Doña María Altagracia, es una mujer de 107 años que vive en una comunidad del Estado de Chiapas a la que entrevistaron por la televisión debido a los sismos que han ocurrido en nuestro país. Aun en su silla de ruedas, hablaba de su andadera, que no tenía en ese momento a la mano. A pesar de su edad y de su condición de salud, muy buena, la señora se veía alegre, alegre por su amor a la vida.
También hemos podido ser testigos de los enormes esfuerzos que se están haciendo para salvar una vida, una sola vida de entre los escombros de edificios dañados. Autoridades y sobre todo la sociedad civil concuerdan en hacer lo posible por rescatar a esas personas sin importar tiempo, esfuerzo o recursos.
En lo personal, he tenido la oportunidad de colaborar en los últimos días en un Centro de Acopio. Cadenas de cientos de personas que durante horas y horas recogen y cargan víveres, medicinas, ropa para enviar a las comunidades más necesitadas. Salvar vidas el objetivo, la meta, la ilusión y esperanza de cada uno de ellos.
También y hay que decirlo, se han presentado abusos y rapiña. Sorprendentemente a los pocos minutos del sismo del día 19 de septiembre, delincuentes asaltaban a transeúntes y automovilistas aprovechando la situación caótica en las calles.
La naturaleza con todo su poder y la condición humana herida por el mal. No obstante, la mayoría, casi todos los mexicanos unidos, solidarios y activos…luchando por la vida.
Nuestro país ha sido lastimado gravemente en estos días, los daños son muchos y recuperarnos será un proceso de mucho tiempo. La solidaridad y subsidiaridad deben ser un ejercicio de largo plazo, más allá de los primeros momentos.
Sin embargo, México demuestra que ama a la vida. Ama a la vida humana. La de Doña María Altagracia y la de los niños y personas que han sido rescatadas. México se duele de los pequeños que murieron en un colegio de la Ciudad de México.
Los mexicanos, tenemos un alto valor Bioético, los mexicanos valoramos la vida. Toca ahora levantar la mano de la misma forma, con el misma generosidad y entrega por los miles de niños que mueren, victimas del aborto.
Ojalá que este momento de prueba, sirva para aclarar la conciencia de todos.
Ya nos veremos queridos lectores la próxima semana, con un nuevo tema y una nueva reflexión.
MBPP