Introducción

En el ámbito de la bioética y los derechos humanos, el consentimiento informado constituye uno de los pilares fundamentales para el respeto de la dignidad, la autonomía y la libertad de las personas en contextos médicos y científicos. Sin embargo, los acelerados avances en biotecnología y tecnologías basadas en inteligencia artificial (IA) han planteado nuevos desafíos a la práctica efectiva de este derecho. Desde terapias génicas hasta algoritmos de diagnóstico médico, las complejidades técnicas y los riesgos emergentes dificultan que los pacientes puedan otorgar un consentimiento genuinamente libre e informado. Este artículo examina los retos y oportunidades que surgen en este nuevo escenario, subrayando la necesidad de actualizar los marcos éticos y jurídicos para proteger los derechos humanos en la era de la innovación biomédica.

El consentimiento informado: fundamentos éticos y legales

El consentimiento informado es el proceso mediante el cual una persona, después de recibir información adecuada y comprensible, decide voluntariamente aceptar o rechazar una intervención médica o participar en un experimento. Su origen puede rastrearse hasta los principios de autonomía personal, beneficencia, no maleficencia y justicia. Desde los Códigos de Nuremberg y la Declaración de Helsinki, hasta las leyes nacionales contemporáneas, el consentimiento informado se ha establecido como una salvaguarda esencial contra abusos médicos y científicos.

Los requisitos básicos del consentimiento informado incluyen:

  • Información suficiente sobre los riesgos, beneficios y alternativas.
  • Comprensión real de la información por parte del paciente.
  • Voluntariedad sin coacción ni manipulación.
  • Capacidad legal para decidir.

En teoría, estos requisitos garantizan que las decisiones médicas respeten la autonomía del paciente. En la práctica, el surgimiento de tecnologías extremadamente complejas pone en cuestión la posibilidad de un consentimiento verdaderamente informado.

Biotecnología e inteligencia artificial médica: nuevos desafíos

El desarrollo de terapias avanzadas (como la edición genética con CRISPR), órganos bioimpresos, y sistemas de IA capaces de diagnosticar y recomendar tratamientos, introduce variables inéditas en el proceso de toma de decisiones médicas. Estos avances, aunque prometedores, plantean varios problemas para el consentimiento informado:

1. Complejidad técnica

Los tratamientos basados en ingeniería genética o en algoritmos de aprendizaje automático son extremadamente complejos incluso para profesionales de la salud. Para los pacientes, comprender los mecanismos, riesgos a largo plazo, y posibles efectos secundarios impredecibles puede ser virtualmente imposible. ¿Puede hablarse realmente de consentimiento informado si la información, aunque disponible, es ininteligible para la mayoría?

2. Incertidumbre y riesgos desconocidos

Muchos procedimientos biomédicos innovadores implican riesgos desconocidos o poco documentados. Por ejemplo, una terapia génica puede corregir una mutación hoy, pero tener efectos colaterales imprevisibles en futuras generaciones. La IA médica, por su parte, puede ofrecer recomendaciones basadas en patrones estadísticos, pero sin explicar de manera clara sus razonamientos (problema conocido como “caja negra”). El consentimiento informado tradicional exige conocer los riesgos, pero ¿cómo consentir informadamente ante la incertidumbre radical?

3. Datos personales y privacidad

La biotecnología y la IA médica dependen del acceso y procesamiento de grandes volúmenes de datos personales, incluyendo información genética extremadamente sensible. Los pacientes deben ser informados sobre el uso, almacenamiento, y posible compartición de estos datos. Sin embargo, muchas veces los términos de consentimiento para el uso de datos son vagos, extensos y difíciles de entender. Esto erosiona el control efectivo de las personas sobre su propia información.

4. Asimetría de poder

Los desarrollos en IA médica están impulsados en gran medida por grandes corporaciones tecnológicas y farmacéuticas. Esta concentración de poder económico y técnico genera una asimetría frente al paciente individual, quien puede verse presionado a aceptar tratamientos o participar en ensayos sin comprender plenamente los riesgos, simplemente confiando en la autoridad percibida de médicos o instituciones.

Propuestas para fortalecer el consentimiento informado

Ante estos desafíos, es imperativo reconceptualizar el consentimiento informado para que siga siendo una herramienta de protección de los derechos humanos en el contexto de la biotecnología y la IA. Algunas propuestas son:

1. Mejorar la comunicación

Los profesionales de la salud deben recibir formación específica para explicar procedimientos complejos de forma accesible, utilizando analogías, videos, modelos 3D y otros recursos educativos. El consentimiento debería ser un proceso dinámico, no un mero acto administrativo de firma.

2. Consentimiento dinámico

En vez de un consentimiento único y estático, se propone el consentimiento dinámico, especialmente en biobancos y estudios longitudinales. Esto implica mantener a los participantes informados continuamente sobre nuevos hallazgos, riesgos emergentes y cambios en el uso de sus datos, dándoles la oportunidad de reafirmar o retirar su consentimiento.

3. Regulación específica

Es necesaria una legislación que regule explícitamente el uso de IA y biotecnología en salud, estableciendo estándares claros para el consentimiento informado, la explicación de algoritmos, y la protección de datos personales. Modelos como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea ofrecen un punto de partida valioso.

4. Participación ciudadana

Incluir a pacientes, comunidades y representantes sociales en los procesos de evaluación ética de nuevas tecnologías puede fortalecer la legitimidad de las decisiones médicas y científicas, y garantizar que los intereses de las personas estén realmente representados.

Conclusión

El consentimiento informado sigue siendo un derecho humano crucial en el ámbito de la medicina y la investigación biomédica. No obstante, la revolución tecnológica impulsada por la biotecnología y la inteligencia artificial médica exige una adaptación profunda de sus principios y prácticas. Hay que asegurar que las personas puedan tomar decisiones libres e informadas sobre su salud en este nuevo contexto es una tarea urgente para legisladores, profesionales de la salud, desarrolladores de tecnología y toda la sociedad. Sólo así podremos garantizar que el progreso científico y tecnológico no sacrifique los derechos fundamentales que sustentan la dignidad humana.

*Artículo escrito con la ayuda de ChatGPT con la revisión de la autora.

Por: Dora García Fernández

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