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Etiqueta: Ética

La colmena de la ética Aprendamos de las abejas
La colmena de la ética Aprendamos de las abejas

Las abejas son una especie que trabaja en conjunto como sociedad. Y a su vez favorece a otras especies que se encuentran en su entorno: como las flores, y al mismo humano.  Cada una de ellas, dentro de la colmena, están dispuestas a jugar el papel que se les ha sido asignado. Su sociedad es como un reloj suizo que lleva un ritmo preciso para poder alcanzar los objetivos. Juntos como sociedad trabajan, como diría Emilie Durkheim con una solidaridad mecánica, donde se dividen y se estructuran a partir de su funcionalidad. Trabajando como engranes para que al final la sociedad de las abejas se mueva hacia una armonía de todos para todos.

La reina tiene un trabajo especial, siendo única dentro de la sociedad, es quien se reproduce tantas veces sea necesario para las necesidades de la colmena.

Por otra parte, encontramos a las obreras, estas son la fuerza del grupo, y las que buscan la homeostasis social. Son las que salen en busca de polen y las que construyen y mantiene la colmena.

Por último, pero no menos importante, están los zánganos, abejas que dan su vida para la reproducción de más abejas obreras.

Podemos ver que todas tiene sus papeles —una subsidiaridad social—, y en conjunto forman el integrante más importante, la colmena. Es el más importante porque se conforma de todos y todos se conforman de ella, sin ella no podrían estar protegidos ni de los demás ni de ellos mismos.

La colmena es una armadura perfectamente estructurada, en la que no se conforma ni por cuadrados, ni por círculos, si no por hexágonos; una nueva vertiente de pensamiento donde las cosas no son de un todo absoluto ni relativo. Sino que es una unidad de pensamiento basada en el respeto y el trabajo en equipo.

Este último integrante se alimenta del trabajo arduo de las abejas obreras, quienes a pesar de recibir el nombre de “obreras” las vemos como una sociedad en general, de la cual cada uno de los miembros cuenta con un papel fundamental para el cumplimiento de las necesidades de la colmena.

Sin embargo, la colmena tiene una debilidad, sus propios miembros. Por naturaleza, esta está hecha de cera, la cual soporta hasta los 37ºC, después de eso se derrite. Ante este peligro, las abejas obreras se empapan de agua y mantiene fresca la cera que conforma la colmena.

La fuerza de esta estructura no se la da su material, sino los miembros que habitan en ella. Si fuera por ella sola, en pocos días moriría. Son las mismas abejas quienes trabajan por mantenerla viva.

La vida dentro de la colmena se la da el trabajo de las abejas, para que esta se mantenga sana, se requiere de una solidaridad y una aceptación del trabajo de cada una de las ellas.

Autores como Camilo José Cela Conde han publicado y utilizado la metáfora de “La Colmena” como protesta entre clases sociales. Sin embargo, en esta ocasión se utilizará como unión y fortaleza de nuestra sociedad.

No son los obreros los que están abajo, sino los que mantienen la colmena viva. Los obreros somos todos, todos los que nos levantamos día a día en búsqueda de elementos que fortalezcan nuestra sociedad. Que nos levantamos en busca de fortalecer nuestra ética, ya que esta es la única que puede servir como agua para que nuestra colmena no se derrita.

Vemos a una sociedad humana la cual se base en el poder, sin saber cuál es realmente el papel de cada quien. Sin importarnos que todos pertenecemos a la misma colmena, solemos trabajar cada quien por nuestro lado y de forma apática.

Pero hay que darnos cuenta que nuestra colmena está por llegar a los 37º C y después de esto no hay vuelta atrás. Así como la clave de las abejas para que su colmena se mantenerla fresca es trabajar en equipo como una sola, nosotros debemos de empaparnos de los principios éticos que nos permitan refrescar nuestra colmena. Una vez dijo Ayad Akhtar “El secreto de una vida feliz es el respeto. Respeto por ti mismo y respeto hacia otros…” Es por ello que nuestros principios éticos deben de ser de uno para los demás, evitando el mal, obrando con el bien, tratar a los demás como te gustaría ser tratado, aceptar a los demás, evitar juzgar a la persona, pero si a sus actos, entre muchos otros.

Podemos juntarnos y ser más fuertes, no para luchas contra nuestros enemigos, sino para no derretirnos a nosotros mismos.

Autor: María Gabriela Conde Lazos y Mustieles

El duelo patológico
El duelo patológico

Después de una pérdida, es normal que surjan sentimientos y conductas que cada persona vivirá de forma diferente.  Pero ¿que sucede cuando este se convierte en un duelo patológico? Hoy platicaremos de cómo identificarlo y sobretodo como superarlo.

Un duelo normal, agudo o no complicado viene acompañado de sentimientos y conductas que son normales tras una pérdida: malestar fisiológico, preocupación de olvidar al fallecido, sentimientos de culpabilidad, irritabilidad, incapacidad para funcionar de la misma manera que antes de la pérdida, entre otros.

¿Cuándo se convierte en un duelo patológico?

Se le llama así porque la persona ha perdido toda la energía, la capacidad de vivir y de ilusionarse, incluso, de hacer planes. Es una depresión profunda.

Hay aplanamiento afectivo, que es cuando el sujeto ya no tiene ganas de hacer nada: levantarse, bañarse, vestirse y menos realizar sus actividades normales.

Puede presentarse de dos formas:

  • Duelo crónico o prolongado: cuando tiene una duración excesiva, sin llegar a una conclusión satisfactoria. Existen reacciones el día del aniversario de la muerte durante 10 años, e incluso más tiempo.
  • Duelo retrasado, inhibido, suprimido o pospuesto: la persona puede haber tenido una reacción emocional insuficiente justo en el momento de la pérdida.   Posteriormente puede experimentar síntomas de duelo si existe otra perdida inmediata, siendo, esta vez, la reacción emocional excesiva.  Suele ocurrir cuando la segunda pérdida es por suicidio.

Una variante es cuando la persona no ha sufrido la segunda pérdida, y al ver una película o escuchar una noticia en la cual el tema central es acerca de una pérdida, viene una reacción tardía.

  • Duelo exagerado: es la intensificación del duelo normal que hace que la persona se sienta desbordad y su conducta sea des adaptativa. Es muy conveniente acudir a una terapia con un profesional ético y preparado, para que no se convierta en algo más grave como manía, crisis de pánico o ansiedad.

¿Cómo ayudar a una persona con un duelo patológico?

  • Acercarte de forma sencilla: ¿Qué tal estás hoy?
  • Escucharla el 80% del tiempo y hablar solo el 20%
  • Ofrécele ayuda en cosas concretas
  • En el futuro seguirá teniendo momentos difíciles, muéstrale siempre tu apoyo,
  • Si has atravesado por una pérdida, explícale que fue para ti
  • Entabla contacto físico que denote afecto.
  • Comparte silencios y aprende a sentirte cómodo en ellos.
  • Sé paciente con la persona que ha sufrido la pérdida y permítele compartir sus recuerdos del ser querido.

Y si tú eres quien está viviendo un duelo patológico, no dejes pasar más tiempo y busca ayuda profesional.

A esa persona tan querida que ya no está contigo, lo que más le gustaría es verte bien y gozando de la vida plenamente.

Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com.   Facebook:  Lucia Legorreta

Vulnerabilidad, sociabilidad y bioética
Vulnerabilidad, sociabilidad y bioética

“La vulnerabilidad es el lugar de nacimiento de la conexión y la ruta de acceso al sentimiento de dignidad. Si no se siente vulnerable, el intercambio probablemente no es constructivo”

 – Brene Brown –

La Bioética es “la rama de la ética aplicada que reflexiona, delibera y hace planteamientos normativos y de políticas públicas para regular y resolver conflictos en la vida social, especialmente en las ciencias de la vida, así como en la práctica y en la investigación médica que afectan la vida en el planeta, tanto en la actualidad como en futuras generaciones” (CONBIOÉTICA, 2014).

Esta definición, aunque correcta, es teórica, y la bioética se vive en el día a día, ya sea en situaciones propias o ajenas y en la mayor parte de las decisiones que tomamos.   Desde lo que se come, se usa y cómo nos relacionamos y tratamos a otros seres.

En la actualidad el uso de las redes sociales es excesivo, pues dejan de ser una herramienta y se convierten en un estilo de vida, si no es que, en una vida ´paralela´, en donde se proyecta el ideal de la persona, más que su realidad. En este proceso, en que se olvida la realidad, los defectos y la imperfección de los demás, se enfatiza el defecto propio. Con esta situación la vulnerabilidad y las relaciones humanas se vuelven cada vez más superficiales. Se busca cubrir la propia vulnerabilidad y encontrar la de los demás, de esta forma las relaciones humanas se debilitan, mientras que las que no tienen riesgo se potencializan.

La relación con los animales se ha humanizado en los últimos años, se les da a éstos el cariño y amor que no se tiene el valor para darle a los seres humanos. Los animales solo regresan amor, la relación no representa ningún riesgo, pues lo que se da, es recíproco. No hay miedo de ser rechazado y el cariño que se da se tiene de regreso.

La bioética tiene una base en el trato de la persona y la vida que le rodea, este trato cambia con el tiempo, sin embrago, siempre es importante cuestionar los sucesos, conductas y ritos de la sociedad en la que se está inmerso, por lo que se invita a la reflexión de lo siguiente:

¿Por qué empezamos a conectarnos con los animales y a separarnos de las personas? ¿Qué tiene la relación con el animal qué no tiene la del hombre? ¿Por qué se le prefiere? ¿Qué es lo que nos da tanto miedo de las relaciones humanas? ¿Por qué no se tolera la frustración y se crece con el dolor?

Autor: Evelyn Sa

Adultos mayores en nuestra familia
Adultos mayores en nuestra familia

En cada uno de nosotros existe el temor, pequeño o grande, de envejecer, pero no perdamos de vista que la vida está enriquecida por el conjunto de todas sus etapas:  niñez, adolescencia, juventud, madurez y vejez.

El adulto mayor enfrenta grandes retos que las nuevas generaciones no entienden.   Se ignora a los viejos, se siente impaciencia con ellos.

No nos damos cuenta de que nuestros adultos mayores están tan vivos como cualquiera y sufren el rechazo del que en ocasiones son víctimas. Hay que apreciar las duras batallas que enfrentan para adaptarse a las pérdidas y buscar su nueva identidad.

Es necesarios promover un cambio de mentalidad en las personas de la tercera edad y en quienes conviven con ellas.

La discriminación hacia los adultos mayores y la falta de valoración de sus cualidades debe atacarse desde la familia para producir un cambio cultural.   Una familia sin adultos mayores tiene una historia incompleta.

Hay que estar conscientes de que el proceso de envejecimiento abarca todos los aspectos de la vida humana.      Hay quienes tienen vitalidad física y psíquica para afrontarlo, algunos se resignan y otros más se abandonan y el deterioro los vence.

Abordar los retos de envejecer implica realizar un esfuerzo sostenido que se manifiesta en el cuidado de la alimentación, la salud y la estabilidad emocional.

Envejecer implica un desafío para el que envejece y para los que lo rodean.    Hay que mantener una actitud abierta que no compare lo que se hace con lo que se hacía;  lo importante es aprender a disfrutar el nuevo ritmo de ejecución.

Hay que aprovechar las posibilidades de examinar con objetividad y serenidad los logros y fracasos obtenidos a lo largo de la vida, para conservarlos, disfrutarlos y aprender de ellos.

Debemos fomentar como familia y como sociedad un cambio de actitud ante el anciano.   La familia debe reforzar sus lazos y la sociedad debe propiciar una cultura de aceptación e integración del adulto mayor.

Algunas propuestas para lograr que nuestros adultos mayores vivan en plenitud son:

  • Alentarlos a emprender proyectos inmediatos que los mantengan con una actitud positiva.
  • Motivarlos a evaluar sus logros de tiempos pasados para que puedan seguir aplicándolos en el presente y que asuman de la mejor manera su papel de consejeros.
  • Ayudarlos a aceptar las consecuencias del proceso de envejecimiento y a no sentirse inútiles. Podemos recomendarles actividades de servicio a los demás.
  • Ayudarlo a evitar el pesimismo y los pensamientos negativos.
  • Compensar con cariño sus ratos de soledad y generar en ellos el sentimiento de pertenencia a la familia.
  • Ayudarlos a reconocer sus capacidades y limitaciones, y a cambiar de rol aceptando su dependencia cuando sea necesario, brindándoles apoyo sin menoscabar su dignidad e individualidad.
  • Acompañarlos a mirar al pasado y a aceptar su historia, a f in de que perciban con claridad lo que han cultivado a lo largo de su vida.
  • Propiciar que conserven intereses propios y que aprovechen el tiempo para el cultivo de amistades y para el esparcimiento.
  • Asumir la responsabilidad del bienestar de los padres: cuidado físico, económico, afectivo y de integración social, comprendiendo que es un privilegio cuidar de ellos y devolverles algo de lo mucho que hicieron por nosotros.

Aunque todavía falta mucho por hacer, como sociedad hemos avanzado en el cuidado y respeto a los adultos mayores a través de diversos programas de apoyo  (descuentos, beneficios en alimentación, salud, pensiones, etc.), así como portales de información (bolsa de trabajo, beneficios fiscales, entre otros), que ayudan a las personas en esta etapa de la vida.

Sin embargo, es en el ámbito familiar donde debemos seguir luchando para que el adulto mayor encuentre en su familia el cariño y apoyo que necesita.

Muy importante es el testimonio que demos a nuestros hijos en el trato hacia los adultos mayores cercanos, principalmente nuestros padres.       Si ellos observan un trato digno y de respeto hacia sus abuelos o parientes mayores, en unos años harán lo mismo con nosotros.

Recuerda: una familia sin adultos mayores, tiene una historia incompleta.    Si de algo estamos casi seguros, es que tarde o temprano todos llegaremos a esa edad, y como vivamos nuestra vejez dependerá en gran parte de cómo somos actualmente con nuestros adultos mayores cercanos y lejanos.

Autor: Lucía Legorreta de Cervantes

Cargo: Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.

Correo: cervantes.lucia@gmail.com

Página: www.lucialegorreta.com  

Facebook: @Lucia Legorreta

Sin donaciones no hay trasplantes
Sin donaciones no hay trasplantes

Se define al trasplante como la intervención quirúrgica por medio de la cual se inserta en una persona un órgano o tejido obtenido de un donador. Para nuestra Ley General de Salud un trasplante consiste en:

la transferencia de un órgano, una porción de tejido o de un grupo de células de una parte del organismo a otra o de un individuo a otro debiendo cumplirse la condición de que se integren al organismo.

Los trasplantes de órganos y tejidos son una realidad que surge de los avances científicos en las ciencias de la salud del siglo XX. Debido a que son procedimientos en los que intervienen factores científicos, sociales, éticos y filosóficos requieren de un marco jurídico adecuado. Hoy en día los trasplantes permiten incrementar las esperanzas de vida de muchas personas que requieren de un órgano sano.

Los trasplantes pueden provenir de donación inter vivos o mortis causa. Los primeros son aquellos que se realizan con un órgano o tejido proveniente de un donador vivo, y en este caso se podrá trasplantar un tejido, órgano o la parte de éste a otra persona, siempre y cuando no implique un riesgo grave para la salud del donante, por lo tanto, no podrán donarse órganos únicos como el corazón, pero si un riñón, parte del hígado, médula ósea, etc.

Los que provienen de donación mortis causa o post mortem son aquellos que se realizan con el órgano o tejido de un donador después de su muerte. En este caso se puede donar cualquier órgano como el corazón, el hígado, las córneas, cerebro, gónadas y hasta el rostro.

En México los trasplantes están debidamente regulados en la Ley General de Salud que fue reformada y adicionada en 2009,  en el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de control sanitario de la disposición de órganos, tejidos y cadáveres de seres humanos  y en la Norma Técnica número 323 para la disposición de órganos y tejidos de seres humanos con fines terapéuticos.

El trasplante es un tratamiento médico muy complejo, y el único tratamiento que necesita la solidaridad de otras personas, a través de la donación, para llevarse a cabo.

Razones por las cuales todos deberíamos ser donantes de órganos:

  • Porque a diario miles de personas en el mundo fallecen por la insuficiencia terminal de un órgano.
  • Porque el trasplante es el único tratamiento médico que requiere del apoyo incondicional de la sociedad.
  • Porque con este gran acto de solidaridad y generosidad se contribuye a disminuir cada vez más el número de pacientes en lista de espera para un trasplante, única alternativa para mejorar su calidad de vida.
  • Porque si en vida fuimos serviciales al prójimo, ¿por qué no seguir siéndolo después de haber dejado de vivir?
  • Porque en lugar de dejar los órganos al destino de la descomposición, sería mejor dejarlos a la noble y más solidaria causa de donarlos a personas que esperan un trasplante para poder seguir viviendo o para mejorar su calidad de vida.

Sin donaciones, no hay trasplantes… Por ello la importancia de donar órganos.

Seamos donantes de vida.

Autor: Dora García Fernández

1° Concurso Expresa tu sentir
1° Concurso Expresa tu sentir

TEMAS:
Cuidados paliativos, eutanasia, distanasia, ortotanásia, futilidad médica, ensañamiento terapéutico.

Bases:
Presenta tu propuesta creativa en cualquiera de los siguientes formatos:
– Fotografía
– Caricatura
– Pintura
– Infografía
– Cartel

Fecha:
Del 17 de septiembre al 15 de octubre 2019

Premios:
1er lugar: $15,000 MXN
2do lugar: $8,000 MXN
3er lugar: $5,000 MXN

  1. Podrán participar personas de cualquier nacionalidad, mayores de 10 años.
  2. Los trabajaos deberán ser enviados al correo: concurso@bioeticaparatodos.com
  3. Forma de entrega: archivos adjuntos al mail: incluyendo: datos completos del autor (nombre, teléfono, edad nacionalidad y correo eletrónico).
  4. En el asunto del mail: Concurso de Bioética y Cuidados Paliativos.
  5. Los archivo en formato jpg a 300 DPI.
  6. Los trabajos deben ser inéditos y no haberlos publicado anteriormente.
  7. Presentar un texto de entre 100 y 200 palabras explicando la relación que tiene lo que presentan con el tema.
  8. Enviar carta compromiso escrita a mano, en la que se garantice que el trabajo es inédito, original y de autoría de quien los presenta (escaneado junto con su trabajo).
  9. Los ganadores se darán a conocer a través de nuestras redes sociales el 15 de noviembre y la fecha de premiación será publicada posteriormente.

Serán descalificados todos los trabajos que:
Muestren contenido denigrante, ofensivo, agresivo o discriminatorio; tengan contenido explícito o implícito mensajes con intencionalidad política o comercial; que hayan participado en otros concursos o hayan sido premiadas anteriormente; que no cumplan con las condiciones establecidas en la presente convocatoria.

Derechos de autor:
Quienes participen en el presente concurso autorizan a Bioética para Todos a publicar y difundir sus trabajos. En dicho sentido, las y los participantes manifiestan, bajo protesta de decir verdad, ser titulares de los derechos de los trabajos que se entregan para efectos del Tercer concurso Bioetica para Todos y autorizan a Bioética para todos a titulo gratuito, que utilice con su crédito de autor su trabajo para su exhibición por cualquier medio electrónico o impreso.

Premiación:
Los trabajos semifinalistas serán publicados en nuestra Redes Sociales a partir el 15 de octubre. Los trabajos con mayor número de likes obtendrán un puntaje de evaluación del publico, sin embargo no será quien determine al ganador. Solamente se premiará a los tres primeros lugares que designe el jurado y se otorgará un premio económico de $5,000.00 (cinco mil pesos 00/100 mn) al terce lugar, $8,000.00 (Ocho mil pesos 00/100 mn) al segundo lugar y $15,000.00 (Quince mil pesos 00/100 mn) al primer lugar. La publicación del ganador se darán a conocer el 15 de noviembre de 2019 en la página de Facebook de Bioética para todos y la entrega de los premios será publicada posteriormente

Tareas y exámenes de nuestros hijos
Tareas y exámenes de nuestros hijos

Una de las tareas más difíciles con las que se enfrentan los padres, y en especial las mamás es la la tarea de nuestros hijos y la preparación para los exámenes.

He escuchado afirmaciones de mamás tales como: mañana tengo examen de historia…están muy difíciles las matemáticas de este año…no he terminado de hacer el trabajo para mañana.    ¡Como si fueran ellas quienes están cursando primaria o secundaria!

No es fácil enseñar a nuestros hijos a estudiar y cumplir con las tareas diarias de la escuela.     Un valor que como padres debemos de fomentar en estos años es la responsabilidad, para que durante los primeros años reciban nuestra ayuda, y que poco a poco aprendan a hacerlo solos.

Ahora que inicia el año escolar, comparto contigo algunos consejos prácticos para ayudar a tus hijos a que cumplan con las obligaciones de la escuela:

  1. Busca un lugar apropiado: un espacio iluminado, agradable, limpio, con un escritorio y una silla cómoda. De preferencia, que sea en el mismo lugar.
  2. Decoren juntos el lugar: se recomienda que si es posible lo pintes de amarillo, porque es un color que estimula la actividad cerebral; colocar recipientes de colores para el material y ya sea una planta o un florero, que sea un lugar especial.
  3. Coloca una repisa: es importante tener un espacio especial para libros de referencia y consulta, como el diccionario o libros de consulta. Es conveniente conservar algunos libros de los hermanos mayores para que sean reutilizados.    Imprime el calendario escolar para que le sirva de guía.
  4. Tiempo específico: el niño debe saber que cuenta con un tiempo determinado; un reloj cerca puede ser de gran ayuda para que se de cuenta de cuanto tiempo le queda.
  5. Establece un horario específico: se recomienda ya sea después de comer o poco más tarde, pero tener un momento para hacer la tarea.
  6. Detalles: asegúrate que antes de empezar, se haya lavado los dientes, las manos y haya ido al baño para evitar que se esté levantando.
  7. Evita aparatos electrónicos: televisión, celular, video juegos, música o alguna otra distracción, que los impida concentrarse en su tarea.
  8. Utiliza la computadora: cuando ya tengan la edad suficiente puede ser una herramienta poderosa y de gran ayuda para los niños y los papás.
  9. Prepárate para el uso de nuevas herramientas electrónicas: como papás no debemos quedar rezagados para poder apoyarlos en la ejecución de sus tareas y trabajos.
  10. Evita celulares: permitir llamadas solo si son empleadas para preguntar algo sobre el examen o la tarea.
  11. Elimina las distracciones posibles durante el tiempo de estudio: observa que hace que tu hijo o hija se distraiga para que puedas quitarlo de su vista. Cada niño es diferente.
  12. Ten artículos escolares en la casa: pon a su alcance lo que vaya a necesitar: colores, tijeras, pegamento, hojas. Los niños buscan cualquier excusa para no hacer la tarea o estudiar.
  13. Permanece cerca cuando hacen la tarea o estudian: solo vigila, es muy importante que NO la hagas tu, sino ellos.
  14. Enseña a tu hijo-a a ser organizado: esto ayudará a que haga la tarea más rápido y a que sepa como estudiar.
  15. Se ejemplo para tus hijos: mientras hacen la tarea, lee o haz algún trabajo para que se dé cuenta que también realizas disciplinadamente tus cosas.

Cuando son pequeños debemos ayudarlos, y alrededor de los diez años, en cuarto de primaria, debemos irlos soltando para que sean ellos quienes aprendan a cumplir y no nosotras.

Recuerda, la responsabilidad la aprenden en esta etapa de la vida, y de ella dependerá su actitud ante el trabajo cuando sean adultos.

La tarea es de nuestros hijos, no de los padres.

Autor: Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.

Correo: cervantes.lucia@gmail.com

Sitio web: www.lucialegorreta.com  

Facebook:  Lucia Legorreta

El pobre NO es pobre porque quiere
El pobre NO es pobre porque quiere

«Para poder sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe. La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades
nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera».

Papa Francisco

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 1 es poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo y entre sus metas incluye crear oportunidades para empleos buenos y decentes y asegurar los medios de vida, apoyar prácticas inclusivas y negocios sostenibles y promover mejores políticas gubernamentales e instituciones públicas justas y responsables.

Pero, ¿Qué es la pobreza? La Organización de las Naciones Unidas (ONU) la definió en 1995 como una condición caracterizada por una grave carencia en las necesidades humanas básicas, incluyendo alimentación, agua potable, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación e información. No sólo depende del ingreso, sino también del acceso a los servicios.

Hace unos días estaba pensando sobre cual tema escribiría mi artículo de este mes para Bioética para Todos, me llegó la idea cuando platicaba con un amigo que tiene 11 años de edad, hijo de una querida amiga. En la conversación el afirmó que los pobres son pobres porque quieren y me expuso sus puntos de vista. Decidí escribir sobre este tema para apoyar la toma de conciencia en cuanto a la pobreza y nuestra corresponsabilidad, conocer la realidad es el primer paso para poder cambiarla.

Los pobres serían los responsables de su pobreza si todos hubiéramos nacido con las mismas oportunidades y en el Estado de bienestar impulsara el crecimiento económico y la cohesión social que garantice el orden, la justicia y el buen funcionamiento de la sociedad.

Los resultados obtenidos en cuanto a la reducción de la pobreza han sido sobresalientes en las últimas décadas. El mundo logró cumplir la meta del primer Objetivo del Milenio, disminuir a la mitad para 2015 la tasa de pobreza registrada en 1990, alcanzándola en 2010, cinco años antes del plazo previsto. Pero aún siendo así la cantidad de personas que viven en condiciones de pobreza extrema en el mundo sigue siendo inaceptablemente alta. La mayoría de las personas pobres del mundo viven en zonas rurales y tienen escasa instrucción, trabajan principalmente en el sector de agricultura y son menores de 18 años.

Si conservamos el rumbo actual está en riesgo alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible, el mundo no será capaz de erradicar la pobreza extrema para 2030, lo cual se debe a que cada vez es más difícil llegar a las personas que viven en la pobreza extrema,
dado que con frecuencia se encuentran en países con continuos conflictos y en zonas remotas. El acceso a la educación, servicios de salud, electricidad, agua potable y otros servicios fundamentales sigue estando fuera del alcance de millones de personas,
frecuentemente por razones socioeconómicas, geográficas, étnicas y de género y si a ello le sumamos el componente de la corrupción de los funcionarios públicos el presupuesto destinado por el Estado para combatir éste flagelo se va por el caño.

No todo es responsabilidad del gobierno, la mano invisible que mueve el mercado debe encontrar su contraparte en una mano visible, humana y generosa que ayude a salir de la condición de pobreza a quienes tenemos la posibilidad de alcanzar, podemos tocar muchas vidas si nos lo proponemos. En este sentido la Biblia nos da un mensaje muy claro en cuanto a elegir la opción por ayudar al pobre: Si alguien no tiene ropa ni comida, y tú no le das lo que necesita para abrigarse y comer bien, de nada le sirve que tú le digas «Que te vaya bien, abrigate y come».

Seguramente te preguntaras como puedes ayudar, pues bien, te dejo estos sencillos consejos que todos podemos practicar.

1 Informate para que no pienses que el pobre es pobre porque quiere, juzgar a la gente por su condición o ignorar la pobreza a tu alrededor no ayuda.

2 Haz donaciones, puedes renunciar a algo especial para ti en este mes como por ejemplo comprarte esa prenda nueva de ropa o comprar el café costoso. El dinero que ahorras puedes donarlo a una organización o directamente a una persona pobre. Además de dinero también puedes donar alimentos, prendas de vestir o medicamentos.

3 Haz trabajo voluntario, no importa que tengas muchos compromisos en la escuela o en el trabajo, siempre disponemos de tiempo. Puedes dedicar 2 o 3 horas a la semana para dar un curso sobre cómo hacer el currículum vitae o desarrollar habilidades computacionales o como crear alguna actividad productiva como producir algún alimento o artículo para vender.

4 Apoya a los legisladores que impulsen leyes o proyectos de ley para ayudar a los pobres.

5 Escribe una columna en algún periódico, revista o blog que contribuya a la toma de conciencia para ayudar a los pobres. También puedes hacerlo en tus redes sociales.

Álvaro Alarcón Tabares es maestro en Derechos Humanos por la CNDH y maestro en Responsabilidad Social por la Universidad Anáhuac.

Twitter: alvaroalarcon_
Instagram: alvaroalarcon_

Conflictos de interés en Bioética Clínica
Conflictos de interés en Bioética Clínica

Tener intereses personales ante una situación es algo no sólo natural si no, bueno ya que nos impulsa a buscar un objetivo determinado; sin embargo, cuando se tienen intereses que conducen a ganancias secundarias en una situación donde la vida, salud e integridad de otra persona debieran ser los principales móviles resulta cuestionable desde la ética

Es frecuente que en un caso clínico, las personas busquen otros fines que pueden confundir e incluso disfrazar del bien del paciente; así, se pueden presentar los conflictos de interés que se dan cuando alguna de las partes involucradas quiere o desea un beneficio secundario a determinadas acciones. Es necesario aclarar que siempre son intencionales, es decir, la persona sabe o es fácil hacerle ver que en realidad está buscando un interés que le conviene a él o a ella en particular pero que, por ello, pueden estar desviando su juicio o su decisión del bien objetivo al que hay que dirigir todos los esfuerzos.

No hay que entender que tener conflictos de interés en el área clínica sea siempre malo, si se buscan ganancias que, además, traerán un beneficio hacia el paciente, estos se convierten en una herramienta que facilita llegar al éxito en el tratamiento siempre y cuando sepamos abordarlos adecuadamente.

Los conflictos de interés los pueden presentar el propio paciente, la familia, el médico o profesional de la salud o bien la institución. Pueden ser en relación a protocolos de investigación, requerimientos o deseos personales, escasez de recursos, etc. Así mismo, surgen bien sea ante la discrepancia en diagnósticos o tratamientos y pueden o no poner al paciente en algún riesgo de sufrir un daño. Por ello la importancia de establecer lineamientos éticos para su buen manejo en caso de presentarse.

Se aconsejan a continuación cuatro líneas de acción para tratar adecuadamente los conflictos de interés:

1.- Asegurar los intereses del paciente (el mejor y mayor interés del paciente).

Hay que recordar que lo primero y principal que debe guiar la toma de decisiones debe ser el bien del paciente aún con independencia de lo que éste pueda desear para sí mismo en caso de que solicite algo que no le ocasionará beneficios o lo pondrá en riesgos innecesarios.

2.- Hablar claramente sobre el conflicto de interés. Declarar cuando alguien tiene un conflicto de interés (personal, profesional, económico), ayuda a identificar posibles riesgos y valorar la objetividad de las decisiones tomadas. Además, es preciso que se mantenga al paciente informado de su participación en acciones en las que se buscan otros fines como lo es en un protocolo de investigación y que se cuente con su consentimiento.

3.- Proteger al paciente de cualquier daño o riesgo posible. Se deben valorar los riesgos o posibles daños que el conflicto de interés pudiera ocasionar y deberán suspenderse de inmediato aquellas acciones que lo generen aún habiendo contado con el consentimiento inicial. Ningún conflicto de interés, ni si quiera previamente declarado, deberá quedar por encima del bienestar, de la integridad y de la dignidad del paciente.

4.- Establecer reglamentos (límites) que prohíban determinadas acciones o situaciones en detrimento del paciente. Parte importante es la prevención, así, se establecerán acciones preventivas que orienten la actuación de los agentes involucrados en posibles conflictos de interés.

En conclusión, es necesario que se fomente la comunicación y el diálogo respetuoso y honesto entre todos los agentes involucrados en un caso clínico, que se legitimen sus derechos así como sus deseos e intereses pero nunca a costa del bienestar del paciente. El bioeticista clínico deberá, por ende, favorecer un clima en que se puedan tomar decisiones objetivas y que, en caso de haber conflictos de interés, se declaren y se evalúen en base a sus posibles consecuencias.

Autor: Dra. Ma. Elizabeth de los Rios Uriarte

Verdaderas razones por las que los matrimonios se separan
Verdaderas razones por las que los matrimonios se separan

Cada vez vemos a más parejas que se separan o se divorcian.  Al acercarte a ellas y preguntarles el porque,  la mayoría responden: la cosa no funcionaba…no nos entendimos…mi cónyuge a cambiado…no me dejaba espacio para mi… somos demasiado distintos, o la famosa incompatibilidad de caracteres.

Una de las razones más tristes por la cual un matrimonio fracasa es que ninguno de los cónyuges reconoce su valor hasta que ya es demasiado tarde:   al firmar los papeles de divorcio, repartir los bienes, vivir en departamentos separados, realizan lo mucho que han perdido.

Comparto contigo algunas de las causas reales de estas rupturas, que no quiero decir que son justificables, pero suceden a menudo:

  1. Se busca la propia realización: solo existe la perspectiva del yo, cada uno piensa en sí mismo; se utiliza al cónyuge para realizarse uno mismo,  siendo que el matrimonio es la constitución de algo nuevo en donde no cabe el egoísmo.

  1. No hay conocimiento recíproco: se casan muy jóvenes o con un noviazgo demasiado corto.   Falta fundamentar el amor en un conocimiento mutuo,  ya que en el matrimonio el hombre y la mujer se van conociendo de una forma mucho más realista.

  1. Expectativas exageradas: esperar demasiado del matrimonio, pensar que el noviazgo va a durar toda la vida.     Imaginar que el cónyuge es perfecto, o bien que el casarse puede solucionar los propios problemas familiares o sociales.     Sabemos que la vida en común no es así.

  1. No tener tiempo para estar juntos: es algo que está sucediendo con las parejas actuales:  tienen poco tiempo tranquilo para convivir, dialogar, distraerse, mostrarse afecto.  Viven uno al lado del otro, pero como extraños, sus vidas se asemejan a dos líneas paralelas.

  1. Más hijo/hija que cónyuge: intervienen las familias políticas, la presencia de los suegros es excesiva.  No han logrado ser independientes del padre o de la madre y esto provoca molestias, insatisfacción y pleitos,  cuando el casarte es formar una nueva familia distinta a las de origen.

  1. Falta de conciencia de la diversidad del cónyuge: este es uno de los motivos más comunes y profundos:  no conocer la forma de ser de un hombre o de una mujer.

  1. Falta de comunicación: matrimonios que viven juntos, pero no comunican sus pensamientos, emociones, miedos o metas.   Hablan superficialmente, pero no llegan a lo profundo de su ser.

  1. Faltas de respeto: amor y respeto, no existe uno sin el otro:   gritos, groserías, ademanes, la relación va perdiendo valor.   Si en realidad hay amor, no se hiere a la persona.

  1. Dinero: falta de estabilidad económica. No me refiero a tener mucho dinero, sino a que exista suficiente para vivir adecuadamente y de una forma constante. De aquí la importancia de contar con un trabajo digno y seguro.

  1. Pérdida de confianza: celos exagerados, control con los amigos, la familia, el trabajo daña muchísimo a una relación.

  1. Rutina: hacer siempre lo mismo en diferentes aspectos:  vida diaria, conversaciones, vida sexual, diversiones, etc.   Un buen matrimonio debe luchar contra la rutina.

  1. No perdonar: en la convivencia diaria se viven situaciones constantes que requieren del perdón de uno hacia el otro.    El que no perdona vive lleno de rencores y resentimientos que pueden acabar con la relación.

  1. Abandono moral: ya sea por el trabajo, los amigos, la familia política u otras causas se abandona totalmente al cónyuge, la relación se convierte en una total indiferencia.

Ahora bien, hay razones muy fuertes que llevan a un matrimonio a tomar la difícil decisión de divorciarse:   infidelidad, violencia, alcoholismo u otra adicción, pero estoy convencida que muchas de las causas mencionadas al principio tienen solución y se puede evitar el rompimiento.

Te invito hoy a preguntarte:

         ¿Cómo está mi relación en este momento?

         ¿Soy feliz con él o ella?  ¿Es feliz ella o él conmigo?

         ¿Qué tanto tiempo pasamos juntos?

         ¿Qué puedo cambiar o mejorar con mi pareja?

Recuerda:   ¡todos podemos ser mejores cada día!   El amor no es estático,  sino está creciendo, implica que va disminuyendo.

Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com.   Facebook:  Lucia Legorreta