Por: Isidoro Levy Guakil
Mientras el mundo unido se esfuerza en mitigar la propagación del Covid-19; una crisis sanitaria especialmente de característica e impacto urbano, las ciudades en el mundo han fallado, provocando la propagación del contagio en grandes escalas, y la pandemia ha abrumado los sistemas de atención médica, lo que ha llevado a tomar medidas preventivas dramáticas en muchos países.
Esta crisis, no nos dejan más que reflexionar sobre lo que teníamos, lo que tenemos hoy en día, y lo que debemos tener en un futuro, y es por eso que nos resulta en un momento de oportunidad hacia el futuro, debemos pensar en como diseñar las ciudades más seguras y con resiliencia hacia las pandemias para aportar ciudades y comunidades más sostenibles en el futuro próximo, y así potenciar nuestras ciudades para ser un arma más contra las pandemias. La bioética medioambiental bien nos dice como debemos quitar estas situaciones de riesgo que tenemos en cada una de las ciudades del mundo y empezar a diseñar de una manera más segura, debemos diseñar ciudades que garanticen los servicios básicos accesibles para todos, así como también se debe planificar que las áreas residenciales, fundamentalmente, estén próximas a las zonas verdes, entre varias otras acciones para reducir significativamente el número de muertes prematuras en la población y la propagación de pandemias.
Nos encontramos en un escenario mundial de rápida urbanización y disrupciones que cambian drásticamente la vida urbana. Vivimos en un mundo que está consumiendo más recursos de los que la tierra posee y comprometiendo seriamente la sustentabilidad del planeta. Esa extrema industrialización convirtió a las ciudades en las más voraces consumidoras de materiales, las que más recursos energéticos demandan y las que más basura generan. Ahora se agrega a este panorama la pandemia del Covid-19, una novedad que complica aún más el escenario.
El cambio tiene que ver con aprender a redefinir los problemas y sus condiciones de forma contextual y relacional, teniendo en cuenta que el inicio del análisis lo constituye la unidad hombre-entorno y no cada uno de forma separada. Ya que “si definimos problemáticas bioéticas y medioambientales de forma aislada será difícil hallas soluciones posibles.” (Blas lahitte, Hector, 2011)
Por ello, en clave de resiliencia, para aportar en la construcción de ciudades y comunidades más sostenibles en el futuro próximo, se debe plantear primero los aspectos más importantes que deben cambiar, “la salud, la educación, movilidad, comunicación, escala, gestión, entre otros son en lo que una ciudad se debe enfocar para hacer un cambio real ante las pandemias” (Victor Bouzas Blanco, 2020)
En el ámbito de la salud, el proceso de expansión del virus ha demostrado la debilidad de los sistemas de salud de las ciudades del mundo, incluso en países desarrollados. En este sentido es obvio que los sistemas de salud requieren más capacidades en términos de infraestructura (más unidades de cuidados intensivos, más personal, mejores protocolos, etc.); y el mismo principio de la ética nos dice es una responsabilidad el compartir el conocimiento creado en estos meses será fundamental en el futuro para responder más pronto y mejor ante una crisis sanitaria.
“La creación de la red Ciudades por la Salud Global (Cities for Global Health) en la que los gobiernos locales comparten libremente información sobre sus decisiones y acciones en medio de la pandemia; es un ejemplo, si bien es útil para que alcaldes, gobernadores y presidentes actúen en el momento, este repositorio se convierte en una herramienta para mejorar los sistemas públicos de salud en el futuro próximo.” (LA Network, 2020). Esto implica también garantizar los servicios básicos, ya que muchas infraestructuras y dotaciones no se planifican para escenarios extremos sino en condiciones habituales, por tanto, en estos días por desgracia observamos la saturación del servicio sanitario en muchas ciudades de los países afectados por coronavirus. A pesar de que los urbanistas no tienen un papel fundamental, si que se debe realizar una reflexión cómo se puede proporcionar la mejor y más eficiente atención médica en una ciudad. También tenemos retos como mejorar la capacidad del transporte para conectar a los ciudadanos con el sistema de salud de manera segura y manera higiénica; ya que son esenciales para una ciudad que se enfrenta a una pandemia y así poder combatir o mínimo prevenir un poco la crisis.
En cuanto a la movilidad de una ciudad, la Directora Ejecutiva de ONU Habitat, Maimunah Mohd Sharif, hizo un llamado muy concreto para lo que debe ser la movilidad de las ciudades luego de la pandemia por covid-19 y sus aprendizajes. “Hago un llamamiento a todos para que proporcionen una movilidad segura hoy y empiecen a planificar la movilidad sostenible del mañana”.
Desde la perspectiva de la ética y el principio de la no-maleficiencia, las ciudades sobre todo deben ahora mantener un buen servicio público y la confianza en un buen servicio público, ya que hoy más que nunca, la movilidad dentro de una ciudad puede significar la vida o la muerte de personas, las ciudades deben de dar prioridad al acceso a las personas que necesiten un transporte asequible y seguro, entre ellas las personas con discapacidad y las que estaban empleadas en los servicios esenciales.
En estos momentos la necesidad de mantener las redes de transporte público durante y después del brote, como columna vertebral de las ciudades, es lo que puede garantizar que la crisis sanitaria no se convierta en una crisis social, el transporte público es un servicio esencial para hacer frente a la pandemia. Ya que ”todos los medios de transporte público se consideren ahora como un servicio público, para salvar vidas y medios de subsistencia» (Maimunah Mohd Sharif, 2020)
“La ciudad es la forma y el símbolo de una relación social integrada”. (Lwesi Mumford, 1938), tomando en cuenta esto, podemos entender que “los procesos de planificación urbana participativos y los enfoques centrados en los grupos vulnerables, además de reducir el riesgo y facilitar la aplicación de los planes urbanos, ayudan a lograr un desarrollo equitativo y sostenible en las comunidades urbanas.” (UNISDR, 2017) y es por eso que sabemos la importancia de una comunicación buena dentro de las ciudades, desde la gestión hasta el comunicar a los habitantes es una gran herramienta para la prevención de pandemias como el Covid-19, haciendo a un lado todo el principio del modelo personalista y enfocándonos en un modelo de la bioética de la virtud donde nos tenemos que enofcar ne las personas y en donde se enfocar en la moral, la moral de comunicar las medidas adecuadas para la prevensión de contagios y la moral de comunicar a su ves, información concreta y real sobre las situaciones que estén pasando dentro de las ciudades, ya que el conocimiento y la comunicación es la mejor herramienta para combatir la propagación de virus.
La crisis que estamos viviendo el mundo entero en estas épocas es sin duda, una de las mayores amenazas que ha vivido el planeta en las últimas décadas, y muchos expertos pronostican que las pandemias se presentaran cada 5-10 años si no hacemos algo, es por eso que decidí hablar sobre este tema, porque la mejor manera de prevenir en un futuro una catástrofe de esta magnitud como futuro arquitecto y urbanista es al diseñar las ciudades para que sean menos factibles a las pandemias y a la propagación de estas mismas, como ya mencionamos, debemos de bajar la escala de las ciudades de hoy en día, ya no puede ser posible ciudades con 5 millones de habitantes en donde es prácticamente imposible evitar el contagio entre unos y otros, debemos planificar de una mejor manera las lineas de servicios básicos, la movilidad dentro de una ciudad, incrementar la más forestal de las ciudades, poner centros de atención medica en cada centro de barrios, y muchas más como ya mencionamos.
Está en nuestras manos si decidimos seguir viviendo de la misma manera que nos llevo a estar en esta situación, o actuar y hacer cambios en nuestra forma de vivir y de habitar nuestros espacios, ya no podemos seguir dañando al mundo y definitivamente ya no podemos seguir con el mismo estilo de vida de siempre. Esto fue un llamado del planeta para decirnos que algo estamos haciendo mal y que debemos de cambiar.