Seguramente has escuchado hablar acerca de la donación y el trasplante de órganos.
Pero, ¿qué tanto conoces acerca de él? ¿Sabías que al donar tus órganos cuando fallezcas, puedes salvar la vida de hasta ocho personas?
La donación es la decisión bien intencionada, voluntaria y desinteresada de ceder un órgano del propio cuerpo para que sea colocado en el de una persona enferma con el fin de que ésta pueda continuar viviendo. A la persona que brinda el órgano se le llama “donante”, a quien lo recibe se le llama “receptor”, y al acto de pasarlo de uno a otro se le conoce como “trasplante”.
La donación puede ser cuando la persona fallece (donación cadavérica) o cuando la persona está viva siempre y cuando no se trate de un órgano vital para evitar problemas de salud del donador o su muerte.
El trasplante de órganos es un tratamiento indicado cuando no existe ya ninguna otra alternativa para recuperar la salud del paciente. Se puede trasplantar el corazón, los riñones, las córneas, el hígado, la médula y la piel. Incluso, se han realizado ya experimentos con éxito para trasplantar brazos y cara.
Desde su aparición, la donación de órganos ha sido un tema controvertido. Los médicos y científicos alrededor del mundo apoyan esta práctica porque la consideran una forma de prolongar la vida de alguien. Sin embargo, algunos grupos se han opuesto señalando que al trasplantar órganos se violenta al cuerpo del donante y se contamina al receptor con la sangre del otro. Pero, ¿qué tan cierto es eso?
Para disipar tus dudas con respecto de los mitos y temores sobre el trasplante de órganos, primero debes saber que una intervención de este tipo no puede realizarse sin que, tanto el donante como el receptor, estén de acuerdo en ello. Esto significa que, aunque mueras, los médicos no pueden tomar tus órganos y trasplantarlos a otra persona si tú no lo pediste o lo aceptaste estando vivo o si no fue autorizado por tus familiares cuando mueras.
En segundo lugar, es preciso aclarar que no todo órgano puede ser donado a cualquiera, ya que, antes de hacerlo, se requiere realizar algunos exámenes para saber si la operación tendría éxito. En el caso de que tú vayas a ser quien reciba el órgano, debe tranquilizarte saber que hoy se siguen procedimientos muy estrictos para evitar el contagio de enfermedades y evitar el rechazo del órgano, así como garantizar que el donador no tenga tampoco ninguna afectación a su salud si está vivo.
Si el trasplante se da de una persona muerta a una viva, éste debe realizarse sólo en los casos en que el donante está clínicamente muerto. A esto se le conoce como “muerte cerebral” porque tanto el cerebro, como el cerebelo y el tallo cerebral están muertos.
Debes saber que el cuerpo de los donantes siempre se maneja con dignidad y profundo respeto, y que los médicos que toman los órganos son sumamente cuidadosos para no alterar la apariencia del cuerpo.
Así que ahora ya sabes que donar no atenta en contra de tu cuerpo, no lo desfigura ni lo altera. Por el contrario, donar es un acto de profunda humanidad, solidaridad y amor. Si eres consciente de su importancia y deseas hacerlo, es necesario que comuniques tu deseo en vida para que se pueda respetar tu voluntad. Puedes manifestarlo de manera verbal, escrita o registrándote como donante voluntario de órganos y tejidos en www.cenatra.salud.gob.mx.
Categoría: Bioética
Etiquetas: Bioética para todos, Donación de organos