Antes de comenzar a explicar un tema de mucha controversia e importancia como lo es éste, es preciso mencionar el significado que se le da a las palabras “bebés por diseño o bebés diseño”. El término “bebés por diseño” actualmente hace referencia a técnicas reproductivas que incluyen la participación de procedimientos en donde se abre la posibilidad de que quienes tenga el deseo de concebir a un bebé, puedan por ende, seleccionar el sexo del mismo además de evitar el nacimiento de niños con enfermedades. De igual forma se puede apreciar que dicho vocablo se emplea para designar a un bebé cuyo genotipo representaría la participación de técnicas reproductivas. De acuerdo al Diccionario Oxford, se le define como “un bebe cuyo complemente genético ha sido artificialmente seleccionado a través de la ingeniería genética en combinación con la fertilización in vitro para asegurar la presencia o la ausencia de genes o características particulares”.
Claramente, al tener conocimiento de dicho tema, se puede agregar que su producción conlleva problemas tanto médicos, como legales y éticos. Por un lado, la modificación que se realiza en los genes de la persona plantea cierta problemática conforme a los derechos que el bebé tiene. Se podría decir que más de la mitad de la población opina que se está alterando el orden o el porvenir de la naturaleza, y el otro porcentaje restante estaría de acuerdo. Sin embargo, uno de los aspectos es que como tal, el embrión tiene el total derecho de permanecer libre de dichas modificaciones, por lo que se estaría produciendo una modificación genética si este se ve alterado, y por tanto, el bebé cambiaría para siempre. Por otro lado, en contraposición con lo anteriormente dicho, quien afirma que los papas son quienes están a cargo de los derechos de su hijo no nacido, se podría decir que ciertamente son quienes deberían tener la posibilidad de alterar sus genes, viendo siempre por el bienestar de su descendiente.
Cualquiera de los dos puntos de vista previamente mencionados que sean seleccionados, deberá de tener en cuenta la cuestión de si es o no cierto que la modificación genética realizada antes del nacimiento puede ser substituida a través de terapias que hoy en día se tienen gracias a los avances médicos que ha logrado el mundo de la ciencia y primordialmente el Diagnóstico Genético Preimplantatorio (DGP).
Sin duda alguna, la parte ética, ya sea negativa o positiva se puede involucrar dentro de nuestra discusión, ya que es de suma importancia considerar la reflexión ética del desarrollo de bebés por diseño. Ya que ahora se tiene la incógnita de si todos aquellos niños nacidos bajo esa causa, se consideran o no de diseño, entre muchas otras controversias más.
Gilbert Hottois afirmaba que la tecnología actual trastorna, hace estallar física y conceptualmente el mundo y el orden llamado natural, puesto que lo vivo existente en nuestra sociedad se maneja para la creación de otros seres vivos sin lo mismo que conlleva uno “normal” por así decirlo. Por lo que a partir de ello, se han generado nuevos problemas en donde la ética tiene un papel preponderante en relación a lo que se estudia. Para entender de manera precisa, es necesario expresar que hace más de 20 años comenzaron a surgir nuevas tecnologías que abrieron la puerta para la reproducción artificial, así como la existencia de la Tesis de Sandel, que dice que el verdadero dilema moral se encuentra sujeto a la manipulación genética y a la intención que se tenga, ya sea con fines médicos, físicos o intelectuales.
Al día de hoy existen controversias tanto morales como éticas muy desafiantes acerca de la legalidad o licencia que nuestro tema conlleva y que conciernen a un extracto de la sociedad. De igual forma, los medios de comunicación opinan que aproximadamente de 30 a 50 niños nacen por medio de la combinación de la técnica de reproducción asistida y de la DPG, en donde en países como Estados Unidos, Italia, Francia y España, la ley lo permite, opuesto a las ideologías permanentes y a los límites establecidos por Inglaterra.
Concluimos en que dicha técnica debería de esperar un poco más para su total aplicación, puesto que no se tiene la certeza o la seguridad de que a largo plazo afecte al bebé, basándose en que es difícil controlar el número de células que se van a modificar y por consecuencia, los cambios que va a arrastrar el bebé o a sus siguientes generaciones.
Autor: Valeria Casas Martínez
Categoría: Bioética
Etiquetas: Bebes, Bioética, Bioética para todos, Diagnóstico Genético, fertilización