Vivimos en un tiempo, en que el matrimonio es una institución francamente debilitada desde la forma en que se percibe, en algunas leyes y en la sociedad.
Independientemente de algunas ideologías, de las que no viene a cuento este artículo, el origen de esto proviene de la propia persona.
Hoy, el matrimonio se ve con miedo, con prejuicio y con la idea generalizada de que no es necesario contraerlo para que un hombre y una mujer se amen y lleven una vida juntos.
Este pensamiento es falso desde la propia realidad del amor, que no es solo sentimiento, sino que llama al ejercicio de la voluntad para luchar juntos por un proyecto común. El matrimonio supone un gran compromiso.
¿Cuántas parejas se unen o inclusos se casan, sin estar convencidos de que es para toda la vida? La crisis no está en la institución civil o religiosa, sino en los contrayentes.
Esta falta de compromiso, lo es también de conciencia. La persona humana es sexuada, es hombre o mujer. Esa característica particular le llama, efectivamente, a la procreación.
No obstante, la diferencia fundamental, es que la persona humana, desde su propia esencia, está llamada al amor. El amor por excelencia es el de hombre y mujer que se unen para crecer juntos y procrear como fruto de ese amor… ¡Qué gran diferencia!
En la persona humana, el vínculo es el amor que mantiene unida a la familia. La mayoría de los padres de familia, actúan y se desenvuelven de este modo… ¡Lo demás es excepción! Así de perdurable entonces, es el vínculo del matrimonio, para toda la vida.
Sirva queridos lectores para reflexionar como el matrimonio es una fiesta de vida. Vida que se vive en común, primero entre la pareja y vida que nace, que crece y enriquece a la familia en los hijos.
Ojalá que cada persona deje por un minuto su miedo y aprenda a observar por la calle a tantos matrimonios felices, tantas familias felices que no solamente se enriquecen al interior del grupo familiar, sino que enriquecen a la sociedad y al mundo.
Nos vemos amigos la próxima semana con un nuevo tema y una nueva reflexión, en el Rincón de la Vida.
MBPP
Categoría: Vida
Etiquetas: Bioética, Matrimonio, Persona, Vida