“No se puede actuar exclusivamente por la razón, ya que esta no actúa igual en unos y en otros, pues hay unos que la cultivan más que otros, olvidando que esta facultad racional es siempre perfectible por los hábitos y es una potencia capaz siempre de crecimiento.”
– Tomás de Aquino.
Los tiempos electorales…son un buen momento para sentarnos a reflexionar sobre la centralidad de la bioética: la Dignidad Humana, que hoy se ve poco respetada por los candidatos a representar al país. Cuando hablamos de Dignidad Humana, nos referimos al valor absoluto que tenemos como personas por el simple hecho de serlo.
La bioética al pensarse como un estilo de vida une los valores éticos y los hechos biológicos (intervención sobre la biósfera y no sólo sobre el hombre). No se nos debe olvidar que bioética también es la valentía de exigir un cambio, un cambio pensado desde el centro de la persona, desde su forma de pensar y sentir.
Al sentarme y reflexionar sobre las propuestas que tienen para un sexenio, en ningún momento se habla de defender la vida, de cuidar a los enfermos en estado terminal, de velar por los derechos naturales, de mejorar la salud pública, y de muchos más…Los candidatos se centran en la discusión, la lucha de poder y pierden el centro de su candidatura: la Persona, si, no es el país, no es una extensión geográfica, somos un grupo de personas que queremos vivir y compartir los mismos derechos naturales y morales cómo el respeto, la solidaridad, la justicia, la honorabilidad, la laboriosidad, la subsidiaridad, entre otros.
La silla presidencial fue creada para ayudar al pueblo a tener orden, siendo este, una virtud que ennoblece al hombre, el orden da paz y hoy no encontramos orden, orden en los organismos que ayudan a que el país crezca, orden en la forma de pensar y organizar estrategias que nos lleven a mejorar una situación, orden para poder circular, orden para vivir.
El voto que nos lleve a elegir a esa persona que nos represente, debe estar pensado no comprado, debe tener ese argumento y justificación que nos lleve a una conciencia limpia a un estar en paz. Desgraciadamente re-formar a todo un país es complicado porque siempre lo fácil y lo incorrecto es lo que nos atrapa, cuando la ecuación debería ser al revés, deberíamos tomar decisiones con la suma perfecta de la verdad: Inteligencia + Voluntad.
Debemos pensar que esa persona que tomará al país entre sus manos, lo hará como el buen médico, salvaguardando la vida de todos, viviendo una congruencia de vida y buscando la trascendencia de su mandato. Una persona que le diga SI a la VIDA y condene todo acto que no respete la vida ni la dignidad humana.
Autor: Mtra. Mariana Mancilla Alonso