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Etiqueta: seres humanos

Esquema de las dimensiones y desarrollo de la persona
Esquema de las dimensiones y desarrollo de la persona

La corporeidad

Las dimensiones de la persona es un termino contemporáneo acuñado por Mounier que quiere expresar lo siguiente: así como un volumen no se puede expresar sin dimensiones, del mismo modo el hombre no se expresa sin sus dimensiones… (corporeidad, intersubjetividad, etc.). Por lo tanto una dimensión debe ser: universal, interdependiente, abarque la totalidad de la persona, inmanentes y trascendentes al hombre.

Emmanuel Mounier expuso en su doctrina diversas dimensiones. El Prof. P. Juan Gabriel Asencio LC en su catedra de antropología destaca las siguientes dimensiones de la corporeidad basándose en los textos de Mounier y de otros personalistas.

  • Corporeidad: El hombre es un ser-en-el-mundo que se relaciona con el mundo a través del cuerpo. El cuerpo es un lugar de encuentro (yo-mundo). El cuerpo es el instrumento y al mismo tiene límite por el cual el hombre crece, aprende y se realiza.
  • Historicidad:  Nace del ser corpóreos, y por tanto materiales, sujetos al cambio y con ello al tiempo. El hombre crece, aprende y se realiza siempre en el tiempo. El hombre puede captar el tiempo objetivamente (reloj) o subjetivamente (“el tiempo pasa volando”).
  • Intersubjetividad:  Nos da el concepto de relación. El hombre es un ser relacional, sin relaciones el hombre no es capaz de desarrollarse, pues es el OTRO quien le enseña a ser hombre y le dice quién es.
  • Sexualidad:Una aplicación intersubjetiva a nivel sexual. La sexualidad no es sólo un dato objetivo. Este dato también se vive subjetivamente, y se desarrolla en ambas vertientes. El adolescente comienza a crecer

subjetivamente. La sexualidad se confirma, culmina en la paternidad (genitorialidad), en la unión hombre-mujer (como complementarios).

  • Culturalidad:Es una aplicación de la intersubjetividad en la sociedad. La cultura nace en las relaciones sociales. Es por ello que hombre siempre crea cultura, por necesidad. La cultura le enseña a ser hombre se una manera concreta.

La constitución psicológica de la persona: la autoconciencia o inteligencia humana

El corazón humano refleja la capacidad del ser humano de dirigir su reflexión hacia sí misma por medio de las facultades más altas como la razón, el sentimiento moral, la libertad, buscando siempre y en todo lugar de su existencia a su causa eficiente, ejemplar y final: Dios su creador. Al ser el hombre la unidad de cuerpo y alma “corpore et anima unus” están manifiestan la relación que existe entre razón y voluntad (potencias del alma) con las facultades corpóreas y sensibles. Por las cuales el hombre se da cuenta de si y de su existencia en la intersubjetividad de su propia persona, es este darse cuenta del propio yo y de su propio destino o finalidad lo que hace al hombre superior a todo lo material, es necesariamente por la autoconciencia abierto a la trascendencia.

Por su espiritualidad el hombre supera a la totalidad de las cosas y penetra en la estructura más profunda de la realidad. Cuando se adentra en su corazón, es decir, cuando reflexiona sobre su propio destino, el hombre se descubre superior al mundo material, por su dignidad única de interlocutor de Dios, bajo cuya mirada decide su vida. Él, en su vida interior, reconoce tener en « sí mismo la espiritualidad y la inmortalidad de su alma » y no se percibe a sí mismo « como partícula de la naturaleza o como elemento anónimo de la ciudad humana »

 Es por medio de esta autoconciencia que se da por medio de la actividad psíquica que el ser humano se da cuenta de sí mismo y de sus actos operativos. Es a lo que la tradición escolastica ha denominado como «la Reditio Completa »

 La espiritualidad : los derechos del hombre por su Imago Dei

Maritain es uno de los mayores filósofos contemporáneos que ha influido con su pensamiento en documentos tan importantes para la historia de las naciones como la declaración universal de los derechos humanos. La visión antropológica de Maritain es la del hombre como un compuesto de alma y cuerpo, el cual al desarrollarse en la historia personal crea su propia identidad existencial por medio de su actuar libre, orientada su libertad por la razón hacia su propio fin. Son estas tres capacidades humanas: la razón, la libertad y la vocación (misión o finalidad para la cual existe el ser humano) las que hacen a todos los hombres iguales y dignos, encontrándose aquí el fundamento de los derechos del hombre.

 La persona humana la encontramos en las manifestaciones de las dimensiones de la persona, tales como: 1) Personalista (la dignidad de cada miembro de la sociedad trasciende la sociedad misma) en la que el fin es el proceso de personificación del individuo por medio de la perfecta libertad. 2) Comunitaria (el hombre es un ser social por naturaleza) en la que el fin se encuentra en el bien común de la sociedad. 3) Pluralista (para el proceso de personificación se requiere pluralidad de comunidades autónomas) donde la principal y fundamental es la familia, en orden superior el Estado, pero de igual modo existen agrupaciones de asociación libre de envergadura para el proceso de personificación como es la Iglesia para los cristianos. 4) Teísta (Dios como principio y fin de la persona humana) en efecto, es necesario destacar el papel divino como la base y fundamento de la ley natural, como el principio de autoridad y de la convivencia civil, pues solo en Él se comprende la libertad, igualdad y fraternidad expuestas por el evangelio, si bien no es necesaria la creencia en Dios para el reconocimiento de la dignidad humana, sin embargo, sin esta no se puede encontrar el principio y fundamento de dicha dignidad.

Autor: Fernando Nañez Delgadillo

La importancia de la Bioética
La importancia de la Bioética

Nos encontramos en el siglo XXI donde el progreso científico es lo primordial para el ser humano; los avances científicos se encuentran por encima de todo y la globalización en todo rincón. Podríamos decir que nos encontramos en un capitalismo violento desinteresado por el hombre y solo que importa es el dinero y las humanidades van perdiendo el sentido para el mismo ser humano.

Para poder hablar de bioética podremos iniciar desde la ética; y ésta se convierte en la reflexión crítica sobre los valores y principios que guían nuestras decisiones y comportamientos. Pareciera oportuno explicar que la ética ya no es tan valorada en la civilización posmoderna por todo lo que estamos viviendo en estos momentos de crisis de racionalidad llegando al grado de comportarnos como animales. La ética en este sentido propondrá un límite a la persona partiendo desde su dignidad humana; con ello la rescatamos desde la filosofía que deriva la antropología, el personalismo, la ética y la moral.

Ahora que hay cambios modernos y el avance tecnológico está a cualquier precio, llegamos a decir que la vida de la persona no cuesta, no tiene valor y llegamos a tal problema que, en el tiempo de la segunda guerra mundial, los alemanes asesinaron a miles de judíos en las cámaras de gas. Utilizamos nuestras herramientas científicas para asesinar.

El nacimiento de la bioética se debe a estos cambios exagerados que resurgen para si como problemas bioéticos, donde le compete analizar y criticar. Este concepto engloba la disciplina que combina con el conocimiento biológico con el de los valores humanos. Se interesa en las cuestiones de las ciencias de la vida, como por ejemplo el aborto, la biomedicina, la eutanasia, la pena de muerte y sobre el cuidado sanitario, todo se debió a un dialogo antropológico entre la medicina y la ética renovando así una ética médica tradicional.

Podremos llegar a decir que el nacimiento de la bioética de debió al surgimiento de una civilización posmoderna regenerando con sigo el progreso científico y sus principales problemas atendida desde la medicina, pero pareciera un gran cambio económico y tecnológico que llega a un punto de que se convierte en colectivismos o individualismo, tanto como uno y otro son extremos por el motivo que se convierte en un anti humanismo. Actualmente este año 2020 estamos viviendo una enfermedad que se ha vuelto pandemia (covid-19)  y sobre todo el país de México está sufriendo un problema bioético.

Se está presentando una desvalorización del ser humano, donde el dinero para los insumos se convierte en casas lujosas de los mismos gobernadores, dónde el trato es como si fueran animales y en todos los noticieros mencionan un gran numero de marchas por la falta de presupuesto para los doctores y enfermeros y falta de insumos.

La bioética se preocupa por la dimensión moral de la vida humana, su significado de vida (bio) se vive a muerte, así es, la muerte que se genera por el aborto y que muchas personas están a favor, el valor del cuerpo humano y la dignidad de la misma persona han decaído, la sexualidad está transgirversado por culpa de las ideologías de la muerte y las relaciones interpersonales se viven en individualismos, ya no hay una civilización del amor que es una esperanza que muchos esperan.

La civilización evoluciona rápidamente y solo nos queda seguir reconstruyendo una nueva sociedad con la necesidad de recuperar los valores que cimienten toda civilización. La importancia de la bioética es el interés por la propia naturaleza humana, vista desde su plenitud  y una segunda visión es bajo la responsabilidad del trato a nuestra casa común, la tierra. El principio es el respeto al desarrollo que el hombre está produciendo en aumento los recursos que la tierra nos proporciona y sobre todo la defensa de los animales.

Solo depende de ti que no te dejes llevar con las ideologías que van en contra con la dignidad humana porque todo lo que vives se convierte en un dilema bioético, si eres enfermera, doctor o algún especialista de medicina debes de tener un cuidado sobre tu paciente, te debe de interesar sobre el derecho a la salud, pero esta parte no solo son para los médicos, sino para todos.

Como escribe Juan Manuel Burgo en su proyecto humanista, es una dialogización entre antropología y un enfoque personalista desde una existencialidad.

Recordemos: la persona se convierte en el centro de la bioética y que a su vez se convierte en una regularización de la conducta humana en el campo de la vida y la salud bajo los principios éticos, recuperemos todos el valor de la vida humana, juntos construyamos un mundo mejor y guiemos las futuras generaciones. La persona no es objeto, es persona. No somos animales, somos personas de naturaleza racional y espiritual.

Autor: Irving Alberto Torres Menchaca

El futuro de la bioética
El futuro de la bioética

La segunda mitad del siglo XX se caracterizó por la pluralidad y por el relativismo.

Estos hechos, heredados al siglo XXI, presentan en la actualidad una crisis de la razón y un aumento de la heterogeneidad cultural y religiosa. De un sistema bastante homogéneo en épocas anteriores, se pasó a un sistema donde la tolerancia y el respeto a la pluralidad han tomado el primer plano, y tanto en la vida moral, política y creencial, hemos pasado a múltiples códigos, que nos sirven para resolver sin problema cualquier tipo de cuestionamiento, porque siempre habrá una puerta que nos dé la razón. El relativismo es la norma. Sin embargo, saber si se está en un error o en lo correcto, ya no es tan fácil como en el pasado. Por lo tanto, se hace necesario establecer diálogos y discusiones entre grupos bien preparados, que logren orientar el futuro de la raza humana.

Por otra parte, tan complicado como hacer un diagnóstico clínico, comunicar una decisión trascendental a un paciente, aplicar o no un nuevo tipo de tratamiento o influenciar para que los padres acepten una medicación para sus hijos, es tomar una decisión ética sobre diversos aspectos de la vida de los seres humanos. En cualquiera de estos casos, los actores principales deben prepararse adecuadamente para poder tomar la decisión correcta.

Al hablar del futuro de la bioética, debemos tomar en cuenta que en el mundo moderno cada día es más evidente la democracia participativa, en la que existen sectores muy contradictorios, y que muchas veces, algunos de esos sectores son los que crean las leyes de los diferentes países. Por consiguiente, la forma de ver los problemas no es igual en todas las sociedades.

Ante este panorama, a la bioética le corresponde crear cátedras universitarias, hacer foros de discusión y velar porque se establezcan permanentemente grupos bien preparados e interdisciplinarios, donde se discutan los puntos clave del desarrollo humano. Igual de importante será hablar de los nuevos tipos de fecundación, como de los problemas de la tala de árboles, de la contaminación del planeta, de la ingeniería genética, de los animales de experimentación, y de la seguridad del uso de los alimentos transgénicos.

La única forma que el hombre tendrá de llegar a conclusiones valederas que lo hagan avanzar por un camino seguro (porque con las perspectivas actuales el progreso humano no está garantizado), serán las discusiones bioéticas y pluralistas que se lleven a cabo entre científicos, abogados, ecologistas, genetistas y representantes de otras ramas del conocimiento, respetando en todo momento los credos personales, la cultura y la sicología de los diferentes grupos raciales, así como la legislación interna de cada país.

Es muy fácil escabullir las preguntas difíciles y no pensar ni siquiera en ellas, pero los bioeticistas no deberán rehuir los grandes desafíos del momento, y no les quedará otra alternativa que asumir el reto y discutir los problemas de la humanidad presente y futura. En la mayoría de los casos, la bioética no tendrá la solución final a los múltiples problemas complejos, pero sí será la brújula que indicará el camino a seguir dentro de un bosque complicado de argumentos válidos.

 Es por eso que puedo afirmar que siempre buscará el bien común tomando en cuenta la opinión de expertos, ya que algun dia esta disciplina podría salvar al mundo, por mas raro que suene…

Autor: Alexis Félix Álvarez