“Cada cabeza es un mundo” …y nunca más que ahora. En su libertad, la persona humana es capaz de buscar el bien y la verdad desde sí mismo y este es en proceso legítimo, siempre y cuando esté bien fundamentado en principios universales.
En esta diversidad de pensamiento, a lo largo de la historia del hombre surgen ideas de una persona, de un grupo o de una sociedad, que pretenden modificar las conductas de acuerdo con lo que se sugiere a partir de ese pensamiento. A esto es a lo que llamamos ideologías.
En nuestros tiempos, estamos enfrentados a muchas nuevas maneras de pensar, a muchas nuevas ideologías, de todos colores y sabores. Aceptarlas y hacerlas vida supone una decisión muy delicada y que debiera ser valorada con toda seriedad, si se consideran las consecuencias en la propia vida y la de los demás.
Quepa señalar solamente el caso del Fascismo, ideología que en general propone la supremacía de una “raza” (nacionalismo), la que además tiene derecho a pasar por encima de aquellos que son distintos a sus propios prototipos (totalitarismo y violencia). Todos conocemos las consecuencias que el mundo ha tenido que enfrentar cuando estos pensamientos se han puesto en práctica.
¿Qué hacer entonces cuando nos enfrentamos a mil y una propuestas de cambio de “nuevos paradigmas”? ¿Cómo evaluarlas, juzgarlas y decidir aceptarlas o rechazarlas (que también es un derecho legítimo)?
Compartimos algunas ideas que pueden ser valiosas para todos:
1.- Ante todo, ninguna ideología puede contraponerse al Derecho Natural que se fundamenta en la dignidad de toda persona.
2.- Distinguir entre ideología y religión. Son distintas y aunque comparten características comunes, como la doctrina, su meta es distinta, al igual que su motivación.
3.- Ninguna ideología debe ser impuesta por la fuerza. Quienes la proponen, deben no solo saberla comunicar, sino responder a todos los cuestionamientos que les fueran planteados por otras personas o grupos.
4.- Los medios de comunicación masivos, no son una fuente seria para profundizar en el conocimiento. Al reconocer una propuesta ideológica en estos medios, es necesario investigar en fuentes reconocidas y confiables para reflexionar y decidir.
5.- Dedicar tiempo a la formación a través de la lectura de libros y documentos escritos por personas reconocidas e inscribirse en cursos y pláticas que fomenten el conocimiento de una sana antropología.
Muchos de los que lean este artículo podrán pensar que esto no es lo suyo, que no es prioritario o que no afecta sus vidas. ¡Cuidado! Lo que “compres” en el “Mercado de Ideologías” no solo afecta tu vida, sino la de tus hijos y las de futuras generaciones.
Además de agradecer tu paciencia, querido lector, te invitamos a participar en esta columna con tus comentarios, dudas y sugerencias.
Ya nos veremos la próxima semana, con un nuevo tema y una nueva reflexión.
MBPP
Categoría: Vida
Etiquetas: Bioética, Ideologías, Persona Humana, Raza