento y al bajo flujo de personas para evitar contagios, se han perdido aproximadamente 667,000 empleos. Se puede observar la gráfica 1 en donde se muestra la pérdida de empleo registrada en abril del año 1994 a 2020.
Las empresas han disminuido la producción, los consumidores se limitan a comprar solo productos esenciales como consecuencia de la misma crisis, el turismo ha reducido significativamente. Estos sucesos no solo afectan individualmente a la población, sino que también afectan la economía de todo el país porque existe una reducción de la principal fuente de ingresos de la federación, como se muestra en la tabla 1.
La mala noticia y lo que se trata de exponer, es que cuando una persona no encuentra empleo, empieza a ubicarse en actividades ilícitas que le permitan obtener ingresos de forma fácil y rápida. Según un estudio realizado por Forbes, el desempleo es una de las razones más directamente relacionado con el robo y algunos delitos catalogados como menores. Y mientras que en todo el mundo la cifra de delitos ha disminuido debido al confinamiento, ya que se piensa que, entre menos personas en las calles, menos transporte y menos comercios abiertos, habrá menos oportunidades para delinquir, en México han aumentado y se estima que cuando se vuelva a la realidad, aumentara todavía más.
En el fondo de los problemas sociales que actualmente estamos observando, existen regímenes dictatoriales, fuertes desigualdades sociales y evidentemente un enorme desempleo. Además de que, si las empresas notan que logran operar eficientemente con poco personal, tal vez una gran cantidad de empleados no logren recuperar su empleo después de la pandemia. Sin lugar a dudas, el gran reto es restituir las plazas de trabajo perdidas y generar mejores condiciones de vida para la población. De no atenderse de inmediato este problema, se seguirán presentando brotes de violencia e inestabilidad, porque ante esta situación, el mexicano, desesperado, ha dejado de pensar y actuar como mexicano.
Comienza a buscar una solución; esto debido a que el gobierno no le da una, o también porque en muchos casos es probable que no haya tenido la educación suficiente, y por ende tampoco oportunidades que lo ayuden a salir de la problemática.
Por otro lado, el confinamiento también ha afectado directamente a cierto sector de la población incrementando la violencia doméstica, en abril se presentaron más de 20,000 llamadas al 911 en todo el país por esta causa, haciendo que muchas mujeres se encuentren en peligro y situaciones de vulnerabilidad en el lugar donde se supone más seguras deberían estar.
La respuesta al incremento de la violencia se ha complicado más que en situaciones normales, ya que las organizaciones encargadas de dar respuesta y actuar contra los abusos están desempeñando otras tareas, que supone el mismo combate de la pandemia. El gobierno envió a policías locales, a la Guardia Nacional y al ejército a vigilar y hacer cumplir las medidas de confinamiento. Sin embargo, el coronavirus no es la mayor causa de muerte en México, la ola de violencia ha provocado casi 10 veces más muertos que el COVID-19.
El primer paso hacia un país más fuerte es la formulación de una visión compartida y un entendimiento común sobre el país y sobre los esfuerzos de recuperación. “La antropología filosófica, y en particular la tomista, ha insistido sobre la unicidad del acto existencial y de la forma substancial en el individuo humano” (Sgreccia, 1997, p. 407).
México ha demostrado ser un país resiliente, que sabe y logra salir adelante sin importar las circunstancias. Sigamos ese modelo y a la vez tratemos de ser más solidarios con los demás y ayudar a los que menos tienen, ya que el 43.8% de la población vive en pobreza, mientras dos terceras partes de la riqueza del país está concentrada solo en el 10% de los habitantes. “La solidaridad es una verdadera y propia virtud moral, no un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común” (Pontificio Consejo Justicia y Paz, 2005, p. 12). Considerando como bien común la suma de los bienes de todo el cuerpo social, no la de cada sujeto en particular. Con una finalidad colectiva e indivisible que solo juntos es posible alcanzar. Es el deber de cada integrante de la sociedad, según las propias capacidades y posibilidades apoyar este movimiento y también tratar de reactivar la economía.
Para así, lograr superar o disminuir el porcentaje de desempleo y con ayuda de los valores, las virtudes y la educación, de la mano, resolver una de las más grandes problemáticas del país como lo es la violencia. “Buscar la paz implica tener confianza en el ser humano, por lo cual, las normas éticas no pueden escapar del testimonio de la realidad” (García González, 2014, p.111). Esa certeza de que las cosas podrían ser de otra manera puede no ser una realidad muy lejana. Pero el cambio está en cada ciudadano, aplicando también la postura filosófica utilitarista, la cual nos dice que “la elección moral debe ser basada en la obtención del mayor bienestar factible, de apoyar las preferencias y de minimizar los sufrimientos, para el mayor número de individuos” (Tarasco, 2009, p. 9).
México puede cambiar el final de esta historia, ha comprobado anteriormente que unido es imparable. En el 2017 se demostró sin lugar a duda, la forma en que la gente participó y tomó la iniciativa, ayudando a salvar muchas vidas y evitando nuevas tragedias fue única. La resiliencia nos llama a aprender de estos y los nuevos retos para enfrentarlos cada vez de mejor manera. Para ello, resulta de enorme valor la conciencia de cada mexicano. El término vida humana se entiende en sus expresiones corporales, psicológicas y espirituales, y ciertamente se debe
atribuir el deber del respeto a todas estas dimensiones, en otras palabras, debemos respetar nuestro país y a cada ciudadano. La suma de sus esfuerzos en cada barrio, escuela y comunidad es indispensable para seguir avanzando en este camino como país. El compromiso de la comunidad y la inclusión de los grupos vulnerables son clave para construir una conciencia y un plan de gestión ante cualquier circunstancia de crisis. Pero, para lograr una sociedad resiliente, debemos considerar el pasado, entender su historia y tomar en cuenta los escenarios futuros derivados de la transformación social. “Se trata, pues, de rescatar y hacer visibles estos procesos para impulsar una nueva forma de enfrentar la realidad, sin los prejuicios arraigados que cancelan las posibilidades en torno a la paz. Con ello, si queremos la paz preparémonos para ella, escuchémosla, evitemos ser sordos ante sus lamentaciones” (Erasmo, 2000, p. 392).
CONCLUSIÓN
México sin duda alguna, se enfrenta a un gran desafío en la búsqueda de la disminución de la violencia y el desempleo, que como se expuso anteriormente son una problemática que viene asechándolo desde hace tiempo, pero ahora toca evitar que se expanda. Como país, México se ha doblado muchas veces, pero nunca se ha partido. No importa el color del gobierno o sus propuestas, la bandera es la misma y lo único que ha hecho que México siempre logre salir adelante es el sudor de cada mexicano y el empuje de sus corazones. Voltear hacia enfrente y sentir la unión y poder que ser mexicano significa, llena de grandeza, de orgullo y eso es lo que realmente define a México, no las cifras, ni sus problemas, ni el gobierno, ni el virus.
La imaginación para la paz no es ilusoria y trata de desenmascarar la falsa realidad al proyectar situaciones superiores y mejores. Justo así se construyen modelos de sociedad proyectadas, sugiriendo modelos de sociedades no violentas, sociedades pacíficas que censuran y reprueban a la sociedad beligerante presente. Es una mirada ética sobre el mundo que imprime la convicción de posibilidades mejores. Aun en los cielos más sombríos, el horizonte que aparece e impulsa para seguir adelante es aquel que irrumpe en la realidad y procede con una imaginación creadora continua, ante las lógicas belicistas. La superación y trascendencia de los conflictos y situaciones de violencia permiten lograr la paz. La violencia, en general, va mermando la capacidad de transformación de los conflictos debido a que “vuelve pesimista a la gente” (Galtung, 1998, p. 112). De ahí que reconstruir las heridas y los efectos de la violencia,
reconciliarnos con el mundo, restañarlo y resarcirlo imaginativamente permite construir una sociedad menos violenta y ratificará la posibilidad de hacer las paces (García González, 2014, p.121).
Por : Eduardo David Velasco Dávalos y Samantha Lilián López Gómez
Actualmente una de las problemáticas que más se vive en nuestro país es la deficiencia que hay en el funcionamiento y eficacia del sistema de salud pública, tomando en cuenta la disparidad de las posibilidades económicas y la escasez de recursos que la gran mayoría de la población tiene. Debemos estar conscientes de que este tema no es nuevo ya que en los últimos años ha generado diferentes problemas que hoy en día se han visto más expuestos.
La actual Pandemia del COVID-19 ha situado a México en una posición donde el sistema de salud pública queda al descubierto, por lo que surgen los siguientes cuestionamientos ¿se puede priorizar pacientes por encima de otros? ¿vale más la vida de un adulto que puede ser económicamente activo que la de un señor de la tercera edad? , lo que desafortunadamente pone en una situación difícil a nuestros profesionales de la salud ya que se han visto en la necesidad de recurrir a estas prácticas debido a la gran demanda y por los pocos recursos con los que cuenta nuestro sistema de salud, pensando en lo que supuestamente es óptimo para la situación cuando la realidad debería ser completamente otra. Siendo éticos esto puede cambiar.
Hoy en día sabemos que la situación en nuestro país no entra en los criterios para poder considerarla normal, la actual pandemia mundial ocasionada por el nuevo coronavirus (COVID-19) le ha dado un giro drástico al mundo entero, tanto la economía como la sociedad están de cabeza, sufriendo las consecuencias que cualquier problema imprevisto puede tener y que hablando estrictamente sobre los problemas que implican la salud de la población pueden conllevar limitaciones más abruptas y complejas para la misma que al momento de buscar cuidar y preservar un aspecto esencial de la vida se tienen que adoptar ciertos sacrificios y estrategias que afectan otros aspectos de ésta y conlleven a actuar de manera que no es considerada éticamente correcta.
Desafortunadamente en los últimos años se ha presentado un incremento notable en algunos problemas del país, tales como la pobreza o el desempleo, pero no podemos dejar de lado el inminente problema que existe en el sector de salud, la Secretaría de Salud se ha visto envuelta en problemáticas de gran importancia recientemente como es la falta de capital y los desabastos que ha originado en las diferentes instituciones de salud. La pandemia del coronavirus llegó a México en un momento poco favorable en el que las debilidades del sistema de salud se han visto aún más expuestas, el rápido incremento de los casos de esta nueva enfermedad ha superado la capacidad de muchos hospitales tanto en el sector público como privado y el número del personal de salud como médicos y enfermeros, también se ha visto sobrepasado por el número de pacientes. Esto no sólo refleja un problema directamente en la práctica y en el manejo de la situación, sino que también ha llevado a muchas personas a un extremo en donde tienen que tomar decisiones drásticas en cuanto a la vida de las personas, aquí es donde podemos hacernos preguntas de suma importancia como ¿Se pueden priorizar algunos pacientes por encima de otros? ¿Vale más la vida de un adulto que puede ser económicamente activo que la de un adulto de la tercera edad? Todas estas preguntas están hechas con un único fin, ir más allá de la práctica inmediata de la medicina y de las estrategias actuales de salud y sobre todo pensar en los pacientes como personas, teniendo una visión futura que sólo tomar en cuenta el presente.
Lamentablemente muchos profesionales de la salud se han visto en esta situación de haber tomado decisiones apresuradas y radicales sobre la vida y la dignidad de algunos pacientes, pero si nos enfocamos a revisar a fondo todas las características del ser humano como persona y todos los aspectos que esto involucra, la decisión deja de ser tan complicada.
¿Qué es el COVID-19 y por qué es tan peligroso para la salud?
La actual pandemia es ocasionada por un virus perteneciente a una amplia familia de los llamados coronavirus, estos son causantes de diferentes enfermedades de las vías respiratorias, desde resfriados comunes hasta insuficiencias respiratorias graves, una característica importante de estos es que son zoonóticos, es decir, pueden transmitirse entre animales y humanos. Algunos de estos virus han sido responsables de enfermedades como el síndrome respiratorio de medio oriente (MERS-CoV) o el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), en este caso el virus llamado SARS-CoV2 (de las siglas en inglés severe acute respiratory syndrome coronavirus 2) ocasiona la enfermedad catalogada como COVID-19 (de las siglas en inglés coronavirus disease of 2019).
Esta enfermedad tiene las mismas características que cualquier otra que involucre la afectación de las vías respiratorias, por lo que se presenta con los mismos síntomas: fiebre, tos seca y cansancio, congestión nasal, dolor de cabeza y dolor de garganta, estos síntomas suelen comenzar de forma repentina y leve pero con el tiempo puede agravarse hasta llegar a presentar una dificultad para respirar. El contagio es principalmente por el contacto con el virus y cualquier zona del cuerpo que tenga mucosas y de esta manera un acceso directo al organismo, la conformación estructural del virus es muy similar a la de los genes del humano por lo que ingresa de manera muy fácil al organismo, de ahí el peligro que representa, aunado a que tanto la enfermedad como el virus que la ocasiona eran desconocidos en el mundo hasta el inicio de su brote en la ciudad de Wuhan en China, por lo que no se cuenta con ningún antecedente de tratamientos o vacunas para poder contrarrestarlo.
La actual situación
Como se ha visto México se encuentra en una situación poco favorable con respecto al COVID- 19, el número de casos hasta hoy son más de 35,000 personas y seguirán aumentando con el paso de los días, esto genera una suma preocupación para el resto del país. Es por ello la importancia de analizar el sistema de salud con el que contamos hoy en día los mexicanos,
desde hace algunos años se conoce que ha existido un mal manejo en cuanto a los recursos económicos que dispone el gobierno para la inversión en el sector público de Salud, por lo que en los hospitales esto se ha visto reflejado con un desabasto de medicamentos, con conflictos en el desvío de recursos financieros en la compra de equipo e insumos médicos, entre otras situaciones. Pero ¿Cómo es que se llegó a esta crisis en el Sector de salud? Esto es una de las cuestiones que causa mayor conflicto, debido a la falta de transparencia por parte de las distintas autoridades, ya que hay que recordar que la decisión no sólo es tomada por uno sino por un conjunto, por lo que México es uno de los países que destina menos porcentaje de PIB hacia el sector de salud.
Actualmente esta problemática se ha visto mucho más expuesta frente a la pandemia, debido a que los profesionales de la salud desde un principio no contaban con el equipo de seguridad necesario para poder atender a los pacientes con COVID-19 y por supuesto el gobierno les ha negado la prueba de detección de dicha enfermedad, esto ha generado inconformidades en ellos ya que anteponen su seguridad y la de sus familias. Además de que día con día se encargan de preservar la salud de los pacientes, es indispensable recordar que los médicos, enfermeros y todo el personal de salud juegan un rol sumamente importante, no debemos olvidar que también son personas que arriesgan su vida por los demás, que tienen derecho a la salud, entonces
¿Dónde queda su derecho a la salud? Todos los individuos con respecto al artículo 4º constitucional tienen “derecho a la protección de la salud, donde se tiene que brindar un sistema digno y completo” (Secretaría de Salud, 2015, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos). Por lo que en este caso se estaría violando sistemáticamente este derecho y no sólo el de los profesionales de salud sino también de cada uno de los pacientes que son atendidos por ellos. Y es en donde nos damos cuenta de que el que más viola los derechos humanos es el propio hombre.
Aunque se esperaba que las cifras fueran positivas en cuanto a la curva de contagios, esto no fue así por lo que México ahora enfrenta otra cuestión que es la alta demanda hospitalaria, esto conlleva a que los mismos médicos tomen decisiones de índole ética en escenarios más complejos y esto los puede orillar a actuar de manera que para algunos no es considerado éticamente correcta. Es donde a partir de esto, se pueden discutir distintos puntos como:
La asignación de los ventiladores en los pacientes es una situación en la que se implica una decisión muy difícil hoy en día, ya que al encontrarnos en una fase donde el número de casos incrementan, se necesita priorizar pacientes con respectos a otros, aquí es donde surgen los siguientes dilemas éticos ¿Se puede priorizar la vida de una persona sobre otra? ¿Vale más la vida de alguien económicamente activo que de una persona de la tercera edad? ¿Por qué le darían el respirador a alguien con más posibilidades de vivir? Cabe recalcar que todo ser humano tiene derecho a la vida y que este es inalienable, todos contamos con los mismos derechos sin importar la religión, raza, etc.
“El motivo por el que la vida humana debe ser respetada se basa sobre todo en el hecho de que la vida humana, en su integridad y globalidad, y por ello mismo en realidad biológica, pertenece a la persona con la que constituye una unidad orgánica existencial” (Tarasco M., 2017)
Es importante recalcar que los criterios tomados en cuenta no siempre resultarán éticos para todos, por ejemplo:
En medicina de emergencias, existe un mecanismo de atención de desastres o de accidentes con víctimas múltiples que se denomina triage, que significa “clasificación”, de esta manera ejecutando un protocolo de evaluación rápida se determina quienes tienen mayores posibilidades de sobrevivencia y quiénes por su condición presente o subyacente, no. Actualmente se están elaborando guías de criterios éticos que pretenden apoyar la labor de seleccionar pacientes para la asignación de recursos escasos (Profesora e Investigadora: De los Ríos Uriarte María Elizabeth, 2020)
Por ello se ha generado una situación de gran controversia para muchos, ya que buscan involucrar la edad de los pacientes como uno de los criterios establecidos, esto nos sitúa a tener una actitud utilitarista y en parte sociobiologista porque se reduce la dignidad de la persona y el derecho a la vida, mientras que si se toman criterios absolutos esto reduciría aún más las posibilidades de no poder salvar más vidas ante esta situación. Sin embargo, algunos médicos han tomado en cuenta otros criterios como: la autonomía del paciente, su estado general de salud y la gravedad de la enfermedad, ya que para los casos graves de COVID-19 no resulta nada fácil la reanimación debido a que puede generar secuelas importantes para pacientes con estado de salud delicado, entonces se recomienda optar por cuidados paliativos. Por lo que entra uno de los principios de la ética que es “No todo lo técnicamente posible es éticamente aceptable”.
De esta manera se ha visto implicada la labor de todos los profesionales de la salud ya que, pese a las recomendaciones, son ellos quienes toman las decisiones de forma espontánea y con la falta de recursos de los hospitales en los que se encuentran resulta complicado, esto ha orillado a que lleven una gran carga moral conforme a las medidas que han tomado frente al COVID-19. Es de suma importancia recordar que ningún ser humano tiene la capacidad de decidir sobre quién puede vivir, la vida es una ley moral natural del ser, por lo que uno de los principios de la bioética corresponde a la inviolabilidad de esta.
Probablemente sin la falta de recursos, las decisiones que se tienen que tomar ante esta situación serían más aceptables, pero no sólo influye esto, sino la relevancia de un ser humano ético en la sociedad, que posea valores, virtudes y una conciencia moral recta y verdadera, es decir, que no juzgue, sino que ésta obligue a actuar de forma concreta, ya que nos lleva a discernir entre lo bien y lo mal. De esta manera al tener implícita la ética en nuestras vidas podemos determinar nuestras acciones con respecto a nuestros pensamientos y así proveer soluciones a las diversas situaciones que se suelen presentar.
Conclusión
Finalmente, después de haber revisado diferentes puntos acerca de la actual problemática ética/médica que enfrentamos ante la pandemia del COVID-19 podemos darnos cuenta que no es algo simple ni sencillo de lo que estamos hablando, el hecho de poner a unas personas y su vida sobre otras refleja la falta de ética que se tiene en la sociedad, no sólo por parte del personal médico si no de todas las demás personas que aun estando al pendiente no hacen nada al respecto. Siendo objetivos y con base en todos los principios de la bioética todo lo que está pasando no tiene justificación alguna, la manera en la que se nos presentan las cosas es meramente utilitarista y no debemos de ir por ahí.
Viéndolo así la solución es muy evidente, dejando de lado que una opción muy favorable sería el apoyo y el desarrollo de la infraestructura del sector salud para poder evitar estas situaciones desde un principio, la mejor solución es que todos debemos de tener presenta la ética y ser éticos, podríamos basarnos en el imperativo categórico de Kant y actuar de manera que nuestro actuar pueda considerarse una ley universal, ver los actos no solo como cosas que pasan, pensar en estos viendo los diferentes factores para que sean actos éticamente correctos, de esta manera y guiándonos por el personalismo todo sería más sencillo, cualquier dilema de esta índole no tendría porque afectarnos, si todos somos éticos esto no tendría que afectarnos en lo más mínimo. Pero esto no debe entenderse como un cambio que aparecería por sí solo, es muy importante que todas las escuelas se tomen enserio el plan de estudios que tienen y que impartan de manera adecuada los contenidos necesarios para que con el tiempo la sociedad crezca con personas basadas en la ética y que de esta manera la gente cada vez sea más capaz de discernir lo que se debe de hacer en casos como al que nos enfrentamos actualmente.
Referencias bibliográficas:
Referencias escritas:
1.- Dra. Tarasco M. (2017) Diversas Posturas Filosóficas que Influyen en el Razonamiento Bioético, Capítulo 8. Ciudad de México.
2.- Dra. Tarasco M. (2017) Diversas Posturas Filosóficas que Influyen en el Razonamiento Bioético, Capítulo 9. Ciudad de México.
3.- Sgreccia, M. E. (2017). Manual de bioética. Ciudad de México.
4.- De los Ríos Uriarte M. E. (2020). Ética en el triage. Ciudad de México.
Referencias electrónicas:
1.- Coronavirus COVID-19 Informe técnico. (2020). Recuperado de 11 de mayo del 2020, desde https://www.portalfarma.com/Profesionales/campanaspf/Asesoramiento- salud-publica/infeccion-coronavirus-2019-nCoV/Documents/Informe-tecnico- Coronavirus.pdf.
2.- COVID-19. gob.mx. (2020). Recuperado de 11 de mayo del 2020, desde https://coronavirus.gob.mx/covid-19/.
3.- Coronavirus disease (COVID-19). Who.int. (2020). Retrieved 10 May 2020, from https://www.who.int/westernpacific/emergencies/covid-19.
Por: José Carlos Suárez Barreiro
“Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.” (- Albert Einstein)
¿Nuestra falta de conocimiento nos hace ignorantes? ¿Quién no lo es? Regresemos y ampliemos un poco la definición de ignorancia: La falta de conocimiento en un tema en particular o en cultura general. “La cultura es lo que se queda después de haber olvidado lo que se aprendió.” (-André Maurois). Ya que sabemos el significado de lo que es la ignorancia, te puedes hacer la pregunta que todos nos hacemos ¿Soy una persona ignorante?. Si lo eres, todo ser humano es ignorante lo cual no es malo pero siempre perfectible. Aunque el ser humano no es perfecto, y sería imposible saber todo, todos sabemos algo, y siempre podemos saber mas. Nadie es poseedor de la verdad absoluta. En si nuestro problema no es la ignorancia, si no el negarnos a reconocernos ignorantes y como se puede resolver.
La ignorancia no tiene solución absoluta, pero puedes acercarte a la sabiduría por medio del estudio, las enseñanzas de maestros y expertos en tus temas de interés, pero sobretodo reconocer que ser sabio no es aquel que necesariamente acumula muchos datos y conocimiento así como experiencias, sino mas bien el que sabe utilizar adecuadamente cada cosa aprendida y sabe ignorar con inteligencia todo aquello que no sirve, llevándolo a cometer errores y algo malo. Esto definitivamente no te ayudará a crecer como persona. Es decir, al momento de ignorar con inteligencia nos permite ganar en salud mental y el equilibrio. Como ya había dicho somos ignorantes, pero no todos ignoramos las mismas cosas, esto es lo mas importante de todo y es el saber de ignorar con inteligencia lo cual no es fácil.
“La ignorancia lleva al caos, no el conocimiento.” (Scarlett Johansson – Lucy)
El ignorar con inteligencia no significa alejarnos de toda persona o situación, lo que debes hacer es ser sabio y pensar con lo que sabes y que es ética y moralmente correcto. “La buena conciencia es la mejor almohada para dormir” (-Socrates). En esta parte entra la ética y moral, estas dos disciplinas indispensables al momento de tu toma de decisiones; así como al decidir ignorar o hacer caso a las cosas que pasan a tu alrededor. Si basamos nuestra sabiduría en la ética y la moral tomaremos siempre mejores decisiones, es muy importante entender que estos dos términos son muy importantes. Pero el ser humano no siempre hace caso a estas dos disciplinas humanas, en muchas ocasiones prefiere ignorarlas y hace lo que el piensa que es correcto. Esto hace que el ser humano no llegue a ser sabio y caiga en la ignorancia y la maldad. “También es importante destacar que en ocasiones el ser humano está controlado y encerrado en esta burbuja de la sociedad que desde chicos hasta el momento de la muerte puede tener un control dañino, muchos de nosotros no investigamos o hacemos lo que queremos porque según la sociedad y sus ideas/tabúes no son correctas; lo cual está mal. Si, todos somos ignorantes y la única manera de poder hacer las cosas que queremos es brincar estos obstáculos y limitantes que la sociedad nos impone. Esta barda es lo que no nos permite llegar a ser sabio y muchas personas dicen que tus deseos o ideas son imposibles. Pero si la gente dice que es imposible ¿Por qué el ser humano pudo llegar a la Luna o porqué el ser humano a logrado miles de cosas en un solo siglo que antes decían que no era posible? Esta gente que logro hacer esto es la gente que llego a ser mas y pudo romper esta barrera que nos pone el ser humano. “El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.” (-Aristóteles).
Al momento de hacer esto no significa que ya no seas ignorante, pero significa empiezas a saber mas, tener mas experiencias y conocimiento lo cual muchas personas no tienen. Al momento de ser alguien con mas conocimiento y experiencias puedes llegar a ser alguien que es sabio como había explicado en la parte anterior. Pero al mismo tiempo ser alguien con mas conocimiento no te hace sabio sino lo que te hace que sea un sabio es tu forma de ser humilde y aplicar ese conocimiento en tu entorno. Pero al final como dije alguien que sea Sabio o alguien con mayor conocimiento, educación, información, etcétera… Sigue siendo ignorante. La razón por que todo ser humano es IGNORANTE es porque a lo largo del tiempo el ser humano a descubierto nuevas cosas, mas información, etcétera. Y al final el conocimiento es infinito. “Lo que sabemos es una gota de agua; y eso hace que todos somos ignorantes”.
“El conocimiento nos hará libres”. (-Socrates)
Al final de todo la ignorancia no tiene solucion, el ser sabio solo te ayuda a tener un mejor control y aprender a ser mejor y solo te ayuda a ser mas culto, con mas informacion. Todos ignoramos diferentes cosas por diferentes razones, eso no significa que este bien, pero lo hacemos porque hasi nos educaron y asi somos. La Ignorancia no desaparece y nunca va a desaparecer dia a dia la información crece y eso por eso nadie puede saber todo, todos somos ignorantes y siempre lo seras. Al final de todo el ser humano no deja de ser ignorante…
“Imaginas que yo persigo lo extraño por ignorancia de lo bello, pero no es así, ocurre que porque tu ignoras lo bello, yo busco lo extraño.” (― Georg Christoph Lichtenberg)
Referencias bibliograficas
https://psicologiaymente.com/reflexiones/frases-de-moral
https://lamenteesmaravillosa.com/el-arte-de-ser-sabio-consiste-en-ignorar-con-inteligencia/
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352017000100001
https://www.mundifrases.com/frases-de/scarlett-johansson/
https://psicologiaymente.com/reflexiones/frases-de-socrates
Categoría:Bioética
Etiquetas: Albert Einstein, Bioética, bioeticaparatodos, conocimiento, Ética, Humanidad, ignorancia
Dra. María Elizabeth De los Rios Uriarte
Profesora investigadora de la Facultad de Bioética
Universidad Anáhuac México
Uno de los grandes avances en materia curativa para el COVID han sido los tratamientos con el plasma de los pacientes recuperados que ayudan a generar los anticuerpos para hacerle frente al virus en una persona infectada. Este tratamiento, aunque prometedor, resulta difícil no por los aspectos técnicos si no por una escasa cultura de la donación de órganos en nuestro país.
El Centro Nacional de Trasplantes reporta que si bien la cultura de la donación ha mejorado en los últimos años, aún existe una gran demanda de órganos, células y/o tejidos que asciende a las 21,500 personas en lista de espera de los cuales, el 67% lo están en espera de un riñón que es el órganos con mayor demanda al que le siguen las córneas con aproximadamente 7,200 personas en espera de las mismas.
¿Cómo fortalecer una cultura de la donación de órganos? Algunas ideas pueden apoyar la reflexión:
1.- La donación de órganos es un tema que debe ser abordado previamente con la familia por quien desea hacerlo. Esto quiere decir que, el momento de vulnerabilidad en que una persona y su familia se encuentran con emociones encontradas debido a una muerte que se prevé muy próxima no es buen tiempo para pensar en donar ya que la razón se obnubila y sólo puede pensar en la recuperación o en el dolor de la ausencia del ser querido. La decisión, además de ser tomada de forma previa debe compartirse con la familia ya que, al momento de fallecer, si hay posibilidad de donar órganos, será ésta la que deba otorgar su consentimiento para proceder a la extracción de los mismos. De no contarse con la autorización de la familia, no se puede proceder y, desafortunadamente, en no pocas ocasiones sucede esto y los órganos se pierden. Hablar, por ende, de este tema cuando ni la vida de uno ni la de los seres queridos están en juego es el mejor escenario para favorecer la donación.
2.- Hay que considerar que los trasplantes pueden ser realizados de pacientes vivos a otros pacientes vivos o bien de pacientes fallecidos a pacientes vivos. En el primer caso sólo se pueden donar los órganos pares que no pongan en peligro la vida o funcionalidad del donante (riñones por ejemplo). En el segundo caso, sólo se puede proceder si se ha decretado el fallecimiento del paciente bien sea por criterios de paro cardiorespiratorio o por muerte. Jamás se deberá coercionar a la familia para que de su consentimiento antes de ser declarado fallecido el paciente ya que se pudieran presentar conflictos de interés; sin embargo, se puede crear una conversación previa entre la misma familia como dijimos anteriormente.
3.- Muy importante es resaltar la idea de que todo trasplantes deberá ser altruista y voluntario. Lo anterior deja fuera la posibilidad de comerciar con los órganos o de que el donante dé su consentimiento siendo coercionado o manipulado por otra persona. El acto de donación es un acto completamente libre que no debe desvirtuarse por necesidades urgentes o por condicionamientos económicos y/o profesionales.
4.- Existen muchos tabús que hace desistir a las personas de donar sus órganos, ente ellos, que, al momento de entregar el cadáver, éste quedará destazado como si hubiera sido sometido a un acto de carnicería eufórica. Esto no es cierto ya que los órganos se extraen con incisiones limpias que después se suturan y ningún miembro del cuerpo se mutila en el proceso. Los rituales funerarios propios de cada familia pueden realizarse de la misma forma que si no se hubieran donado los órganos del finado. No hay razón para desistir imaginando posibles deformaciones del cuerpo a causa de la extracción de los órganos.
5.- La trascendencia de una donación puede ser exponencial, es decir, la vida que se puede dar a partir de una persona fallecida que decide donar sus órganos puede favorecer hasta a diez personas considerando viables todos sus órganos (pulmones, riñones, intestino, válvulas cardíacas, córneas, huesos, tejidos, etc).
6.- La posibilidad de que una muerte pueda traer vida para alguien más es, en sí misma, bella y loable. Mediante la donación de órganos no sólo se salvan vidas si no que se recuperan funciones que hacen posible que las personas se reinserten a su vida y a su familia de nueva cuenta y puedan disfrutar estándares muy altos de calidad de vida. La donación de sangre permite la extracción del plasma que está teniendo efectos positivos en la recuperación de pacientes infectados por COVID.
Así, desde la simplicidad de una donación de sangre hasta la complejidad de una donación de un órgano, cuidarnos unos a otros es un deber que protege y alienta una cultura de la vida y de la solidaridad.
Autor: Orlando Daniel Higuera Manjarrez
El tema de la corrupción, como lo expongo en el desarrollo en el presente artículo, es una realidad que sin duda alguna define a la sociedad mexicana, es importante hacer un discernimiento respecto a los motivos y características de los actos de corrupción que inciden en nuestro país y dentro de nuestra sociedad.
La finalidad de la ética es crear un criterio propio de cómo debo actuar, analizar cada circunstancia, analizar factores y campos de acción y tomar la decisión que racionalmente sea la mejor. Es por esto por lo que es importante hacer este tipo de ejercicios en los que podemos analizar un tema de tanto interés y tan común como lo es la corrupción desde una perspectiva ética, de manera tal que logremos aplicar todas las medidas necesarias para el mejor desarrollo de nuestra vida moral.
La corrupción es uno de los temas de moda en nuestro país en los últimos años, no significa que antes no existiera, es una práctica tan usada, tan arraigada en nuestra sociedad que se ha vuelto parte de esta. El presidente Peña Nieto alguna vez aseguró que la corrupción se ha vuelto parte de la idiosincrasia de los mexicanos y la lucha contra la misma se ha transformado en un estandarte, en una insignia que atrae a un gran número de simpatizantes por su familiaridad y sentido de pertenencia con el concepto mismo.
¿Qué es la corrupción? Según el portal de la Secretaría de la Función Pública, organismo encargado de su combate: Consiste en el abuso del poder para beneficio propio. Puede clasificarse en corrupción a gran escala, menor y política, según la cantidad de fondos perdidos y el sector en el que se produzca.
Corrupción a gran escala: La corrupción a gran escala consiste en actos cometidos en los niveles más altos del gobierno que involucran la distorsión de políticas o de funciones centrales del Estado, y que permiten a los líderes beneficiarse a expensas del bien común.
Actos de corrupción menores: Los actos de corrupción menores consisten en el abuso cotidiano de poder por funcionarios públicos de bajo y mediano rango al interactuar con ciudadanos comunes, quienes a menudo intentan acceder a bienes y servicios básicos en ámbitos como hospitales, escuelas, departamentos de policía y otros organismos.
Corrupción política: Manipulación de políticas, instituciones y normas de procedimiento en la asignación de recursos y financiamiento por parte de los responsables de las decisiones políticas, quienes se abusan de su posición para conservar su poder, estatus y patrimonio.
De estos tres conceptos, el que más llama la atención es el de “Actos de corrupción menores”, ¿menores?, este mal es tan palpable que esta definición se puede interpretar como “actos de corrupción cotidianos”. ¿En verdad es parte de nuestra naturaleza?, eso significaría que no se puede cambiar, que es un instinto del cual no podríamos huir y que de nada vale luchar por detener estos actos.
En el instinto intervienen dos factores esenciales: el sentimiento y el conocimiento, pero es un conocimiento sensible, ya que no tiene fin, es algo innato. Por esto, la corrupción no se puede concebir como parte de nuestra naturaleza, sino como parte de nuestro entorno.
La naturaleza ha dado a cada ser existente una forma normativa de comportarse, a lo cual se le llama “naturaleza”, sin embargo, la naturaleza humana por su capacidad auto determinativa carece de definición. Al utilizar la razón y la libertad podemos llegar a ser personas y crea su propia naturaleza. Pero de igual manera, vimos que, al ser un espíritu encarnado, el hombre puede dirigirse y configurarse por medio de sus actos a la semejanza de los ideales más nobles; de no ser así, podríamos asemejarnos a las bestias.
Desmembremos esto enfocándonos en el tema que nos atañe; existen tres tipos de libertad: física, ética y de elección. El ejercicio de la libertad es lo que define nuestra naturaleza, el hombre tiene la posibilidad de obrar de una u otra manera según su voluntad, virtudes o capacidad. En cuanto a los actos de corrupción, en la mayoría de los casos es una elección, si bien sabemos que en nuestro país es algunas veces imposible conseguir algo sin caer en estos actos, la mayor parte se ve motivada por la coerción de los mismos servidores públicos que deberían atender sin mayor interés que el de cumplir su deber.
Es esto mismo lo que ha creado una cultura de corrupción que si bien es deleznable, se ha vuelto necesaria. Todos hemos sido parte en menor o mayor medida de la aceptabilidad de esta práctica y para algunos es cuestión de tiempo. Puede ser disfrazado de una intención noble como acceder a bienes y servicios básicos en ámbitos como hospitales, escuelas, departamentos de policía y otros organismos.
Imaginémonos a la madre que quiere que su hijo consiga atención más rápida en el hospital, pero se ve impedida por los procesos burocráticos y decide “dar un extra” para conseguirlo, o a cualquier persona que va tarde a una reunión y lo detiene un oficial de tránsito y da la famosa “mordida”.
Desde estos casos “nobles”, hasta el caso en el que un juez libera a un criminal comprobado porque este le llegó al precio no hay mucha diferencia, solo una falsa moral. Grandes o pequeños, los actos de corrupción siempre buscan mismo fin: el beneficio propio.
La opinión general considera a la corrupción como un problema jurídico, pero es sin duda un problema ético. Las acciones humanas son de libre albedrio, cuentan con una característica esencial como la voluntad. Así que es ineludible la responsabilidad de todos, tanto del funcionario o persona que ostenta un poder o cargo público que acepta o fuerza este acto, como el civil que lo acepta o busca.
La corrupción es un vicio, un hábito moralmente malo que ha echado raíces dentro de nuestra sociedad. La única forma de combatirlo es desde su centro, a través de la creación de nuevos hábitos que partan de una repetición de actos que nos alejen de esta práctica, de una educación y de impulsar una nueva cultura en la que no se pueda permitir.
Para concluir, nos va a tomar mucho tiempo poder cambiar esos vicios que hoy por hoy se han impregnado tanto en nuestra sociedad, fueron creados a través de años y años de práctica incesante de un acto moralmente malo como lo es la corrupción. Debemos empezar por nosotros mismos, buscar la perfección de nuestros actos a través del ejercicio de nuestro intelecto y voluntad, todo con la firme convicción de nutrir nuestra vida moral.
Bibliografía:
Categoría:Bioética
Etiquetas: Bioética, Bioética para todos, corrupcion, corrupción política, Ética, sociedad mexicana
Cuidados paliativos: del curar al cuidar.
Autor: Dra. Ma. Elizabeth de los Ríos Uriarte
Profesora e investigadora de la Facultad de Bioética
Universidad Anáhuac México
La OMS estima que, anualmente, 40 millones de personas requieren cuidados paliativos en el mundo y de ellos, sólo el 14% reciben dicha asistencia. Las razones pueden obedecer a razones económicas, culturales o ambas pero, en cualquier caso, se ha evidenciado la carencia en este rubro de atención médica en los últimos meses y la crisis actual nos invita a fortalecer las estrategias de salud pública con enfoque en las enfermedades incurables que requieren un abordaje distinto.
Los cuidados paliativos, según la OMS es el: “enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana e impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas, físicos, psicológicos y espirituales”. Su historia data de la Edad Media con la figura de los hospicios que albergaban peregrinos que llegaban, en muchas ocasiones, enfermos. Posteriormente su surgimiento público se remonta hacia 1967 con el Hospicio St. Christopher en Londres fundado por Cicely Saunders.
Los cuidados paliativos son entonces un tipo de atención médica enfocado ya no en el curar si no en el cuidar, de ahí que, etimológicamente, su raíz venga de “pallium” que significa manto aludiendo al acto de aliviar o asistir. Así, los cuidados paliativos entran en el proceso de enfermedad cuando ésta resulta incurable y avanzada dejando al enfermo en una situación terminal.
En México los cuidados paliativos cobran auge a partir de la reforma al artículo 166 Bis de la Ley General de Salud en 2009 en donde se procura atención médica a los pacientes diagnosticados en etapa terminal para garantizarles una muerte natural.
Ahora bien, es preciso entender que si bien se ha contemplado esta posibilidad como parte fundamental del derecho a la salud, no hay una eficiente puesta en práctica de los mismos en el sistema de salud, en parte, por razones económicas que implican invertir en la formación en este campo así como en unidades hospitalarias y medicamentos para asistir a los pacientes, pero, por otro lado, hay una razón más de fondo que es cultural y tiene que ver con el poco entendimiento y los muchos mitos que se han generado en torno a los cuidados paliativos.
Por mencionar algunas de estas falsas creencias está, por ejemplo, la idea de que los cuidados paliativos son para el “final de la vida”; esto es incorrecto puesto que pueden ser administrados desde el inicio del diagnóstico y hasta por meses antes de ocurrir el momento del fallecimiento, por ende, no hay que esperar a que al paciente el queden horas de vida para acudir a ellos si no que hay que remitirlos desde el momento del diagnóstico inicial, lo que me lleva a mencionar que otro gran mito es creer que no sirven para nada, esto obedece a que, cuando la muerte está próxima y es cuestión de horas, los síntomas que presenta el paciente son muchos y muy variados y, en general, de muy difícil control, por lo que a veces el equipo de cuidados paliativos tarda mucho en encontrar los medicamentos apropiados y en las dosis específicas para cada paciente.
Otro aspecto que es muy importante a considerar es que no sólo alivian el dolor como generalmente se les ha asociado si no que constituyen una estrategia de atención integral al enfermo y a su familia de tal manera que, además de brindar la asistencia médica, acompañan los aspectos psicológicos, emocionales y espirituales del paciente y de su familia ayudando en el proceso de entendimiento y aceptación de la enfermedad y de la muerte.
A pesar de su inmensa bondad y pertinencia, aún falta mucho por hacer para impulsar una cultura que acoja los cuidados paliativos con agrado, un gobierno asigne un presupuesto a este rubro de atención, así como más políticas públicas que fortalezcan su puesta en práctica y su exigencia como derecho humano.
Categoría:Bioética
Etiquetas: Bioética, Bioética en México, Bioética para todos, cuidados paliativos, cuidar, curar, Ética, OMS
Por: Isidoro Levy Guakil
Mientras el mundo unido se esfuerza en mitigar la propagación del Covid-19; una crisis sanitaria especialmente de característica e impacto urbano, las ciudades en el mundo han fallado, provocando la propagación del contagio en grandes escalas, y la pandemia ha abrumado los sistemas de atención médica, lo que ha llevado a tomar medidas preventivas dramáticas en muchos países.
Esta crisis, no nos dejan más que reflexionar sobre lo que teníamos, lo que tenemos hoy en día, y lo que debemos tener en un futuro, y es por eso que nos resulta en un momento de oportunidad hacia el futuro, debemos pensar en como diseñar las ciudades más seguras y con resiliencia hacia las pandemias para aportar ciudades y comunidades más sostenibles en el futuro próximo, y así potenciar nuestras ciudades para ser un arma más contra las pandemias. La bioética medioambiental bien nos dice como debemos quitar estas situaciones de riesgo que tenemos en cada una de las ciudades del mundo y empezar a diseñar de una manera más segura, debemos diseñar ciudades que garanticen los servicios básicos accesibles para todos, así como también se debe planificar que las áreas residenciales, fundamentalmente, estén próximas a las zonas verdes, entre varias otras acciones para reducir significativamente el número de muertes prematuras en la población y la propagación de pandemias.
Nos encontramos en un escenario mundial de rápida urbanización y disrupciones que cambian drásticamente la vida urbana. Vivimos en un mundo que está consumiendo más recursos de los que la tierra posee y comprometiendo seriamente la sustentabilidad del planeta. Esa extrema industrialización convirtió a las ciudades en las más voraces consumidoras de materiales, las que más recursos energéticos demandan y las que más basura generan. Ahora se agrega a este panorama la pandemia del Covid-19, una novedad que complica aún más el escenario.
El cambio tiene que ver con aprender a redefinir los problemas y sus condiciones de forma contextual y relacional, teniendo en cuenta que el inicio del análisis lo constituye la unidad hombre-entorno y no cada uno de forma separada. Ya que “si definimos problemáticas bioéticas y medioambientales de forma aislada será difícil hallas soluciones posibles.” (Blas lahitte, Hector, 2011)
Por ello, en clave de resiliencia, para aportar en la construcción de ciudades y comunidades más sostenibles en el futuro próximo, se debe plantear primero los aspectos más importantes que deben cambiar, “la salud, la educación, movilidad, comunicación, escala, gestión, entre otros son en lo que una ciudad se debe enfocar para hacer un cambio real ante las pandemias” (Victor Bouzas Blanco, 2020)
En el ámbito de la salud, el proceso de expansión del virus ha demostrado la debilidad de los sistemas de salud de las ciudades del mundo, incluso en países desarrollados. En este sentido es obvio que los sistemas de salud requieren más capacidades en términos de infraestructura (más unidades de cuidados intensivos, más personal, mejores protocolos, etc.); y el mismo principio de la ética nos dice es una responsabilidad el compartir el conocimiento creado en estos meses será fundamental en el futuro para responder más pronto y mejor ante una crisis sanitaria.
“La creación de la red Ciudades por la Salud Global (Cities for Global Health) en la que los gobiernos locales comparten libremente información sobre sus decisiones y acciones en medio de la pandemia; es un ejemplo, si bien es útil para que alcaldes, gobernadores y presidentes actúen en el momento, este repositorio se convierte en una herramienta para mejorar los sistemas públicos de salud en el futuro próximo.” (LA Network, 2020). Esto implica también garantizar los servicios básicos, ya que muchas infraestructuras y dotaciones no se planifican para escenarios extremos sino en condiciones habituales, por tanto, en estos días por desgracia observamos la saturación del servicio sanitario en muchas ciudades de los países afectados por coronavirus. A pesar de que los urbanistas no tienen un papel fundamental, si que se debe realizar una reflexión cómo se puede proporcionar la mejor y más eficiente atención médica en una ciudad. También tenemos retos como mejorar la capacidad del transporte para conectar a los ciudadanos con el sistema de salud de manera segura y manera higiénica; ya que son esenciales para una ciudad que se enfrenta a una pandemia y así poder combatir o mínimo prevenir un poco la crisis.
En cuanto a la movilidad de una ciudad, la Directora Ejecutiva de ONU Habitat, Maimunah Mohd Sharif, hizo un llamado muy concreto para lo que debe ser la movilidad de las ciudades luego de la pandemia por covid-19 y sus aprendizajes. “Hago un llamamiento a todos para que proporcionen una movilidad segura hoy y empiecen a planificar la movilidad sostenible del mañana”.
Desde la perspectiva de la ética y el principio de la no-maleficiencia, las ciudades sobre todo deben ahora mantener un buen servicio público y la confianza en un buen servicio público, ya que hoy más que nunca, la movilidad dentro de una ciudad puede significar la vida o la muerte de personas, las ciudades deben de dar prioridad al acceso a las personas que necesiten un transporte asequible y seguro, entre ellas las personas con discapacidad y las que estaban empleadas en los servicios esenciales.
En estos momentos la necesidad de mantener las redes de transporte público durante y después del brote, como columna vertebral de las ciudades, es lo que puede garantizar que la crisis sanitaria no se convierta en una crisis social, el transporte público es un servicio esencial para hacer frente a la pandemia. Ya que ”todos los medios de transporte público se consideren ahora como un servicio público, para salvar vidas y medios de subsistencia» (Maimunah Mohd Sharif, 2020)
“La ciudad es la forma y el símbolo de una relación social integrada”. (Lwesi Mumford, 1938), tomando en cuenta esto, podemos entender que “los procesos de planificación urbana participativos y los enfoques centrados en los grupos vulnerables, además de reducir el riesgo y facilitar la aplicación de los planes urbanos, ayudan a lograr un desarrollo equitativo y sostenible en las comunidades urbanas.” (UNISDR, 2017) y es por eso que sabemos la importancia de una comunicación buena dentro de las ciudades, desde la gestión hasta el comunicar a los habitantes es una gran herramienta para la prevención de pandemias como el Covid-19, haciendo a un lado todo el principio del modelo personalista y enfocándonos en un modelo de la bioética de la virtud donde nos tenemos que enofcar ne las personas y en donde se enfocar en la moral, la moral de comunicar las medidas adecuadas para la prevensión de contagios y la moral de comunicar a su ves, información concreta y real sobre las situaciones que estén pasando dentro de las ciudades, ya que el conocimiento y la comunicación es la mejor herramienta para combatir la propagación de virus.
La crisis que estamos viviendo el mundo entero en estas épocas es sin duda, una de las mayores amenazas que ha vivido el planeta en las últimas décadas, y muchos expertos pronostican que las pandemias se presentaran cada 5-10 años si no hacemos algo, es por eso que decidí hablar sobre este tema, porque la mejor manera de prevenir en un futuro una catástrofe de esta magnitud como futuro arquitecto y urbanista es al diseñar las ciudades para que sean menos factibles a las pandemias y a la propagación de estas mismas, como ya mencionamos, debemos de bajar la escala de las ciudades de hoy en día, ya no puede ser posible ciudades con 5 millones de habitantes en donde es prácticamente imposible evitar el contagio entre unos y otros, debemos planificar de una mejor manera las lineas de servicios básicos, la movilidad dentro de una ciudad, incrementar la más forestal de las ciudades, poner centros de atención medica en cada centro de barrios, y muchas más como ya mencionamos.
Está en nuestras manos si decidimos seguir viviendo de la misma manera que nos llevo a estar en esta situación, o actuar y hacer cambios en nuestra forma de vivir y de habitar nuestros espacios, ya no podemos seguir dañando al mundo y definitivamente ya no podemos seguir con el mismo estilo de vida de siempre. Esto fue un llamado del planeta para decirnos que algo estamos haciendo mal y que debemos de cambiar.
Autor: Luis David Suárez de la Cruz
“Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.”
la Granja” (1945, p. 89)1 , es un perfecto resumen de lo que pretende exhibirse en este escrito; el intento de los más privilegiados (y de sus seguidores) por justificar sus privilegios.
La desigualdad ha existido desde antes de que existieran siquiera las sociedades humanas, y ambas han evolucionado prácticamente de la mano. Hoy en día, ésta se manifiesta entre las distintas clases sociales, sexos, etnias, naciones, en fin… no es ningún secreto que la lucha por la igualdad es constante en el mundo contemporáneo, ni que la gran mayoría de las personas la considera una lucha justa, noble. Estamos viviendo una crisis de valores en la que predominan la falta de empatía y el relativismo. No pretendo repetirle al lector lo que ya escucha todos los días en los medios, sino indagar en aquello que no le dicen; no voy a hablar de la desigualdad descarada y evidente que tantas personas enfrentan día con día, sino de aquella que pasa desapercibida, silenciosa, o incluso disfrazada de justicia.
Mucho se habla, y con toda razón, de la injusticia que sufren las mujeres en Latinoamérica y Medio Oriente por el simple hecho de ser mujeres, o de cómo el color de piel de los afroamericanos los ha convertido en los sospechosos de facto de cualquier crimen violento, o de la supuesta inferioridad del trabajador extranjero frente al nacional. Pero nadie menciona que los requisitos de aptitud física de las mujeres para enlistarse en el ejército de los Estados Unidos son menores que los de los hombres, o que el ex-presidente de los Estados Unidos Barack Obama recibió el premio Nobel de la paz a pesar de autorizar más de 10 veces más ataques con drones que su antecesor George Bush. La lista podría seguir, pero ése no es el punto. El punto es, ¿por qué no se habla de esto? En primer lugar, porque son hechos poco divulgados. No fueron algo que resonara en las noticias. Pero, ¿y qué hay de aquellos que sí lo saben? La respuesta es sencilla: temen ser tachados de sexistas, racistas, xenófobos, y tantas otras palabras que se han puesto de moda en el léxico del siglo XXI. Hemos llegado a un punto en el que el juicio sobre la moralidad de los actos humanos se aplica de forma distinta a cada persona y el fin pareciera justificar los medios: un punto en el que, absurdamente, se pretende alcanzar la justicia mediante la privilegiación y la opresión.
Muchos podrían pensar que estos son problemas menores y que no tiene mucho caso dedicarles un escrito; justamente por lo poco que se abordan es que me parece prudente abordarlos. Si lo vemos como un “taijitu” (el famoso símbolo del “Yin-Yang”), en donde el yang (el blanco) representa a los privilegiados y el negro (el yin) a los oprimidos (que, por mucho tiempo, la historia caracterizó con esos mismos colores a la piel de los hombres), el escrito estaría enfocado en el yin dentro del yang y en el yang dentro del yin; en la opresión dentro del privilegio y el privilegio dentro de la opresión.
En los párrafos siguientes, me doy a la tarea de profundizar en algunos de estos casos y buscar las razones para que dos personas o dos grupos sean juzgados de distinta manera al afrontar la misma situación, y cómo se transgiversa la ética social al hacer dichas comparaciones.
Hablemos de política
10 de diciembre del 2009. Barack Obama, entonces presidente de los Estados Unidos, acepta el premio Nobel de la paz, otorgado por “his extraordinary efforts to strengthen international diplomacy and cooperation between peoples” [sus extraordinarios esfuerzos por fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos] (NobelPrize.org, 2009, p.1)2. No había pasado ni un año desde que asumió la presidencia, y su discurso sobre un mundo sin armas nucleares y “guerra justa” ya había capturado los corazones de millones de personas. Él mismo reconoció que no se sentía digno del premio, y lo veía más como un “llamado a la acción” que una recompensa. Recordemos que una de sus principales promesas de campaña fue terminar con la guerra en Irak. Siete años después, la administración de Obama acumulaba 26,172 bombas lanzadas en ese año (nótese que la imagen tiene un error en el título, la suma sigue siendo 26,172) , en su mayoría en Siria e Irak (Zenko, 2017, p. 2)3. En el transcurso de esos años, la violencia en Medio Oriente no hizo más que aumentar.Figura 1: número de bombas lanzadas por los Estados Unidos
a otros países en 2016. Disponible en internet en la dirección
https://www.independent.co.uk/news/world/americas/us-president-barack-obama-bomb-map-drone-wars-strikes-20000-pakistan-middle-east-afghanistan-a7534851.html (acceso 12 de mayo del 2020)
La situación del actual presidente, Donald Trump, no es demasiado diferente; tras sus reuniones con el dictador norcoreano Kim Jong-un (que lo convertirían en el primer presidente norteamericano en ejercicio en cruzar la “línea” que separa a las dos Coreas) en 2019, muchos de sus seguidores argumentaron que esto lo volvía digno candidato al premio recibido por su antecesor. Sin embargo, dichas reuniones, aunque lucían prometedoras, no llegaron a ningún acuerdo de desnuclearización. Por otro lado, es bien sabido que Donald Trump autorizó varios ataques con misiles dirigidos a Medio Oriente, el más prominente el del 3 de enero de este año, que acabó rápidamente con la vida del mayor general iraní Qasem Soleimani.
Vemos a dos presidentes de la unánime nación más poderosa del mundo, que mucho ladraron y poco mordieron; que prometieron acabar con una guerra, y acto seguido la continuaron. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Que, a comparación de las críticas que recibe Trump todos los días, las de Obama son inexistentes; que, cuando la economía norteamericana va mal, Trump es un incompetente, pero cuando va bien, es gracias a lo que le dejó Obama. ¿Realmente fue mucho mejor presidente Obama de lo que ahora es Trump? ¿O se les juzga con distinta severidad por el partido al que pertenecen, o peor aún, por su color de piel? De ser así, ¿es el color de piel el equivalente moderno del “Anillo de Giges”, “un anillo mágico que hace invisible a su portador al girarlo” (Cortina, 2013, p. 258)4, eximiendo a su portador de las consecuencias de sus actos? ¿Está Obama exento de toda crítica por ser el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos? Una sociedad sin consecuencias, en la que la conciencia moral o nuestra “voz interna” no nos dice que lo que estamos haciendo está mal, podría desbaratar el orden de la civilización y hacerla descender a la anarquía.
Hablemos de igualdad de género
Analicemos otro caso: las dichosas cuotas de género. Estoy seguro que muchos estarán de acuerdo conmigo cuando digo que un trabajo se le debe asignar al aplicante más capacitado, independientemente de su sexo, edad, nacionalidad, clase social, o cualquier otro motivo (siempre, claro, dentro de los confines de la ley), y el sueldo debería ir acorde a dicha capacitación. Pero en la realidad, no siempre es el caso. Rara vez, de hecho. Un ejemplo interesante es el de la Infantería de Marina de los Estados Unidos, para la cual, los requerimientos para pasar el examen de aptitud física son distintos para hombres y mujeres (y también varían por edades).
Tabla 1. Requerimientos para flexiones/dominadas
Male Marine Pull-up Standards/Age |
Female Marine Pull-up Standards/Age |
||||
Age Group | Minimum | Maximum | Age Group | Minimum | Maximum |
17-20 | 4 | 20 | 17-20 | 1 | 7 |
21-25 | 5 | 23 | 21-25 | 3 | 11 |
26-30 | 5 | 23 | 26-30 | 4 | 12 |
31-35 | 5 | 23 | 31-35 | 3 | 11 |
36-40 | 5 | 21 | 36-40 | 3 | 10 |
41-45 | 5 | 20 | 41-45 | 2 | 8 |
46-50 | 5 | 19 | 46-50 | 2 | 6 |
51+ | 4 | 19 | 51+ | 2 | 4 |
Fuente. Stew Smith. Marine Corps Physical Fitness Test (PFT). Disponible en internet en la dirección https://www.military.com/military-fitness/marine-corps-fitness-requirements/usmc-physical-fitness-test (acceso 12 de mayo del 2020)
Para muchas personas, esto tiene sentido; después de todo, hombres y mujeres son biológicamente distintos, y el hombre promedio es más fuerte que la mujer promedio. Sin embargo, muchos otros, y en ellos me incluyo, creemos que es injusto y hasta estúpido: hablando estrictamente del ejército, uno quiere que su unidad sea lo más eficiente posible, y rebajar sus estándares reducirá invariablemente su eficiencia. Pero no por esto creo que las mujeres no puedan o no deban pertenecer a las fuerzas armadas si así lo desean; más bien, creo que los requisitos deberían ser iguales para todos. Seas hombre o mujer, deberías ser capaz de cargar a tu compañero de 80 kilogramos si es herido y debe retirarse del campo de batalla. Muchas mujeres se han mostrado a favor de esta postura, argumentando que bajarles los requisitos por ser mujeres las hace quedar como el sexo débil. Aún así, muchos lo ven como una postura sexista, pues esto aumentaría la dificultad de una mujer para obtener el mismo puesto que un hombre; sin embargo, podemos verlo desde el extremo opuesto, actualmente, a los hombres se les exige un mayor rendimiento para el mismo puesto que a una mujer.
Considero prudente hacer aquí la distinción entre igualdad (tratar a todos por igual) y equidad (tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales); ambos conceptos tienen su lugar y momento en la sociedad, pero al confundirlos y aplicar uno cuando debe aplicarse el otro lleva a polémicas como ésta: en la que se aplica equidad cuando, en mi opinión, debería aplicarse igualdad.
Conclusión
Como estos casos hay muchos más, y revisarlos todos va más allá del alcance del presente ensayo. De cualquier forma, creo que no hace falta hacerlo, pues considero que el mensaje es claro: la lucha por la igualdad, la equidad, y la justicia debe continuar, sí; pero debe pelearse en todos los frentes, incluso aquellos que parezcan abandonados o sin importancia. Tenemos una obligación hacia nosotros mismos y hacia los demás de no callar ante lo injusto y luchar por lo que es correcto: “El bien común es un deber de todos los miembros de la sociedad… pero es un buen arduo de alcanzar, porque exige la capacidad y la búsqueda constante del bien de los demás como si fuese el bien propio.” (Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, 2004, p. 167)5. De no hacerlo, la lucha se verá fracturada, incompleta; contraria al fin último del hombre de buscar la perfección y la felicidad, pues sabemos que un hombre que no es íntegro y congruente con lo que él mismo piensa y considera sagrado, no puede ser feliz. Pelear sólo cuando y donde nos conviene nos hace cómplices de la desigualdad que, supuestamente, queremos abolir; nos vuelve infelices; y, como el cerdo Napoleón en “Rebelión en la Granja”, nos terminamos convirtiendo en aquello que tanto odiamos y juramos destruir.
Categoría:Bioética
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