No puedo evitar que mi piel se erice al ver las imágenes de la marcha del 8 de marzo en la Ciudad de México. Una sociedad organizada y con un fin en común, no sólo mujeres si no hombres: papás, hermanos, novios, esposos, amigos que se unen para reconocer la urgencia de un problema que nos aqueja a todos pero principalmente a las mujeres: la violencia.
Al tiempo que sigo la marcha y me uno desde mi trinchera el paro convocado el día de mañana tampoco puedo evitar que haya una pregunta merodeando mi cabeza: ¿qué va a pasar después?
¿Una marcha más?, ¿una manifestación más para exigir respuestas y justicia? ¿un movimiento mas? Ojalá que no!
Por primera vez desde hace muchos años, estamos presenciando un momento histórico; tenemos una sociedad organizada, tal vez por hartazgo, tal vez por indignación o por pura solidaridad pero al fin encontramos algo que nos une a todos: mujeres y hombres, mexicanos y extranjeros, de todas las clases sociales, de todas las razas, de todos los orígenes y de todas las etnias.
El objetivo es sólo uno: hacer visible lo que, por años, ha permanecido invisibilizado, minimizado, ignorado o ni si quiera nombrado: nuestra dignidad, como mujeres, como personas, como seres humanos.
Ese logramos tener la atención incluso de quienes se burlan de nuestro movimiento e ignoran nuestra indignación, hoy marcamos un antes y un después en la historia de nuestro país. Los periódicos y medios de comunicación llevan ya días ofreciendo datos de lo alarmante que es una violencia ejercida hacia sectores específicos de la población, hoy hacia las mujeres pero mañana podría ser hacia adultos mayores, niños, hombres, indígenas o empresarios.
No perdamos de vista que igual de indignante es la violencia en contra de las mujeres que la ejercida en contra de cualquier persona, lo importante no es hacia quién va dirigida si no el acto mismo de violentar, lastimar, amedrentar y matar.
Ojalá que mañana y pasado y el siguiente mes y las próximas estaciones y los siguientes años el 8M día no se vuelva memoria si no constante y perpetua voluntad de lucha, permanente condición insatisfecha.
Recordar ese día no tiene ningún sentido porque no es un día lo que hay que recordar si no un despertar de mujeres, si, pero también, de una sociedad y de una humanidad que rechaza la marginación, el desprecio, el descarte, que clama justicia y solidaridad, que niega cualquier forma de descarte y que se pronuncia a favor de la vida, ¿de cuál vida? De TODA VIDA.
No nos quedemos sólo en el 8M, hoy apenas comenzamos, el camino es largo aún, el sol quema y la lluvia arrecia, el paraje a veces será desierto e inhóspito, duro el caminar en estas condiciones pero que si para algo ha de servir este día sea para recobrar el aliento y animar el espíritu porque justo cuando el andar sea cuesta arriba es cuando más hay que apretar el paso.
Que este día no quede en “ese día” si no en “siempre”. No olvidemos también que, en ese “siempre” existen muchas mujeres que no aparecieron en la escena pública, que no van a parar sus actividades y que siguen sumergidas en la aceptación resignada de su condición.
Que nuestra lucha, la de quienes si podemos salir a las calles a manifestarnos, la de quienes si podemos unirnos al paro nacional del 9M, la de quienes sí podemos tener una voz, no sea nuestra si no de ellas porque para eso somos mujeres y para eso somos personas: para levantar la voz por quienes no la quieren o pueden tener.
Hoy somos testigos de un reclamo social no sólo de los mexicanos si no de todos y todas: la paz es nuestro sueño y las conquistas son de quienes, un día, se atrevieron a soñar.
¡Que no pare aquí! ¡Que nuestra lucha no se desvanezca nunca!
Autor: Dra. María Elizabeth de los Ríos Uriarte
Profesora de la Facultad de Bioética
Universidad Anáhuac México
Categoría:Vida
Etiquetas: Bioética, Bioética para todos, Ética, HacenFalta, Mujeres, UnDiaSinMujeres
He reflexionado mucho sobre el tema de la violencia hacia las mujeres, y la iniciativa de empresas, organizaciones de la sociedad civil, hombres y mujeres: un día sin nosotras.
Estoy convencida de que la violencia hacia las mujeres debe terminar cuanto antes. Según datos del INEGI durante el segundo semestre del año pasado el 27.2 de las mujeres de 18 años y más que viven en zonas urbanas fue víctima de al menos un tipo de acoso personal y/o violencia sexual en lugares públicos. ¡Más de la cuarta parte de las mujeres!
Esto se refiere a situaciones tales como: le dijeron piropos groseros u ofensivos de tipo sexual o sobre su cuerpo que a usted le molestaron u ofendieron; alguien intentó obligarle o forzarle usando la fuerza física, engaños o chantajes a tener relaciones sexuales sin su consentimiento, o en contra de su voluntad; le ofrecieron dinero, regalos u otro tipo de bienes a cambio de algún intercambio de tipo sexual; le enviaron mensajes o publicaron comentarios sobre usted, insinuaciones sexuales, insultos u ofensas sexuales, a través del celular, correo electrónico o redes sociales, entre otras muchas.
Lugar público se refiere a la calle, transporte público, parque, lugar recreativo (cine, antro, etc.), o en otro lugar público como iglesia, centro comercial, mercado o plaza pública.
Tristemente los números suben considerablemente si nos vamos al ámbito de los matrimonios o uniones libres: 47 de cada 100 mujeres de 15 años o más que viven con su pareja sufren algún tipo de violencia: física, psicológica, económica o sexual. Únicamente un 19.1% de estas mujeres se atreve a denunciar.
Esto nos tiene que llevar a reflexionar sobre los diversos patrones sociales y culturales que durante años hemos aceptado como normales en nuestro país.
La dinámica familiar ha cambiado. Hace solo unas décadas el hombre era el proveedor económico de la familia, y la mujer quien educaba a los hijos y cuidaba del hogar. Actualmente, la mayoría de los hogares mexicanos dependen de dos salarios: papá y mamá.
Sin embargo, si analizamos la economía formal, encontramos que la participación laboral femenina es muy baja. Entre los 36 países miembros de la OCDE, México es el segundo con menos participación de la mujer en el ámbito laboral, solo superado por Turquía. Esto fomenta que las mujeres dependan económicamente de sus padres o parejas, condición que las mantiene vulnerables a una situación de abuso.
Sé que no es fácil cambiar esto de un día para otro. Me parecieron muy acertadas las sugerencias publicadas por Jorge Suárez-Vélez en su artículo del periódico Reforma: cambiar la unidad de fiscalización de familia a individuo, para evitar que se eleve la tasa marginal de impuesto cuando la mujer trabaja; incrementar el acceso a guarderías y estancias infantiles, mejorar su calidad, subsidiarlas y hacer deducible su costo; hacer extensivo el pago de semanas de maternidad a hombres, y obligar a que la tomen.
Promover que mujeres estudien carreras técnicas y de ciencia; fomentar la permanencia de las mujeres en las empresas, para que puedan realizar carreras gratificantes, ofreciendo flexibilidad de horarios y condiciones que permitan trabajar desde casa. Incluir a mujeres en puestos directivos y en consejos de administración, así como ofrecer el pago de remuneraciones iguales para ambos.
Estoy convencida de que un cambio de conducta es trabajo de todos, hombres y mujeres. Terminar con el abuso y la violencia hacia la mujer es obligación de todos nosotros.
Hombres y mujeres tenemos la misma dignidad como personas, somos dos caras de la misma moneda.
Debemos respetarnos unos a otros, para convivir como iguales y tener una sociedad sana y fuerte.
¡Unámonos para lograr un México mejor!
Autor: Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com. Facebook: Lucia Legorreta
El pasado miércoles 12 de febrero se dio a conocer el documento final escrito por el Papa Francisco sobre los resultados del sínodo de la Amazonía. Las reflexiones finales se encuentran recogidas en la exhortación “Querida Amazonía” y versan sobre cuatro visiones que propone el Papa y que narra a modo de sueños con el sello específico de haber sido orados y reflexionados desde el discernimiento comunitario y que, por ello, si bien es él quien los propone, no son suyos si no del Espíritu que ilumina los corazones de todos los fieles y, especialmente, de esas comunidades indígenas.
Los cuatro grandes sueños que Francisco propone, fruto de su discernimiento, son: el sueño social, el sueño cultural, el sueño ecológico y el eclesial.
Del sueño social se desprenden la actitud de indignación que surge cuando se constatan las reiteradas injusticias cometidas contra quienes habitan y han habitado originariamente el territorio y a quienes se les ha despojado de su riqueza familiar, social, comunitaria y cultural.
Sólo promoviendo la defensa de los más débiles mediante el sentido de comunidad y la práctica de la fraternidad y del diálogo social avanzaremos hacia la recuperación de la dignidad de cada persona y de cada territorio.
El sueño cultural invita, por su parte, a una cultura del encuentro, tan presente siempre en el pensamiento del Papa desde el inicio de su pontificado. Sólo el encuentro fraterno y abierto permite recuperar la cultura original que da sentido de vida e identidad, pero este encuentro intercultural necesita la apertura solidaria a dejarse enriquecer por lo “otro”.
Este sueño, es, por lo anterior, la propuesta contraria a la globalización y al paradigma tecnocrático que pretende anular lo diverso para alentar el consumo de lo igual.
El tercer sueño, el ecológico parte de la necesaria interconexión entre todo lo creado en donde el ser humano es, también, creatura que tiene el deber de cuidar de la casa común y permitir que, cada creatura, pueda llegar al fin para el que ha sido creada y que no es ella misma. Lo mismo para el ser humano, su fin, no es él mismo si no Dios que le ha dado su existencia gratuita y por puro amor. Por esto, la relación que debe existir entre la persona y su ambiente debe ser de sumo respeto, procuración y sobre todo, contemplación.
La actitud, pues, que acompaña este sueño es la contemplación entendida como la capacidad de profundizar en la belleza natural del cosmos que supera la mirada superficial y frívola de la simple productividad.
Finalmente, el cuarto sueño, el eclesial propone “nuevos testimonios de santidad con rostro amazónico”[1]. Lo anterior significa encontrar nuevos caminos para la Iglesia en esa región, desafíos que comprometan la acción de todos, laicos y religiosos que entiendan que lo que distingue a la acción de la Iglesia es el esencial kerygma, es decir, el anuncio del infinito amor de Dios por cada uno y, de modo preferencial, por los más pobres y débiles, de modo tal que, se encuentren nuevas formas de inculturación de la liturgia donde lo más importante no sea el distractor de los signos y símbolos propios de cada cultura si no la tarea siempre renovada de encontrar, aún en esos símbolos y formas, modos de anunciar el amor de Dios.
Por lo anterior, la exhortación nos invita a mirar y mirarnos de nueva cuenta: a mirar a nuestro alrededor y advertir la grave crisis medioambiental que no está separada de la crisis social y que nos interpela a, mirarnos a nosotros mismos y descubrir a qué estamos llamados. Nuevos caminos se avecinan, ¿estamos preparados para transitarlos?
Categoría:Bioética
Etiquetas: amazonía, Bioética, Bioética para todos, cuatro grandes sueños, Ética, papa francisco, sueños
Todos los seres humanos somos vulnerables, es decir, en función de nuestra condición humana el límite, el sufrimiento, la enfermedad y la muerte se asoman a nuestra existencia de manera veraz y constatable, por ello conviene partir de esta hecho para abordar los fenómenos que ameritan consideraciones bioéticas.
Así, podemos hablar de dos tipos de vulnerabilidad humana:
- Vulnerabilidad antropológica: propia de la condición humana y UNIVERSAL, es decir, común a todos los seres humanos sin distinción alguna. Esta es la que nos pone en la antesala de la muerte, enfermedad, corrupción, dolor, sufrimiento, límite. Se manifiesta, también como la constatación del fracaso y el no cumplimento de expectativas.
- Vulnerabilidad social: pertenece a la situación histórica, el ambiente, nuestro entorno, condición social y económica, sexo, etc. También va directamente relacionada a la disponibilidad y accesibilidad de recursos, a los prejuicios y creencias existentes etc.
Así, como vemos, mientras que la primera no depende de nosotros si no que es parte de nuestra existencia fenomenológica, la segunda pende de nuestras acciones y nuestras decisiones, por ende, ésta puede ser reversible poniendo las condiciones necesarias para disminuirla o erradicarla.
De igual modo, hay que distinguir entre ser vulnerable y ser vulnerado, es decir, la primera es ontológica pero no implica, necesariamente, el hecho de haber sido vulnerado, mientras que la segunda implica ya la primera más el daño provocado y sufrido. No siempre lo que es vulnerable termina siendo vulnerado aunque lo primero lo pone en mayor riesgo de ser lo segundo.
Existe, incluso, una tercera vulnerabilidad que es cuando dándose la antropológica y la social, además, la persona se encuentra sin recursos para hacerle frente a ambas, esto es cuando carece de los recursos, medios, opciones para defenderse, para salir delante de la situación que le ocasionó daño o para sobreponerse a las dificultades sufridas; esto conforma, pues, un mayor nivel de sufrimiento que debe ser valorado especialmente por quienes se acercan a los casos desde la Bioética.
Es por lo anterior que en el año 1995 surge el Proyecto BIOMED II ”Basic ethical principles in European Bioethics and Biolaw” que pretendía rescatar cuatro principios básicos: autonomía, integridad, dignidad y vulnerabilidad consagrados en el año 2000 por Rendtorff y Kemp en la Declaración de Barcelona. Con esto se quería hacer notar la condición de vulnerabilidad de los pacientes como agravante de la complejidad de los casos y alertar a la comunidad internacional sobre la especial protección que debía otorgárseles a todos pero especialente a quienes sufrieran una segunda o triple vulnerabilidad por su condición, raza, etnia, idioma, color de piel o grupo social y porque carecían, además, de recursos para su defensa y resistencia.
De igual modo, el principio quedó consagrado en la Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos en el artículo no. 8: “Al aplicar y fomentar el conocimiento científico, la práctica médica y las tecnologías conexas, se debería tener en cuenta la vulnerabilidad humana. Los individuos y grupos especialmente vulnerables deberían ser protegidos y se debería respetar la integridad personal de dichos individuos”.
Así, resulta imperativo para la Bioética analizar las distintas condiciones que pueden afectar la vida, salud, recuperación o procesos clínicos de los pacientes atendiendo con solitud al principio de vulnerabilidad pues de esto dependerá el éxito o fracaso de las acciones médicas enfocadas a restaurar la salud de las personas.
Autor: Dra. Marieli de los Rios
En nuestro país febrero se considera el mes del amor y la amistad, en concreto el día 14. Semanas antes empieza el bombardeo de publicidad y la mercadotecnia se pone en práctica. Yo me pregunto: ¿Realmente febrero es el único mes para dar amor, amistad y regalos a los seres que más amamos?
En las tiendas comerciales encontramos ofertas y regalos para nuestra pareja; en las escuelas, los alumnos llevan regalos para intercambiar con su grupo; en el trabajo aparece constantemente el mensaje de: feliz día del amor y la amistad.
Chocolates, osos de peluche, cenas, comidas, flores (cuyo costo sube considerablemente este día), son comunes entre los mexicanos. Unos días antes y en especial el 14, las tiendas y las calles luces abarrotadas de regalos. Muchas personas salen a comprar un detalle para regalarlo a quien consideran que es el amor de su vida y a sus mejores amigos.
No es que yo esté en contra de este día, pero si me cuestiono: ¿entendemos bien la fecha? El amor es el sentimiento más poderoso y puro del ser humano, gracias a él decidimos compartir nuestra vida con otra persona, formamos una familia y brindamos ese amor a los demás: hijos, padres, familiares; somos leales y queremos a nuestros amigos y compañeros de trabajo.
Y en esta fecha lo que más se brinda y se comparte son regalos; quizá sea una manera de expresar el amor, pero lo que sientes por otras personas se puede expresar perfectamente cualquier día del año y no necesariamente con obsequios.
Hablemos del matrimonio, el cual debe cultivarse día tras día: el amor no es estático, crece con el tiempo, o puede disminuir. El amor no es un sentimiento, es un acto de la voluntad, es decir, me levanto todos los días y quiero quererte cada vez más.
Al reflexionar sobre el amor que les tenemos como padres a nuestros hijos, me atrevería a decir que es un amor incondicional. Pase lo que pase durante su vida, o hagan lo que hagan seguiremos amando a nuestros hijos profundamente.
No así, el amor de ellos hacia nosotros; tristemente un hijo puede dejar de amar a su padre o a su madre si lo que ha recibido de parte de ellos ha sido violencia, falta de respeto o abandono.
El amor filial entre hermanos también debe cultivarse. Es una conexión que no se tiene con nadie más. Nuestros papás nos dejan cuando aún somos jóvenes, nuestros esposos e hijos aparecen más tarde. Son nuestros hermanos quienes nos acompañarán durante todo el camino de nuestra vida. Debemos de cuidar y mantener esta relación.
Y al hablar de la amistad, estoy convencida de que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano. No importa cuantos tengas en Facebook o en Instagram, quienes en realidad importan son aquellos que te quieren y aceptan tal y como eres, que están contigo en las buenas y en las malas.
Por lo tanto, si tu eres de los que celebran el 14 de febrero y todo el mes, ¡adelante: disfrútalo!, es una fecha importante para hacer honor al sentimiento más potente que existe. Pero, no te confundas, a veces el mejor regalo para brindar en estas fechas es un momento con esa persona, una carta, o un detalle sin importar su precio.
Aprovecha también para llamar a aquellos amigos o familiares a quienes no ves tan seguido para preguntarles como están y que ha sido de su vida.
Mantente siempre muy cerca de aquellos a quienes amas, y demuéstraselos continuamente.
Recuerda que el amor no es un sentimiento, sino un acto de la voluntad y de la inteligencia. Por lo que a nuestros seres queridos tenemos que demostrarles nuestro amor con actos y palabras, ya que un amor que no se cultiva, puede terminarse.
¡Feliz día del amor y de la amistad!
Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com. Facebook: Lucia Legorreta
Categoría:Vida
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La clonación comenzó a ser un tema a debatir a partir del logro de la primera de un ser vivo, cuando se dió la noticia de que una oveja nombrada Dolly había sido clonada con éxito fue que comenzó la polémica en decidir si continuar con las experimentaciones hasta llegar a ser una realidad en seres humanos, claro que antes de este gran acontecimiento la pregunta ya se planteaba pero al no haber ninguna prueba contundente de ser posible en todos los sentidos se encontraba en segundo plano.
Las repercusiones de este experimento se han visto reflejadas en todos los ámbitos, aunque con mayor impacto en el científico y el ético claro está, las opiniones dadas por expertos, comentaristas, figuras públicas o en general de cualquier persona resaltan por la gran imaginación y falta de clarificación, esto solo se puede resolver volviendo un poco atrás para realizar un análisis de los principios y las repercusiones éticas que este hecho que parece sacado de una película de ciencia ficción puede tener.
La clonación se realiza a partir de la obtención de las células somáticas de un ser vivo, los primeros intentos lograron la creación de un renacuajo partiendo de los núcleos de las células embrionarias en sustitución del núcleo original pero el organismo no lograba sobrevivir por mucho tiempo, esto debido a que dichas células perdían por completo su capacidad de ser pluripotenciales por lo tanto el desarrollo y la morfogénesis no eran posibles.
Los primeros acercamientos exitosos se dieron cuando se acordó que la manera más rápida para la clonación era por medio de la fisión embrionaria, esto no es más que las división de un embrión de pocas células que al ir dejando células se produce un adulto completo, esta ciencia fue muy criticada al ser empleada en humanos en el experimento Hall y Stillman en 1993 donde se tomaron de dos a ocho células sobrantes de 17 embriones in vitro, lo particular de los embriones es que eran el resultado de un óvulo fecundado por tres espermatozoides por lo tanto no eran viables y se consideraban como desecho, los resultados fueron considerados como exitosos pero al ser realizados con embriones no viables la experimentación no fue válida en seres humanos.
La clonación ha tenido repercusiones muy grandes en el ámbito científico, principalmente por el hecho de que no fue permitido continuar con las experimentaciones en seres humanos, limitando el conocimiento de los genetistas, que aunque cada día conocen más sobre los genes, el conocer a profundidad el funcionamiento celular a nivel embrionario es cada vez más complejo haciendo de la clonación humana cada día algo más lejano.
Otro factor importante por el cual la investigación se ve interrumpida es por las cuestiones éticas, por el momento solo se ha realizado la clonación en la ganadería pero los expertos afirman que en un par de años con más investigación lo mismo se podría realizar en los humanos, y no con un fin de ciencia ficción. La ética ataca principalmente a la disminución de la biodiversidad de especies animales clonadas, los grupos serían homogéneos al ser creados en un laboratorio y quitar ese factor único y de sorpresa que la naturaleza da, esto mismo se puede dar en la clonación humana arrebatando así algo de lo más importante para toda persona, su autenticidad. Aún más al hablar de clonación humana se habla de algo innecesario e incorrecto, pues esto no otorga ninguna aplicación clínica; al pretender recuperar a un ser querido fallecido por medio de la clonación no estarían haciendo más que recrear una imagen visual y fisiológicamente de la persona en cuestión, los pensamientos y personalidad no se logran conservar en la clonación, quitando así lo que realmente hace a un ser vivo valioso por sí mismo. Por estas razones es que la clonación está prohibida por el derecho europeo, aunque no en Estados Unidos, pues no se puede prohibir un acto que no es probado ser nocivo, pero si se retiró todo tipo de financiamiento en la materia.
Autor: Paula Regina Sumarán Tovar
Categoría:Bioética
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Fue hasta hace poco cuando escuché por primera vez el término de síndrome de la abuela esclava, pero más fue mi sorpresa cuando al investigar sobre éste confirmé que es un fenómeno reconocido por la Organización Mundial de la Salud y considerado ya como una enfermedad grave desde el año 2001.
¿En qué consiste?
Afecta a las mujeres maduras que son sometidas a una sobrecarga tanto física como emocional. Presenta manifestaciones como:
- malestar general, falta de satisfacción
- tristeza, desánimo, falta de motivación
- ansiedad
- algunas veces, sentimientos de culpa por su malestar
- depresión
No cabe duda que la relación abuelos-nietos es una de las más hermosas, gratificantes y fructíferas experiencias humanas. Sin embargo, hay ocasiones en que los abuelos tienen que seguir asumiendo responsabilidades y cargas familiares muy superiores a lo que sus capacidades físicas y mentales pueden soportar.
Cuando se vive esta situación, la mayoría de los hombres declaran abiertamente su incapacidad para asumir cargas excesivas, pero las mujeres, con un gran sentido de responsabilidad, se obstinan en negar y ocultar su propio agotamiento y siguen haciendo más de lo que pueden para no molestar o defraudar a sus propios hijos, que delegan en ellas demasiadas cargas familiares. Y se convierte en una especie de voluntaria esclavitud.
Las razones son diversas:
- La delegación del cuidado de los hijos en la abuela materna es una de las estrategias de compatibilización familia-empleo más utilizadas en nuestro país.
- Ya sea por no contar con recursos económicos para niñera o guardería.
- Porque existen lazos afectivos
- Por comodidad
- Porque es gratis.
Sin embargo, la abuela también tiene estrés y empiezan a aparecer enfermedades físicas y emocionales en ellas. El sobreesfuerzo prolongado puede provocar o agravar diversas enfermedades, que no se curarán adecuadamente hasta que sus propios hijos sean consecuentes y liberen a la abuela de esta llamada esclavitud.
Te preguntarás ¿por qué se sienten comprometidas las abuelas? ¿por qué no se liberan de estas cargas? ¿por qué asumen estas situaciones como suyas? La mayoría de los casos se debe a la educación y valores aprendidos, porque se sienten responsables del permanente cuidado de la familia y porque es una forma de seguir sintiéndose útiles.
¿Quién es la abuela esclava?
- Mujeres que cuidan a sus nietos de forma sistemática.
- Mujeres que cuidan a familiares enfermos de forma sistemática.
- Mujeres que tienen excesivas responsabilidades familiares en función de sus capacidades.
- Mujeres que no tienen libertad para tomar decisiones.
- Mujeres que no disfrutan de su tiempo libre como ellas quisieran.
- Mujeres que apenas tienen relaciones sociales.
- Mujeres que por cuestiones culturales y familiares se sienten obligadas a asumir demasiadas responsabilidades.
- Mujeres que tienen miedo a quejarse por represalias familiares (retirada del cariño, chantaje emocional).
- Mujeres que consciente o inconscientemente saben que se está abusando de ellas, pero no tienen ni los recursos, ni los medios necesarios para hacer frente a estas situaciones.
- Mujeres que posiblemente se sientan maltratadas.
¿Quién es una abuela feliz?
- Aquella que aporta bienestar a la familia.
- Ayuda a sus hijos y familiares en función de sus capacidades físicas y emocionales.
- No tiene responsabilidades directas con sus nietos de forma sistemática.
- Tiene libertad para decidir qué hacer con su tiempo.
Los abuelos poseen una importante influencia en la educación de los nietos, incluso cuando éstos ya son adultos. Son guías y consejeros, trasmiten conocimientos, valores y tradiciones; dan un sentido de patrimonio familiar y estabilidad. Los abuelos proporcionan una ayuda crucial a todos los niveles: económico, emocional, de cuidado.
El síndrome de la abuela esclava cada vez es más frecuente en nuestra sociedad, y los familiares debemos estar atentos a este problema. Para prevenirlo, busca el equilibrio entre las capacidades y responsabilidades de la abuela y fomenta el cariño y la comprensión familiar.
Cuidemos mucho esta relación entre abuelos, hijos y nietos, pero sobretodo NO tengamos en nuestra casa a una abuela esclava, sino hagamos de ella una abuela feliz.
Autor: Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com. Facebook: Lucia Legorreta
De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la trata de personas se presenta cuando una persona promueve, facilita, consigue, traslada, entrega o recibe, para sí o para un tercero, a una persona, por medio de la violencia física o moral, el engaño o el abuso de poder, para someterla a explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, servidumbre, o a la extirpación de un órgano, tejido o sus componentes.
La trata de personas comenzó a reconocerse a finales del siglo XIX y a inicios del siglo XX, lo cual era denominado “trata de blancas”, ya que se trataba de la movilidad y el comercio de mujeres blancas, europeas y americanas, con el objeto de explotarlas sexualmente.
Conforme a la Oficina de las Naciones Unidas para el Control de las Drogas y la Prevención del Delito (ONUDD), México es un país de origen, tránsito y destino de la trata de personas.
El objeto de la trata de personas es la explotación de la persona, ya sea sexual o laboral y el origen de esta problemática en nuestro país es la impunidad y la corrupción, así como la delincuencia organizada.
México ha adoptado y ratificado diversos Tratados Internacionales con el objetivo de combatir la trata de personas, la esclavitud, trabajos forzosos, la defensa a derechos de la infancia y el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
El más relevante de todos ellos es el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, complementado por la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Fue hasta el año 2007 cuando se reformó el Código Penal Federal y se tipificó (se consideró como delito) por primera vez la trata de personas en el ámbito Federal.
Según lo establecido en la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas en su artículo 5°, quien comete el delito de trata de personas es aquella persona que promueva, solicite, ofrezca, facilite, consiga, traslade, entregue o reciba, para sí o para un tercero, a una persona, por medio de la violencia física o moral, engaño o el abuso de poder para someterla a explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, servidumbre, o a la extirpación de un órgano, tejido o sus componentes y según el artículo 6°, la pena de este delito es de seis a doce años de prisión, de nueve a dieciocho años de prisión si la víctima es menor de dieciocho años de edad o si no tiene capacidad para comprender el hecho o para resistirlo.
Entre el 2012 y el 2017, en México se registraron 5,245 víctimas de trata de personas, aunque oficialmente solo se reconocieron 790. Esto significa que es una situación grave y que se da con gran frecuencia en nuestro país; se ha logrado identificar este delito en diversas situaciones, sin embargo, no en su totalidad.
El Gobierno de México debe de hacer algo más para poder erradicar esta problemática. Jamás podrá eliminarse del todo, pero el hecho de que no se reconozcan ni si quiera la mitad de los casos de trata de personas, es realmente preocupante y alarmante.
Sin embargo, la prevención de la Trata de Personas no corresponde únicamente al Gobierno, también es de suma importancia hacer conciencia sobre lo expuestos que estamos todos, ya sean mujeres, hombres o niños. Todas las personas deberían saber que es una situación que a cualquiera le podría suceder, que deben de tomar precauciones y estar alertas.
Autor: Karen López de la Fuente
Empezaré por definir la palabra discriminación. Según la CNDH, “discriminar significa seleccionar excluyendo; esto es, dar un trato de inferioridad a personas o a grupos, a causa de su origen étnico o nacional, religión, edad, género, opiniones, preferencias políticas y sexuales, condiciones de salud, discapacidades, estado civil u otra causa»
Discriminar quiere decir dar un trato diferente a las personas. Cabe resaltar que por el hecho de ser personas todos gozamos de los mismos derechos y somos iguales ante la ley. Dar un trato distinto a una persona genera una desventaja en sus derechos.
La discriminación se origina en las distintas relaciones sociales, muchas veces desde las familias. Se generan estereotipos y prejuicios que a su vez generan intolerancia lo cual hace difícil que exista una convivencia armónica entre las personas. Se debe buscar la tolerancia para poder lograr igualdad y la paz social. Además, las conductas discriminatorias pueden ocasionar un daño general a la sociedad y generar daños físicos, psicológicos, morales, materiales.
Existen diferentes tipos de discriminación como por ejemplo por discapacidad, por religión, por expresión o ideas, por edad, por origen, por raza, por embarazo, por género, entre muchas otras.
El principio de igualdad es uno de los valores más importantes reconocidos por la comunidad internacional y constituye el fundamento de la teoría de los derechos humanos. Busca garantizar derechos y limitar los privilegios, esto favorece el desarrollo igualitario de la sociedad.
Las personas deben ser consideradas iguales entre sí y tratadas como iguales , los posibles tratos desiguales dados a las personas sólo se pueden justificar si se encuentran previstos en la ley. Por ejemplo, si se cometen actos ilícitos que afectan a otras personas o cuando los individuos se encuentran en una situación de vulnerabilidad o discriminación, lo que hace necesario la aplicación de algún apoyo o ayuda especial.
La Declaración Universal de Derechos Humanos establece el principio de la no discriminación y proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y que toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en dicha Declaración, sin distinción alguna, incluida la distinción por razón de sexo.
Se debe considerar que la discriminación contra la mujer es algo inaceptable y va en contra de la dignidad humana y el bienestar de la familia y de la sociedad. Además al discriminar a una mujer se le está impidiendo participar de igual manera en la vida política, social, económica y cultural de sus países. Esto construye un obstáculo para el pleno desarrollo de las posibilidades que tiene la mujer de servir a sus países y a la humanidad, teniendo presente que la contribución de la mujer a la vida social, política, económica y cultural es de suma importancia, así como su función en la familia y especialmente en la educación de los hijos.
La participación tanto de las mujeres como de los hombres en todos los campos es indispensable para el desarrollo total de un país, el bienestar del mundo y la causa de la paz, el 18 de diciembre de 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
A aproximadamente cuarenta años de la entrada en vigor de la Convención, el reconocimiento y el disfrute de la igualdad de derechos con los hombres sigue estando fuera del alcance de un gran número de mujeres en todo el mundo
En nuestro país, el quinto párrafo del artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe expresamente la discriminación de la siguiente forma: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Esta Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación es la encargada de desarrollar el principio de no discriminación y establece como objetivo prevenir y eliminar la discriminación ejercidas contra cualquier persona, así como la promoción de la igualdad de oportunidades y de trato. En virtud de esta ley, todos (autoridades y gobernados) estamos obligados a respetar el derecho a la igualdad y a la no discriminación de todas las personas.
Prevenir que se den situaciones de discriminación entre las personas es una tarea en equipo, que requiere de la voluntad y el trabajo de todos los sectores de la sociedad. Cada individuo es responsable de analizar sus conductas discriminatorias para poder cuestionarlas y modificarlas.
La ética y la moral entran mucho en este tema, ¿Por qué el hombre tendría mas oportunidades que la mujer? Es una pregunta sencilla pero con un análisis sin respuesta durante cientos de años
La discriminación se puede prevenir con la promoción de valores como el respeto, la igualdad y la tolerancia; sólo así tendremos una sociedad realmente igualitaria y democrática donde las diferencias convivan en armonía. Para ello debemos promover la cultura de los derechos humanos y garantizar su protección.
Autor: Alberto Emilio García Rodríguez
Categoría:Bioética
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Se acercan en estas fechas reuniones familiares y de trabajo. Te invito a reflexionar que tantos rencores, resentimientos o deseos de venganza hay dentro de ti, con familiares, amigos o compañeros de trabajo.
Seguramente en tu vida alguna persona te ha ofendido voluntaria o involuntariamente. Esto te provoca enojo, ira, rencor y deseos de que la pague. Pero sin perdón y olvido, el resentimiento controla nuestras vidas.
Leía yo esta frase muy cierta: “si no perdonas, no puedes olvidar. Si no olvidas, no vives en paz. Y sin paz, tu amor no fluye”
A veces no es posible olvidar, pero sí que podemos lograr que ya no nos afecte lo que ocurrió. El problema es cuando consideramos lo ocurrido como inaceptable, entonces somos incapaces de perdonar.
Podemos considerar inaceptables ciertas situaciones vividas que se dan porque se han traicionado unos acuerdos, principios, no se han cumplido nuestras expectativas o no se han respetado ciertos valores.
Sea cual sea la razón de lo inaceptable, podemos aferrarnos a ella y quedarnos clavados ahí. Por mucho que no estemos de acuerdo con lo ocurrido, tenemos que aceptar los hechos.
En el mundo hay mucha rabia en contra de las injusticias. La rabia no soluciona las injusticias, sino que crea más dolor e incluso más injusticias.
El odio envenena. Afecta a nuestra salud, envenena nuestro corazón, mata nuestra paz interior, nos seca de amor y felicidad. Unas palabras sabias dicen: “¿Quieres ser feliz un momento?: véngate. ¿Quieres ser feliz siempre?: perdona”
Y este perdón es también para uno mismo. Todos cometemos errores y equivocaciones que tenemos que dejar atrás, aceptar y perdonarnos a nosotros mismos.
Algunas personas creen que perdonar es un acto de debilidad. Sin embargo, es todo lo contrario; perdonar muestra que nos hacemos dueños de nuestro bienestar y dejamos de ser víctimas del otro.
Perdonar nos permite recuperar nuestro poder interior. Sin ese dominio, nuestra mente irá una y otra vez hacia ese lugar de sufrimiento: ¿por qué a mi? ¿cómo se atrevió? Los pensamientos negativos serán constantes y los sentimientos de rabia, frustración y tristeza te acompañarán por largo tiempo.
Te invito a pensar que quien te ha hecho daño también es un ser humano, con sus debilidades y que, por la razón que sea, se ha comportado injustamente, víctima de su ignorancia, sus creencias, impulsos o propia rabia.
La rabia no se vence con más rabia. Cada persona tiene su propio valor por lo que es, no tanto por lo que ha hecho. No permitas que tu resentimiento afecte a tu vida.
Para que puedas perdonar debes de ser consciente de lo que te afectó, aceptar el sentimiento que provocó en ti esa ofensa. No rechazarlo ni esconderlo, porque si no crecerá en tu interior como un veneno o una mala hierba.
Es más sano que lo sientas y soltarlo: escribiéndolo, hablándolo con un amigo de confianza, o incluso acudir a una terapia, y verás como poco a poco se irán disolviendo.
El mejor regalo que puedes darte esta Navidad es el perdón. Recuerda: si no perdonas, no puedes olvidar. Si no olvidas, no vives en paz. Y sin paz, tu amor no fluye.
Autor: Lucía Legorreta de Cervantes
Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.
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