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Bioética en pediatría

Desde sus inicios, el ejercicio de la medicina ha planteado problemas éticos y exigió ya sea del médico o del practicante de la medicina una elevada calidad moral, por lo tanto hablar de bioética en medicina no es nada nuevo, pero en la actualidad ante los avances que ha habido en esta disciplina se han suscitado muchos problemas complejos de orden moral en cuestiones de salud, por lo que cada día nace la exigencia  de formular una ética de valores morales bien fundamentada para no caer en situaciones  que atenten contra lo más valioso que posee el ser humano, que es la vida.

La bioética es el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, en cuanto que ésta conducta es examinada a la luz de los valores y principios morales. En ésta definición se toma en cuenta la vida, la salud, los valores y principios morales por lo que desde nuestro punto de vista reúne los elementos necesarios de la bioética como disciplina.

En pediatría se deben de aplicar los principios básicos de la ética teniendo en consideración a los padres del niño ya que este depende en lo biológico, social, ético y legal de ellos y es algo que no debe de ignorarse.

En el niño como en todas las personas debe de prevalecer el principio de la beneficencia en donde estamos obligados a ofrecer y proporcionar a nuestros pacientes lo mejor en un tratamiento médico y no solo eso sino que además prevenirlos y protegerlos del daño. Ahora bien, los padres generalmente suelen solicitarle al médico la aplicación de este principio, sin embargo habrá ocasiones en las que los padres no tengan la capacidad de decidir qué es lo mejor para el niño o bien habrá padres que no les interesa o no les conviene defender los mejores intereses del menor y ante esta circunstancia el médico debe intervenir para que la sociedad asuma la defensa de los intereses del niño que no está adecuadamente representado por sus padres. Si bien es cierto que no debemos de imponer a otros nuestra particular forma de pensar, el médico debe de actuar defendiendo el mejor interés del niño como él los entiende a partir del conocimiento que la medicina le brinda.

En el principio de la no-maleficencia que como ya se ha mencionado anteriormente se basa en “primero no hacer daño” deberá de estar siempre vigente en el actuar del médico especialmente cuando se trata de eventos de investigación. Se entiende que la investigación es necesaria ya que permite en gran medida el avance del conocimiento, con la finalidad de poder proporcionar una mejor atención. Sin embargo en principio no se recomienda que los niños sean incluidos en investigaciones para evitar posibles daños.

El principio de autonomía se refiere a la libertad, la privacidad, el autogobierno y el derecho que tiene cada persona de tomar sus propias decisiones pero en pediatría para los efectos de cualquier procedimiento de dominio médico, quienes deciden son los padres, por lo cual ninguna indicación clínica debe efectuarse en un niño sin el consentimiento informado de los padres, por simple que parezca.

En el principio de justicia el pediatra está obligado a defender el derecho que tiene todo niño a que reciba la atención que requiere para lograr una calidad de vida que le sea aceptable o a morir de una manera digna. Esto implica que la atención médica debe de ser igual para todos, el rechazo a todo tipo de discriminación y el esforzarse al máximo para que la atención médica sea de la mejor calidad posible para todos los niños. Si bien esto suena un tanto cuanto utópico en medio de una sociedad profundamente injusta, el esfuerzo que haga el médico pediatra en lograr el principio de justicia, bien vale la pena.

Todo médico pediatra debe de respetar la vida desde el momento mismo de la concepción, respetar y hacer respetar los Derechos de los Niños, buscar la solidaridad entre los seres humanos, mantenerse actualizado dentro de su especialidad para ofrecer más y mejores opciones de diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que aquejan a los niños y de ser posible aportar conocimientos nuevos como un deber científico, evitar abusos, imprudencias, riesgos y tensiones sin justificación y siempre se le deberá de dar prioridad a los niños ya que los niños son el futuro de las nuevas generaciones y por ese solo hecho deben de ser nuestra prioridad absoluta.

Dr. Jorge Adrián Chuck Sepúlveda

Médico Pediatra y Bioéticista

jorgeadrianchuck@hotmail.com