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Fake News, posverdad y responsabilidad social

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 16 es Promover sociedades justas, pacíficas e incluyentes y tiene entre sus metas crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas y garanticen el acceso público a la información y a las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales.

Las fake news  están dividiendo a la sociedad, nos vuelven agresivos y nos indisponen,  logran hacer que nos enfademos y rompamos la relación de respeto cariño y amistad que nos une. Las noticias falsas nos radicalizan.

A estas alturas, en este primer cuarto del siglo XXI, seguramente todas y todos hemos estado en contacto con las fake news y nos hemos creído más de una.

De acuerdo con un estudio de  Soroush Vosoughi del  MIT (Massachussets Institute of Technology) las noticias falsas viajan más rápido y se propagan 70% más que las noticias verdaderas, de acuerdo con su estudio, esto ocurre de manera orgánica sin el apoyo de “bots” es decir programas que en las redes sociales replican de forma automática la comunicación.

Son tantas las noticias falsas a las que todos los días estamos expuestos que corremos el riesgo de no distinguir la información verdadera de la información falsa y tenemos reacciones a causa de esa información falsa y ahí es donde nos encontramos ante un problema social.

En una ocasión me comentaba una persona, que entre sus negocios tiene el de crear noticias falsas, como es la manera que esto opera, crean cientos de cuentas en las redes sociales que tratan un tema fabricado de acuerdo con los intereses del cliente y lo hacen tantas veces hasta que los medios grandes, los periódicos y los canales de noticias hablan de ello.

Existe una auténtica industria de las fake news, una industria de la mentira que obtiene ganancias millonarias, existen organizaciones que se dedican a crear fake news y personas que se prestan a difundir.

En el fenómeno que conocemos como posverdad no es importante cuales son los hechos o cual es la historia, lo que importa es lo que pensamos de la historia y de los hechos. La posverdad es la distorsión deliberada de la realidad con el propósito de crear, modelar e influir en la opinión pública.

Este fenómeno no es nuevo, muchos de los periódicos de los siglos XIX, XX y XXI  ciertamente no han sido imparciales y se dejan ver las ideas de quien escribe la noticia, impregnada de sus comentarios, críticas y opiniones. A esto le llaman editorializar la noticia.  En nuestros días el fenómeno creció, alcanzó proporciones colosales y nos rebasó porque pasamos del modelo tradicional de comunicación de un emisor a varios receptores a un modelo de varios emisores  a varios receptores, en realidad en nuestros días todos somos emisores y receptores. Las noticias falsas no son un concepto nuevo, esto es tan antiguo como la noticia misma, lo que ha cambiado entonces es la facilidad y la velocidad con la cual se difunden y esto le sumamos la falta de responsabilidad. ¿Quién es responsable de una noticia falsa que se difunde?

Hace unos días me decía un buen amigo que ya no usa Facebook porque no le gustan los contenidos y yo me quedé pensando, en realidad Facebook no produce contenidos, todo esto lo producen tus contactos, entonces tal vez esta es la primera medida de autocuidado ante las fake news, que tus contactos a quienes sigues en las redes sean medios confiables e incluso así vale la pena “googlear” la noticia. Cada vez que yo leo algo que me sorprende mucho consulto en Internet si esto que estoy leyendo es verdad, como ocurrió y cuáles fueron las circunstancias.

Lo que busco transmitir a ustedes con esta lectura es que las fake news son un problema real y mejorar nuestra capacidad para reconocer las noticias falsas de las verdaderas hace la diferencia y es una significativa aportación a la sociedad. Nuestras acciones de responsabilidad social deben estar encaminadas a comunicar con claridad y veracidad recordando siempre que la difusión de noticias falsas si nos afectan, afecta a la sociedad en su conjunto.

Álvaro Alarcón Tabares es maestro en Derechos Humanos por la CNDH y maestro en Responsabilidad Social por la Universidad Anáhuac.

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