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Bioética y Psicología

La bioética es la rama de la ética dedicada a proveer los principios para la conducta más apropiada del ser humano con respecto a la vida, tanto de la vida humana como del resto de seres vivos, así como al ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la misma. La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento , la mente y los procesos cognitivos de las personas. Los psicólogos tratan con personas y su meta es mejorar la calidad de la salud mental de sus pacientes, y por ende se deben de aferrar a una serie de reglas éticas y morales, respetando así la bioética y la integridad humana de las personas.

Los seres humanos por definición somos seres bio-psico-sociales y tenemos derecho a ser tratados con dignidad, respetando todos los aspectos de la vida, incluidos los aspectos psicológicos. un buen profesional de psicología debe cumplir con criterios como los siguientes: beneficencia, fidelidad y responsabilidad, integridad, justicia y respeto por los derechos y la dignidad de todas las personas, reconociendo y respetando las diferencias culturales e individuales, incluyendo las relativas a la edad, el género, la etnia y la cultura, el origen nacional, la religión, la orientación sexual, la discapacidad, el estatus socio-económico, etc. El acuerdo entre un paciente de psicoterapia y un psicólogo debe de ser igual que aquel entre un paciente médico y un fisiólogo: se debe buscar hacer mayor bien respetando el valor y la integridad de la vida.

Los dilemas éticos que se generan en el campo de la salud mental son muy amplios y complejos e incluyen desde las dificultades de pensar en la aplicación del consentimiento informado en personas con autonomía e independencia disminuida.

Erich Fromm, en su obra “Ética y Psicoanálisis”, afirma que la ética no puede desvincularse del estudio de la persona puesto que los juicios de valor que elaboramos determinan nuestras acciones, y sobre estas descansan nuestra salud mental y nuestra felicidad.

Fromm ve una relación directa entre ética y psicología, hasta el punto de sostener que los síntomas neuróticos que muchas personas sufren son expresiones específicas de un conflicto moral.

De esta manera, la ética incide sobre la psicología, pero también sucede lo contrario: para el éxito de la terapia será determinante la capacidad del terapeuta para comprender el problema moral del paciente y de esa manera poder solucionarlo.

Es sumamente importante adherirse a una serie de reglas éticas y morales en observancia con la bioética para asegurarse que el tratamiento e intervención psicológica que se ofrece a las personas respete la vida y la dignidad del paciente. La bioética nos ayuda a pensar.

Nos puede enseñar a razonar con rigor, de tal manera que podamos explicar y argumentar por qué tomamos esta decisión y no otra. También nos va a facilitar el análisis de por qué nos hemos equivocado en una determinada actuación. La formación en ética clínica nos proporciona herramientas intelectuales para someter nuestras razones a la prueba de la crítica.

La bioética debe de ser una gran parte del conocimiento  intelectual y moral de respeto al ser humano para evitar que, al cuidar de su salud, caiga en las garras de intereses particulares, científicos o económicos, lo cual, Es decir la bioética y la psicología deben de estar al servicio de la dignidad humana de cada uno de los pacientes.

Autor: Santiago Gorozpe Camargo