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Sin donaciones no hay trasplantes

Se define al trasplante como la intervención quirúrgica por medio de la cual se inserta en una persona un órgano o tejido obtenido de un donador. Para nuestra Ley General de Salud un trasplante consiste en:

la transferencia de un órgano, una porción de tejido o de un grupo de células de una parte del organismo a otra o de un individuo a otro debiendo cumplirse la condición de que se integren al organismo.

Los trasplantes de órganos y tejidos son una realidad que surge de los avances científicos en las ciencias de la salud del siglo XX. Debido a que son procedimientos en los que intervienen factores científicos, sociales, éticos y filosóficos requieren de un marco jurídico adecuado. Hoy en día los trasplantes permiten incrementar las esperanzas de vida de muchas personas que requieren de un órgano sano.

Los trasplantes pueden provenir de donación inter vivos o mortis causa. Los primeros son aquellos que se realizan con un órgano o tejido proveniente de un donador vivo, y en este caso se podrá trasplantar un tejido, órgano o la parte de éste a otra persona, siempre y cuando no implique un riesgo grave para la salud del donante, por lo tanto, no podrán donarse órganos únicos como el corazón, pero si un riñón, parte del hígado, médula ósea, etc.

Los que provienen de donación mortis causa o post mortem son aquellos que se realizan con el órgano o tejido de un donador después de su muerte. En este caso se puede donar cualquier órgano como el corazón, el hígado, las córneas, cerebro, gónadas y hasta el rostro.

En México los trasplantes están debidamente regulados en la Ley General de Salud que fue reformada y adicionada en 2009,  en el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de control sanitario de la disposición de órganos, tejidos y cadáveres de seres humanos  y en la Norma Técnica número 323 para la disposición de órganos y tejidos de seres humanos con fines terapéuticos.

El trasplante es un tratamiento médico muy complejo, y el único tratamiento que necesita la solidaridad de otras personas, a través de la donación, para llevarse a cabo.

Razones por las cuales todos deberíamos ser donantes de órganos:

  • Porque a diario miles de personas en el mundo fallecen por la insuficiencia terminal de un órgano.
  • Porque el trasplante es el único tratamiento médico que requiere del apoyo incondicional de la sociedad.
  • Porque con este gran acto de solidaridad y generosidad se contribuye a disminuir cada vez más el número de pacientes en lista de espera para un trasplante, única alternativa para mejorar su calidad de vida.
  • Porque si en vida fuimos serviciales al prójimo, ¿por qué no seguir siéndolo después de haber dejado de vivir?
  • Porque en lugar de dejar los órganos al destino de la descomposición, sería mejor dejarlos a la noble y más solidaria causa de donarlos a personas que esperan un trasplante para poder seguir viviendo o para mejorar su calidad de vida.

Sin donaciones, no hay trasplantes… Por ello la importancia de donar órganos.

Seamos donantes de vida.

Autor: Dora García Fernández