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Año: 2019

Discriminación general y hacia la mujer
Discriminación general y hacia la mujer

Empezaré por definir la palabra discriminación. Según la CNDH, “discriminar significa seleccionar excluyendo; esto es, dar un trato de inferioridad a personas o a grupos, a causa de su origen étnico o nacional, religión, edad, género, opiniones, preferencias políticas y sexuales, condiciones de salud, discapacidades, estado civil u otra causa»

Discriminar quiere decir dar un trato diferente a las personas. Cabe resaltar que por el hecho de ser personas todos gozamos de los mismos derechos y somos iguales ante la ley. Dar un trato distinto a una persona genera una desventaja en sus derechos.

La discriminación se origina en las distintas relaciones sociales, muchas veces desde las familias. Se generan estereotipos y prejuicios que a su vez generan intolerancia lo cual hace difícil que exista una convivencia armónica entre las personas. Se debe buscar la tolerancia para poder lograr igualdad y la paz social. Además, las conductas discriminatorias pueden ocasionar un daño general a la sociedad y generar daños físicos, psicológicos, morales, materiales.

Existen diferentes tipos de discriminación como por ejemplo por discapacidad, por religión, por expresión o ideas, por edad, por origen, por raza, por embarazo, por género, entre muchas otras.

El principio de igualdad es uno de los valores más importantes reconocidos por la comunidad internacional y constituye el fundamento de la teoría de los derechos humanos. Busca garantizar derechos y limitar los privilegios, esto favorece el desarrollo igualitario de la sociedad.

Las personas deben ser consideradas iguales entre sí y tratadas como iguales , los posibles tratos desiguales dados a las personas sólo se pueden justificar si se encuentran previstos en la ley. Por ejemplo, si se cometen actos ilícitos que afectan a otras personas o cuando los individuos se encuentran en una situación de vulnerabilidad o discriminación, lo que hace necesario la aplicación de algún apoyo o ayuda especial.

La Declaración Universal de Derechos Humanos establece el principio de la no discriminación y proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y que toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en dicha Declaración, sin distinción alguna, incluida la distinción por razón de sexo.

Se debe considerar que la discriminación contra la mujer es algo inaceptable y va en contra de la dignidad humana y el bienestar de la familia y de la sociedad. Además al discriminar a una mujer se le está impidiendo participar de igual manera en la vida política, social, económica y cultural de sus países. Esto construye un obstáculo para el pleno desarrollo de las posibilidades que tiene la mujer de servir a sus países y a la humanidad, teniendo presente que la contribución de la mujer a la vida social, política, económica y cultural es de suma importancia, así como su función en la familia y especialmente en la educación de los hijos.

La participación tanto de las mujeres como de los hombres en todos los campos es indispensable para el desarrollo total de un país, el bienestar del mundo y la causa de la paz, el 18 de diciembre de 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

A aproximadamente cuarenta años de la entrada en vigor de la Convención, el reconocimiento y el disfrute de la igualdad de derechos con los hombres sigue estando fuera del alcance de un gran número de mujeres en todo el mundo

En nuestro país, el quinto párrafo del artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe expresamente la discriminación de la siguiente forma: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Esta Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación es la encargada de desarrollar el principio de no discriminación y establece como objetivo prevenir y eliminar la discriminación ejercidas contra cualquier persona, así como la promoción de la igualdad de oportunidades y de trato. En virtud de esta ley, todos (autoridades y gobernados) estamos obligados a respetar el derecho a la igualdad y a la no discriminación de todas las personas.

Prevenir que se den situaciones de discriminación entre las personas es una tarea en equipo, que requiere de la voluntad y el trabajo de todos los sectores de la sociedad. Cada individuo es responsable de analizar sus conductas discriminatorias para poder cuestionarlas y modificarlas.

La ética y la moral entran mucho en este tema, ¿Por qué el hombre tendría mas oportunidades que la mujer? Es una pregunta sencilla pero con un análisis sin respuesta durante cientos de años

La discriminación se puede prevenir con la promoción de valores como el respeto, la igualdad y la tolerancia; sólo así tendremos una sociedad realmente igualitaria y democrática donde las diferencias convivan en armonía. Para ello debemos promover la cultura de los derechos humanos y garantizar su protección.

Autor: Alberto Emilio García Rodríguez

 

ESTA NAVIDAD: perdona y olvida
ESTA NAVIDAD: perdona y olvida

Se acercan en estas fechas reuniones familiares y de trabajo. Te invito a reflexionar que tantos rencores, resentimientos o deseos de venganza hay dentro de ti, con familiares, amigos o compañeros de trabajo.

Seguramente en tu vida alguna persona te ha ofendido voluntaria o involuntariamente.   Esto te provoca enojo, ira, rencor y deseos de que la pague.   Pero sin perdón y olvido, el resentimiento controla nuestras vidas.

Leía yo esta frase muy cierta: “si no perdonas, no puedes olvidar.   Si no olvidas, no vives en paz.  Y sin paz, tu amor no fluye”

 A veces no es posible olvidar, pero sí que podemos lograr que ya no nos afecte lo que ocurrió.  El problema es cuando consideramos lo ocurrido como inaceptable, entonces somos incapaces de perdonar.

Podemos considerar inaceptables ciertas situaciones vividas que se dan porque se han traicionado unos acuerdos, principios, no se han cumplido nuestras expectativas o no se han respetado ciertos valores.

Sea cual sea la razón de lo inaceptable, podemos aferrarnos a ella y quedarnos clavados ahí.  Por mucho que no estemos de acuerdo con lo ocurrido, tenemos que aceptar los hechos.

En el mundo hay mucha rabia en contra de las injusticias.  La rabia no soluciona las injusticias, sino que crea más dolor e incluso más injusticias.

El odio envenena.  Afecta a nuestra salud, envenena nuestro corazón, mata nuestra paz interior, nos seca de amor y felicidad. Unas palabras sabias dicen: “¿Quieres ser feliz un momento?: véngate. ¿Quieres ser feliz siempre?: perdona

Y este perdón es también para uno mismo.  Todos cometemos errores y equivocaciones que tenemos que dejar atrás, aceptar y perdonarnos a nosotros mismos.

Algunas personas creen que perdonar es un acto de debilidad.  Sin embargo, es todo lo contrario; perdonar muestra que nos hacemos dueños de nuestro bienestar y dejamos de ser víctimas del otro.

Perdonar nos permite recuperar nuestro poder interior. Sin ese dominio, nuestra mente irá una y otra vez hacia ese lugar de sufrimiento: ¿por qué a mi?  ¿cómo se atrevió?  Los pensamientos negativos serán constantes y los sentimientos de rabia, frustración y tristeza te acompañarán por largo tiempo.

Te invito a pensar que quien te ha hecho daño también es un ser humano, con sus debilidades y que, por la razón que sea, se ha comportado injustamente, víctima de su ignorancia, sus creencias, impulsos o propia rabia.

La rabia no se vence con más rabia. Cada persona tiene su propio valor por lo que es, no tanto por lo que ha hecho.  No permitas que tu resentimiento afecte a tu vida.

Para que puedas perdonar debes de ser consciente de lo que te afectó, aceptar el sentimiento que provocó en ti esa ofensa.  No rechazarlo ni esconderlo, porque si no crecerá en tu interior como un veneno o una mala hierba.

Es más sano que lo sientas y soltarlo: escribiéndolo, hablándolo con un amigo de confianza, o incluso acudir a una terapia, y verás como poco a poco se irán disolviendo.

El mejor regalo que puedes darte esta Navidad es el perdón. Recuerda: si no perdonas, no puedes olvidar.   Si no olvidas, no vives en paz.  Y sin paz, tu amor no fluye.

Autor: Lucía Legorreta de Cervantes

Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.

Correo: cervantes.lucia@gmail.com

www.lucialegorreta.com.

Facebook: @Lucia Legorreta

Bioética en la arquitectura
Bioética en la arquitectura

El principal objetivo de la arquitectura es construir espacios en donde se puedan llevar a cabo interacciones humanas, ya sea casas, oficinas, hospitales, museos o parques, básicamente es mejorar la calidad humana a través de arte y emociones.

El primer punto donde se pueden relacionar estas dos, es en la creación de espacios que alimentan el cuerpo y el alma de cualquier persona y brindar algo súper importante que cualquier ser humano necesita, sentirse a salvo.

Todas las personas, por el simple hecho de existir merecen un hogar digno, un lugar donde puedan resguardarse de la naturaleza y un espacio que pueda contar con todas las facilidades necesarias para el ser humano sin importar que el arquitecto este diseñando una mansión o una cárcel; la misión de los arquitectos es que la gente que ocupa sus espacios se sienta satisfecha.

También se puede relacionar estos temas mediante toda la corrupción el incumplimiento de las reglas que afecta directa o indirectamente a muchas personas. El cliente siempre buscara obtener un beneficio propio, ya se monetario o un bien, pero en ningún momento está bien pasar por encima de algo o alguien con el objetivo de sacar beneficio, aquí es donde entra la ética y la moralidad del arquitecto. Durante la obra se llevan a cabo muchos trámites que tienen como finalidad asegurar que la construcción cuente con todas las medidas de seguridad necesarias para poder ser usada.

La sustentabilidad también es un factor muy importante hoy en día, es inaceptable que un edificio no sea sustentable y resiliente. Existen muchas maneras de lograr energías limpias y tener una responsabilidad ambiental. La sustentabilidad no solo tiene impacto en lo ambiental, sino que también tiene un impacto muy fuerte en la sociedad y en la manera de resolver sus conflictos. El arquitecto es responsable de mantener un equilibrio urbano y un equilibrio ecológico con aspectos muy sencillos como respetar la flora y fauna del lugar destinado al proyecto, o reforestar los árboles talados en otra zona de la ciudad. También existe muchos programas para aprovechar al máximo recursos que te dan la misma naturaleza, como las aguas de lluvia o energía solar.

El arquitecto tiene la capacidad de plasmar sus sueños, ideas y conceptos en la vida real, o sea de manera tangible, también hay que tener en cuenta que la arquitectura influye en el estado emocional o incluso espiritual de las personas, esta es una fibra muy sensible que quizá puede cambiar ciertos aspectos en la vida de una persona. Este regalo lleva una responsabilidad muy grande, que es la de cuidar al hombre construyendo lugares seguros y habitables y de ahí es donde viene la relación de la bioética con la arquitectura, ya que ambas tienen el interés y el deber de cuidar la vida y la dignidad de las personas.

Autor: Emilio Rodríguez Soto

Bioética y Psicología
Bioética y Psicología

La bioética es la rama de la ética dedicada a proveer los principios para la conducta más apropiada del ser humano con respecto a la vida, tanto de la vida humana como del resto de seres vivos, así como al ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la misma. La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento , la mente y los procesos cognitivos de las personas. Los psicólogos tratan con personas y su meta es mejorar la calidad de la salud mental de sus pacientes, y por ende se deben de aferrar a una serie de reglas éticas y morales, respetando así la bioética y la integridad humana de las personas.

Los seres humanos por definición somos seres bio-psico-sociales y tenemos derecho a ser tratados con dignidad, respetando todos los aspectos de la vida, incluidos los aspectos psicológicos. un buen profesional de psicología debe cumplir con criterios como los siguientes: beneficencia, fidelidad y responsabilidad, integridad, justicia y respeto por los derechos y la dignidad de todas las personas, reconociendo y respetando las diferencias culturales e individuales, incluyendo las relativas a la edad, el género, la etnia y la cultura, el origen nacional, la religión, la orientación sexual, la discapacidad, el estatus socio-económico, etc. El acuerdo entre un paciente de psicoterapia y un psicólogo debe de ser igual que aquel entre un paciente médico y un fisiólogo: se debe buscar hacer mayor bien respetando el valor y la integridad de la vida.

Los dilemas éticos que se generan en el campo de la salud mental son muy amplios y complejos e incluyen desde las dificultades de pensar en la aplicación del consentimiento informado en personas con autonomía e independencia disminuida.

Erich Fromm, en su obra “Ética y Psicoanálisis”, afirma que la ética no puede desvincularse del estudio de la persona puesto que los juicios de valor que elaboramos determinan nuestras acciones, y sobre estas descansan nuestra salud mental y nuestra felicidad.

Fromm ve una relación directa entre ética y psicología, hasta el punto de sostener que los síntomas neuróticos que muchas personas sufren son expresiones específicas de un conflicto moral.

De esta manera, la ética incide sobre la psicología, pero también sucede lo contrario: para el éxito de la terapia será determinante la capacidad del terapeuta para comprender el problema moral del paciente y de esa manera poder solucionarlo.

Es sumamente importante adherirse a una serie de reglas éticas y morales en observancia con la bioética para asegurarse que el tratamiento e intervención psicológica que se ofrece a las personas respete la vida y la dignidad del paciente. La bioética nos ayuda a pensar.

Nos puede enseñar a razonar con rigor, de tal manera que podamos explicar y argumentar por qué tomamos esta decisión y no otra. También nos va a facilitar el análisis de por qué nos hemos equivocado en una determinada actuación. La formación en ética clínica nos proporciona herramientas intelectuales para someter nuestras razones a la prueba de la crítica.

La bioética debe de ser una gran parte del conocimiento  intelectual y moral de respeto al ser humano para evitar que, al cuidar de su salud, caiga en las garras de intereses particulares, científicos o económicos, lo cual, Es decir la bioética y la psicología deben de estar al servicio de la dignidad humana de cada uno de los pacientes.

Autor: Santiago Gorozpe Camargo

La colmena de la ética Aprendamos de las abejas
La colmena de la ética Aprendamos de las abejas

Las abejas son una especie que trabaja en conjunto como sociedad. Y a su vez favorece a otras especies que se encuentran en su entorno: como las flores, y al mismo humano.  Cada una de ellas, dentro de la colmena, están dispuestas a jugar el papel que se les ha sido asignado. Su sociedad es como un reloj suizo que lleva un ritmo preciso para poder alcanzar los objetivos. Juntos como sociedad trabajan, como diría Emilie Durkheim con una solidaridad mecánica, donde se dividen y se estructuran a partir de su funcionalidad. Trabajando como engranes para que al final la sociedad de las abejas se mueva hacia una armonía de todos para todos.

La reina tiene un trabajo especial, siendo única dentro de la sociedad, es quien se reproduce tantas veces sea necesario para las necesidades de la colmena.

Por otra parte, encontramos a las obreras, estas son la fuerza del grupo, y las que buscan la homeostasis social. Son las que salen en busca de polen y las que construyen y mantiene la colmena.

Por último, pero no menos importante, están los zánganos, abejas que dan su vida para la reproducción de más abejas obreras.

Podemos ver que todas tiene sus papeles —una subsidiaridad social—, y en conjunto forman el integrante más importante, la colmena. Es el más importante porque se conforma de todos y todos se conforman de ella, sin ella no podrían estar protegidos ni de los demás ni de ellos mismos.

La colmena es una armadura perfectamente estructurada, en la que no se conforma ni por cuadrados, ni por círculos, si no por hexágonos; una nueva vertiente de pensamiento donde las cosas no son de un todo absoluto ni relativo. Sino que es una unidad de pensamiento basada en el respeto y el trabajo en equipo.

Este último integrante se alimenta del trabajo arduo de las abejas obreras, quienes a pesar de recibir el nombre de “obreras” las vemos como una sociedad en general, de la cual cada uno de los miembros cuenta con un papel fundamental para el cumplimiento de las necesidades de la colmena.

Sin embargo, la colmena tiene una debilidad, sus propios miembros. Por naturaleza, esta está hecha de cera, la cual soporta hasta los 37ºC, después de eso se derrite. Ante este peligro, las abejas obreras se empapan de agua y mantiene fresca la cera que conforma la colmena.

La fuerza de esta estructura no se la da su material, sino los miembros que habitan en ella. Si fuera por ella sola, en pocos días moriría. Son las mismas abejas quienes trabajan por mantenerla viva.

La vida dentro de la colmena se la da el trabajo de las abejas, para que esta se mantenga sana, se requiere de una solidaridad y una aceptación del trabajo de cada una de las ellas.

Autores como Camilo José Cela Conde han publicado y utilizado la metáfora de “La Colmena” como protesta entre clases sociales. Sin embargo, en esta ocasión se utilizará como unión y fortaleza de nuestra sociedad.

No son los obreros los que están abajo, sino los que mantienen la colmena viva. Los obreros somos todos, todos los que nos levantamos día a día en búsqueda de elementos que fortalezcan nuestra sociedad. Que nos levantamos en busca de fortalecer nuestra ética, ya que esta es la única que puede servir como agua para que nuestra colmena no se derrita.

Vemos a una sociedad humana la cual se base en el poder, sin saber cuál es realmente el papel de cada quien. Sin importarnos que todos pertenecemos a la misma colmena, solemos trabajar cada quien por nuestro lado y de forma apática.

Pero hay que darnos cuenta que nuestra colmena está por llegar a los 37º C y después de esto no hay vuelta atrás. Así como la clave de las abejas para que su colmena se mantenerla fresca es trabajar en equipo como una sola, nosotros debemos de empaparnos de los principios éticos que nos permitan refrescar nuestra colmena. Una vez dijo Ayad Akhtar “El secreto de una vida feliz es el respeto. Respeto por ti mismo y respeto hacia otros…” Es por ello que nuestros principios éticos deben de ser de uno para los demás, evitando el mal, obrando con el bien, tratar a los demás como te gustaría ser tratado, aceptar a los demás, evitar juzgar a la persona, pero si a sus actos, entre muchos otros.

Podemos juntarnos y ser más fuertes, no para luchas contra nuestros enemigos, sino para no derretirnos a nosotros mismos.

Autor: María Gabriela Conde Lazos y Mustieles

El duelo patológico
El duelo patológico

Después de una pérdida, es normal que surjan sentimientos y conductas que cada persona vivirá de forma diferente.  Pero ¿que sucede cuando este se convierte en un duelo patológico? Hoy platicaremos de cómo identificarlo y sobretodo como superarlo.

Un duelo normal, agudo o no complicado viene acompañado de sentimientos y conductas que son normales tras una pérdida: malestar fisiológico, preocupación de olvidar al fallecido, sentimientos de culpabilidad, irritabilidad, incapacidad para funcionar de la misma manera que antes de la pérdida, entre otros.

¿Cuándo se convierte en un duelo patológico?

Se le llama así porque la persona ha perdido toda la energía, la capacidad de vivir y de ilusionarse, incluso, de hacer planes. Es una depresión profunda.

Hay aplanamiento afectivo, que es cuando el sujeto ya no tiene ganas de hacer nada: levantarse, bañarse, vestirse y menos realizar sus actividades normales.

Puede presentarse de dos formas:

  • Duelo crónico o prolongado: cuando tiene una duración excesiva, sin llegar a una conclusión satisfactoria. Existen reacciones el día del aniversario de la muerte durante 10 años, e incluso más tiempo.
  • Duelo retrasado, inhibido, suprimido o pospuesto: la persona puede haber tenido una reacción emocional insuficiente justo en el momento de la pérdida.   Posteriormente puede experimentar síntomas de duelo si existe otra perdida inmediata, siendo, esta vez, la reacción emocional excesiva.  Suele ocurrir cuando la segunda pérdida es por suicidio.

Una variante es cuando la persona no ha sufrido la segunda pérdida, y al ver una película o escuchar una noticia en la cual el tema central es acerca de una pérdida, viene una reacción tardía.

  • Duelo exagerado: es la intensificación del duelo normal que hace que la persona se sienta desbordad y su conducta sea des adaptativa. Es muy conveniente acudir a una terapia con un profesional ético y preparado, para que no se convierta en algo más grave como manía, crisis de pánico o ansiedad.

¿Cómo ayudar a una persona con un duelo patológico?

  • Acercarte de forma sencilla: ¿Qué tal estás hoy?
  • Escucharla el 80% del tiempo y hablar solo el 20%
  • Ofrécele ayuda en cosas concretas
  • En el futuro seguirá teniendo momentos difíciles, muéstrale siempre tu apoyo,
  • Si has atravesado por una pérdida, explícale que fue para ti
  • Entabla contacto físico que denote afecto.
  • Comparte silencios y aprende a sentirte cómodo en ellos.
  • Sé paciente con la persona que ha sufrido la pérdida y permítele compartir sus recuerdos del ser querido.

Y si tú eres quien está viviendo un duelo patológico, no dejes pasar más tiempo y busca ayuda profesional.

A esa persona tan querida que ya no está contigo, lo que más le gustaría es verte bien y gozando de la vida plenamente.

Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com.   Facebook:  Lucia Legorreta

Bioética y los grupos antivacunas
Bioética y los grupos antivacunas

Se ha considerado a las vacunas como uno de los grandes avances dentro de la medicina moderna, dado el hecho de que previenen enfermedades en las que algunas de ellas suelen tener un índice de mortalidad elevado. Recuerdo el tiempo en el que llegamos a hacer diagnóstico de polio (enfermedad invalidante) en niños o de meningitis por pneumococo (índice alto de mortalidad), principalmente en niños que no los habían vacunado. Gracias a la aplicación masiva de vacunas muchas enfermedades ya no se hacen presentes (sarampión, rubeola, paperas, hepatitis B, difteria, tétanos, poliomielitis, tosferina, Haemophilus influenzae tipo b, meningococo C, entre otras).

Sin embargo a pesar del beneficio que aportan estas hay grupos de padres de familia que se manifiestan en contra de la aplicación de vacunas a sus hijos ya que consideran que las vacunas son malas por sus efectos adversos (en la actualidad estos rara vez se presentan y generalmente sin consecuencias). Otros las rechazan por su ideología religiosa, o por ser padres naturistas que confían en la inmunidad natural, otros pertenecen al grupo de escépticos con la industria o bien los que interpretan erróneamente los informes de la Secretaria de Salud.

La realidad es que no podemos aceptar los argumentos que están en contra de las vacunas desde una posición meramente científica y si deberemos buscar lo que es el mejor interés para el niño, mismo que aún no tiene capacidad para decidir si acepta o no la vacuna, en otras palabras deberemos aceptar que es lo más conveniente para el niño relacionado en este caso a su salud (Principio de Beneficencia).

El personal de salud que aplica vacunas deberá de proporcionar información veraz sobre la vacuna(s) que va a aplicar de tal forma que los padres o tutores del niño entiendan perfectamente cuales son las ventajas y/o riesgos al aplicar las vacunas, para que se tome una decisión.

Ante cualquier duda relacionada a vacunas lo mejor es consultar a su médico de confianza y así disipar las interrogantes que pudiera haber.

Autor: Dr. Jorge Adrián Chuck Sepúlveda

Médico Pediatra y Bioeticista.

Universidad Autónoma de Guadalajara.

Vulnerabilidad, sociabilidad y bioética
Vulnerabilidad, sociabilidad y bioética

“La vulnerabilidad es el lugar de nacimiento de la conexión y la ruta de acceso al sentimiento de dignidad. Si no se siente vulnerable, el intercambio probablemente no es constructivo”

 – Brene Brown –

La Bioética es “la rama de la ética aplicada que reflexiona, delibera y hace planteamientos normativos y de políticas públicas para regular y resolver conflictos en la vida social, especialmente en las ciencias de la vida, así como en la práctica y en la investigación médica que afectan la vida en el planeta, tanto en la actualidad como en futuras generaciones” (CONBIOÉTICA, 2014).

Esta definición, aunque correcta, es teórica, y la bioética se vive en el día a día, ya sea en situaciones propias o ajenas y en la mayor parte de las decisiones que tomamos.   Desde lo que se come, se usa y cómo nos relacionamos y tratamos a otros seres.

En la actualidad el uso de las redes sociales es excesivo, pues dejan de ser una herramienta y se convierten en un estilo de vida, si no es que, en una vida ´paralela´, en donde se proyecta el ideal de la persona, más que su realidad. En este proceso, en que se olvida la realidad, los defectos y la imperfección de los demás, se enfatiza el defecto propio. Con esta situación la vulnerabilidad y las relaciones humanas se vuelven cada vez más superficiales. Se busca cubrir la propia vulnerabilidad y encontrar la de los demás, de esta forma las relaciones humanas se debilitan, mientras que las que no tienen riesgo se potencializan.

La relación con los animales se ha humanizado en los últimos años, se les da a éstos el cariño y amor que no se tiene el valor para darle a los seres humanos. Los animales solo regresan amor, la relación no representa ningún riesgo, pues lo que se da, es recíproco. No hay miedo de ser rechazado y el cariño que se da se tiene de regreso.

La bioética tiene una base en el trato de la persona y la vida que le rodea, este trato cambia con el tiempo, sin embrago, siempre es importante cuestionar los sucesos, conductas y ritos de la sociedad en la que se está inmerso, por lo que se invita a la reflexión de lo siguiente:

¿Por qué empezamos a conectarnos con los animales y a separarnos de las personas? ¿Qué tiene la relación con el animal qué no tiene la del hombre? ¿Por qué se le prefiere? ¿Qué es lo que nos da tanto miedo de las relaciones humanas? ¿Por qué no se tolera la frustración y se crece con el dolor?

Autor: Evelyn Sa

Adultos mayores en nuestra familia
Adultos mayores en nuestra familia

En cada uno de nosotros existe el temor, pequeño o grande, de envejecer, pero no perdamos de vista que la vida está enriquecida por el conjunto de todas sus etapas:  niñez, adolescencia, juventud, madurez y vejez.

El adulto mayor enfrenta grandes retos que las nuevas generaciones no entienden.   Se ignora a los viejos, se siente impaciencia con ellos.

No nos damos cuenta de que nuestros adultos mayores están tan vivos como cualquiera y sufren el rechazo del que en ocasiones son víctimas. Hay que apreciar las duras batallas que enfrentan para adaptarse a las pérdidas y buscar su nueva identidad.

Es necesarios promover un cambio de mentalidad en las personas de la tercera edad y en quienes conviven con ellas.

La discriminación hacia los adultos mayores y la falta de valoración de sus cualidades debe atacarse desde la familia para producir un cambio cultural.   Una familia sin adultos mayores tiene una historia incompleta.

Hay que estar conscientes de que el proceso de envejecimiento abarca todos los aspectos de la vida humana.      Hay quienes tienen vitalidad física y psíquica para afrontarlo, algunos se resignan y otros más se abandonan y el deterioro los vence.

Abordar los retos de envejecer implica realizar un esfuerzo sostenido que se manifiesta en el cuidado de la alimentación, la salud y la estabilidad emocional.

Envejecer implica un desafío para el que envejece y para los que lo rodean.    Hay que mantener una actitud abierta que no compare lo que se hace con lo que se hacía;  lo importante es aprender a disfrutar el nuevo ritmo de ejecución.

Hay que aprovechar las posibilidades de examinar con objetividad y serenidad los logros y fracasos obtenidos a lo largo de la vida, para conservarlos, disfrutarlos y aprender de ellos.

Debemos fomentar como familia y como sociedad un cambio de actitud ante el anciano.   La familia debe reforzar sus lazos y la sociedad debe propiciar una cultura de aceptación e integración del adulto mayor.

Algunas propuestas para lograr que nuestros adultos mayores vivan en plenitud son:

  • Alentarlos a emprender proyectos inmediatos que los mantengan con una actitud positiva.
  • Motivarlos a evaluar sus logros de tiempos pasados para que puedan seguir aplicándolos en el presente y que asuman de la mejor manera su papel de consejeros.
  • Ayudarlos a aceptar las consecuencias del proceso de envejecimiento y a no sentirse inútiles. Podemos recomendarles actividades de servicio a los demás.
  • Ayudarlo a evitar el pesimismo y los pensamientos negativos.
  • Compensar con cariño sus ratos de soledad y generar en ellos el sentimiento de pertenencia a la familia.
  • Ayudarlos a reconocer sus capacidades y limitaciones, y a cambiar de rol aceptando su dependencia cuando sea necesario, brindándoles apoyo sin menoscabar su dignidad e individualidad.
  • Acompañarlos a mirar al pasado y a aceptar su historia, a f in de que perciban con claridad lo que han cultivado a lo largo de su vida.
  • Propiciar que conserven intereses propios y que aprovechen el tiempo para el cultivo de amistades y para el esparcimiento.
  • Asumir la responsabilidad del bienestar de los padres: cuidado físico, económico, afectivo y de integración social, comprendiendo que es un privilegio cuidar de ellos y devolverles algo de lo mucho que hicieron por nosotros.

Aunque todavía falta mucho por hacer, como sociedad hemos avanzado en el cuidado y respeto a los adultos mayores a través de diversos programas de apoyo  (descuentos, beneficios en alimentación, salud, pensiones, etc.), así como portales de información (bolsa de trabajo, beneficios fiscales, entre otros), que ayudan a las personas en esta etapa de la vida.

Sin embargo, es en el ámbito familiar donde debemos seguir luchando para que el adulto mayor encuentre en su familia el cariño y apoyo que necesita.

Muy importante es el testimonio que demos a nuestros hijos en el trato hacia los adultos mayores cercanos, principalmente nuestros padres.       Si ellos observan un trato digno y de respeto hacia sus abuelos o parientes mayores, en unos años harán lo mismo con nosotros.

Recuerda: una familia sin adultos mayores, tiene una historia incompleta.    Si de algo estamos casi seguros, es que tarde o temprano todos llegaremos a esa edad, y como vivamos nuestra vejez dependerá en gran parte de cómo somos actualmente con nuestros adultos mayores cercanos y lejanos.

Autor: Lucía Legorreta de Cervantes

Cargo: Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.

Correo: cervantes.lucia@gmail.com

Página: www.lucialegorreta.com  

Facebook: @Lucia Legorreta

Sin donaciones no hay trasplantes
Sin donaciones no hay trasplantes

Se define al trasplante como la intervención quirúrgica por medio de la cual se inserta en una persona un órgano o tejido obtenido de un donador. Para nuestra Ley General de Salud un trasplante consiste en:

la transferencia de un órgano, una porción de tejido o de un grupo de células de una parte del organismo a otra o de un individuo a otro debiendo cumplirse la condición de que se integren al organismo.

Los trasplantes de órganos y tejidos son una realidad que surge de los avances científicos en las ciencias de la salud del siglo XX. Debido a que son procedimientos en los que intervienen factores científicos, sociales, éticos y filosóficos requieren de un marco jurídico adecuado. Hoy en día los trasplantes permiten incrementar las esperanzas de vida de muchas personas que requieren de un órgano sano.

Los trasplantes pueden provenir de donación inter vivos o mortis causa. Los primeros son aquellos que se realizan con un órgano o tejido proveniente de un donador vivo, y en este caso se podrá trasplantar un tejido, órgano o la parte de éste a otra persona, siempre y cuando no implique un riesgo grave para la salud del donante, por lo tanto, no podrán donarse órganos únicos como el corazón, pero si un riñón, parte del hígado, médula ósea, etc.

Los que provienen de donación mortis causa o post mortem son aquellos que se realizan con el órgano o tejido de un donador después de su muerte. En este caso se puede donar cualquier órgano como el corazón, el hígado, las córneas, cerebro, gónadas y hasta el rostro.

En México los trasplantes están debidamente regulados en la Ley General de Salud que fue reformada y adicionada en 2009,  en el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de control sanitario de la disposición de órganos, tejidos y cadáveres de seres humanos  y en la Norma Técnica número 323 para la disposición de órganos y tejidos de seres humanos con fines terapéuticos.

El trasplante es un tratamiento médico muy complejo, y el único tratamiento que necesita la solidaridad de otras personas, a través de la donación, para llevarse a cabo.

Razones por las cuales todos deberíamos ser donantes de órganos:

  • Porque a diario miles de personas en el mundo fallecen por la insuficiencia terminal de un órgano.
  • Porque el trasplante es el único tratamiento médico que requiere del apoyo incondicional de la sociedad.
  • Porque con este gran acto de solidaridad y generosidad se contribuye a disminuir cada vez más el número de pacientes en lista de espera para un trasplante, única alternativa para mejorar su calidad de vida.
  • Porque si en vida fuimos serviciales al prójimo, ¿por qué no seguir siéndolo después de haber dejado de vivir?
  • Porque en lugar de dejar los órganos al destino de la descomposición, sería mejor dejarlos a la noble y más solidaria causa de donarlos a personas que esperan un trasplante para poder seguir viviendo o para mejorar su calidad de vida.

Sin donaciones, no hay trasplantes… Por ello la importancia de donar órganos.

Seamos donantes de vida.

Autor: Dora García Fernández