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Etiqueta: Bioética para todos

Bioética y Psicología
Bioética y Psicología

La bioética es la rama de la ética dedicada a proveer los principios para la conducta más apropiada del ser humano con respecto a la vida, tanto de la vida humana como del resto de seres vivos, así como al ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la misma. La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento , la mente y los procesos cognitivos de las personas. Los psicólogos tratan con personas y su meta es mejorar la calidad de la salud mental de sus pacientes, y por ende se deben de aferrar a una serie de reglas éticas y morales, respetando así la bioética y la integridad humana de las personas.

Los seres humanos por definición somos seres bio-psico-sociales y tenemos derecho a ser tratados con dignidad, respetando todos los aspectos de la vida, incluidos los aspectos psicológicos. un buen profesional de psicología debe cumplir con criterios como los siguientes: beneficencia, fidelidad y responsabilidad, integridad, justicia y respeto por los derechos y la dignidad de todas las personas, reconociendo y respetando las diferencias culturales e individuales, incluyendo las relativas a la edad, el género, la etnia y la cultura, el origen nacional, la religión, la orientación sexual, la discapacidad, el estatus socio-económico, etc. El acuerdo entre un paciente de psicoterapia y un psicólogo debe de ser igual que aquel entre un paciente médico y un fisiólogo: se debe buscar hacer mayor bien respetando el valor y la integridad de la vida.

Los dilemas éticos que se generan en el campo de la salud mental son muy amplios y complejos e incluyen desde las dificultades de pensar en la aplicación del consentimiento informado en personas con autonomía e independencia disminuida.

Erich Fromm, en su obra “Ética y Psicoanálisis”, afirma que la ética no puede desvincularse del estudio de la persona puesto que los juicios de valor que elaboramos determinan nuestras acciones, y sobre estas descansan nuestra salud mental y nuestra felicidad.

Fromm ve una relación directa entre ética y psicología, hasta el punto de sostener que los síntomas neuróticos que muchas personas sufren son expresiones específicas de un conflicto moral.

De esta manera, la ética incide sobre la psicología, pero también sucede lo contrario: para el éxito de la terapia será determinante la capacidad del terapeuta para comprender el problema moral del paciente y de esa manera poder solucionarlo.

Es sumamente importante adherirse a una serie de reglas éticas y morales en observancia con la bioética para asegurarse que el tratamiento e intervención psicológica que se ofrece a las personas respete la vida y la dignidad del paciente. La bioética nos ayuda a pensar.

Nos puede enseñar a razonar con rigor, de tal manera que podamos explicar y argumentar por qué tomamos esta decisión y no otra. También nos va a facilitar el análisis de por qué nos hemos equivocado en una determinada actuación. La formación en ética clínica nos proporciona herramientas intelectuales para someter nuestras razones a la prueba de la crítica.

La bioética debe de ser una gran parte del conocimiento  intelectual y moral de respeto al ser humano para evitar que, al cuidar de su salud, caiga en las garras de intereses particulares, científicos o económicos, lo cual, Es decir la bioética y la psicología deben de estar al servicio de la dignidad humana de cada uno de los pacientes.

Autor: Santiago Gorozpe Camargo

La colmena de la ética Aprendamos de las abejas
La colmena de la ética Aprendamos de las abejas

Las abejas son una especie que trabaja en conjunto como sociedad. Y a su vez favorece a otras especies que se encuentran en su entorno: como las flores, y al mismo humano.  Cada una de ellas, dentro de la colmena, están dispuestas a jugar el papel que se les ha sido asignado. Su sociedad es como un reloj suizo que lleva un ritmo preciso para poder alcanzar los objetivos. Juntos como sociedad trabajan, como diría Emilie Durkheim con una solidaridad mecánica, donde se dividen y se estructuran a partir de su funcionalidad. Trabajando como engranes para que al final la sociedad de las abejas se mueva hacia una armonía de todos para todos.

La reina tiene un trabajo especial, siendo única dentro de la sociedad, es quien se reproduce tantas veces sea necesario para las necesidades de la colmena.

Por otra parte, encontramos a las obreras, estas son la fuerza del grupo, y las que buscan la homeostasis social. Son las que salen en busca de polen y las que construyen y mantiene la colmena.

Por último, pero no menos importante, están los zánganos, abejas que dan su vida para la reproducción de más abejas obreras.

Podemos ver que todas tiene sus papeles —una subsidiaridad social—, y en conjunto forman el integrante más importante, la colmena. Es el más importante porque se conforma de todos y todos se conforman de ella, sin ella no podrían estar protegidos ni de los demás ni de ellos mismos.

La colmena es una armadura perfectamente estructurada, en la que no se conforma ni por cuadrados, ni por círculos, si no por hexágonos; una nueva vertiente de pensamiento donde las cosas no son de un todo absoluto ni relativo. Sino que es una unidad de pensamiento basada en el respeto y el trabajo en equipo.

Este último integrante se alimenta del trabajo arduo de las abejas obreras, quienes a pesar de recibir el nombre de “obreras” las vemos como una sociedad en general, de la cual cada uno de los miembros cuenta con un papel fundamental para el cumplimiento de las necesidades de la colmena.

Sin embargo, la colmena tiene una debilidad, sus propios miembros. Por naturaleza, esta está hecha de cera, la cual soporta hasta los 37ºC, después de eso se derrite. Ante este peligro, las abejas obreras se empapan de agua y mantiene fresca la cera que conforma la colmena.

La fuerza de esta estructura no se la da su material, sino los miembros que habitan en ella. Si fuera por ella sola, en pocos días moriría. Son las mismas abejas quienes trabajan por mantenerla viva.

La vida dentro de la colmena se la da el trabajo de las abejas, para que esta se mantenga sana, se requiere de una solidaridad y una aceptación del trabajo de cada una de las ellas.

Autores como Camilo José Cela Conde han publicado y utilizado la metáfora de “La Colmena” como protesta entre clases sociales. Sin embargo, en esta ocasión se utilizará como unión y fortaleza de nuestra sociedad.

No son los obreros los que están abajo, sino los que mantienen la colmena viva. Los obreros somos todos, todos los que nos levantamos día a día en búsqueda de elementos que fortalezcan nuestra sociedad. Que nos levantamos en busca de fortalecer nuestra ética, ya que esta es la única que puede servir como agua para que nuestra colmena no se derrita.

Vemos a una sociedad humana la cual se base en el poder, sin saber cuál es realmente el papel de cada quien. Sin importarnos que todos pertenecemos a la misma colmena, solemos trabajar cada quien por nuestro lado y de forma apática.

Pero hay que darnos cuenta que nuestra colmena está por llegar a los 37º C y después de esto no hay vuelta atrás. Así como la clave de las abejas para que su colmena se mantenerla fresca es trabajar en equipo como una sola, nosotros debemos de empaparnos de los principios éticos que nos permitan refrescar nuestra colmena. Una vez dijo Ayad Akhtar “El secreto de una vida feliz es el respeto. Respeto por ti mismo y respeto hacia otros…” Es por ello que nuestros principios éticos deben de ser de uno para los demás, evitando el mal, obrando con el bien, tratar a los demás como te gustaría ser tratado, aceptar a los demás, evitar juzgar a la persona, pero si a sus actos, entre muchos otros.

Podemos juntarnos y ser más fuertes, no para luchas contra nuestros enemigos, sino para no derretirnos a nosotros mismos.

Autor: María Gabriela Conde Lazos y Mustieles

Vulnerabilidad, sociabilidad y bioética
Vulnerabilidad, sociabilidad y bioética

“La vulnerabilidad es el lugar de nacimiento de la conexión y la ruta de acceso al sentimiento de dignidad. Si no se siente vulnerable, el intercambio probablemente no es constructivo”

 – Brene Brown –

La Bioética es “la rama de la ética aplicada que reflexiona, delibera y hace planteamientos normativos y de políticas públicas para regular y resolver conflictos en la vida social, especialmente en las ciencias de la vida, así como en la práctica y en la investigación médica que afectan la vida en el planeta, tanto en la actualidad como en futuras generaciones” (CONBIOÉTICA, 2014).

Esta definición, aunque correcta, es teórica, y la bioética se vive en el día a día, ya sea en situaciones propias o ajenas y en la mayor parte de las decisiones que tomamos.   Desde lo que se come, se usa y cómo nos relacionamos y tratamos a otros seres.

En la actualidad el uso de las redes sociales es excesivo, pues dejan de ser una herramienta y se convierten en un estilo de vida, si no es que, en una vida ´paralela´, en donde se proyecta el ideal de la persona, más que su realidad. En este proceso, en que se olvida la realidad, los defectos y la imperfección de los demás, se enfatiza el defecto propio. Con esta situación la vulnerabilidad y las relaciones humanas se vuelven cada vez más superficiales. Se busca cubrir la propia vulnerabilidad y encontrar la de los demás, de esta forma las relaciones humanas se debilitan, mientras que las que no tienen riesgo se potencializan.

La relación con los animales se ha humanizado en los últimos años, se les da a éstos el cariño y amor que no se tiene el valor para darle a los seres humanos. Los animales solo regresan amor, la relación no representa ningún riesgo, pues lo que se da, es recíproco. No hay miedo de ser rechazado y el cariño que se da se tiene de regreso.

La bioética tiene una base en el trato de la persona y la vida que le rodea, este trato cambia con el tiempo, sin embrago, siempre es importante cuestionar los sucesos, conductas y ritos de la sociedad en la que se está inmerso, por lo que se invita a la reflexión de lo siguiente:

¿Por qué empezamos a conectarnos con los animales y a separarnos de las personas? ¿Qué tiene la relación con el animal qué no tiene la del hombre? ¿Por qué se le prefiere? ¿Qué es lo que nos da tanto miedo de las relaciones humanas? ¿Por qué no se tolera la frustración y se crece con el dolor?

Autor: Evelyn Sa

Adultos mayores en nuestra familia
Adultos mayores en nuestra familia

En cada uno de nosotros existe el temor, pequeño o grande, de envejecer, pero no perdamos de vista que la vida está enriquecida por el conjunto de todas sus etapas:  niñez, adolescencia, juventud, madurez y vejez.

El adulto mayor enfrenta grandes retos que las nuevas generaciones no entienden.   Se ignora a los viejos, se siente impaciencia con ellos.

No nos damos cuenta de que nuestros adultos mayores están tan vivos como cualquiera y sufren el rechazo del que en ocasiones son víctimas. Hay que apreciar las duras batallas que enfrentan para adaptarse a las pérdidas y buscar su nueva identidad.

Es necesarios promover un cambio de mentalidad en las personas de la tercera edad y en quienes conviven con ellas.

La discriminación hacia los adultos mayores y la falta de valoración de sus cualidades debe atacarse desde la familia para producir un cambio cultural.   Una familia sin adultos mayores tiene una historia incompleta.

Hay que estar conscientes de que el proceso de envejecimiento abarca todos los aspectos de la vida humana.      Hay quienes tienen vitalidad física y psíquica para afrontarlo, algunos se resignan y otros más se abandonan y el deterioro los vence.

Abordar los retos de envejecer implica realizar un esfuerzo sostenido que se manifiesta en el cuidado de la alimentación, la salud y la estabilidad emocional.

Envejecer implica un desafío para el que envejece y para los que lo rodean.    Hay que mantener una actitud abierta que no compare lo que se hace con lo que se hacía;  lo importante es aprender a disfrutar el nuevo ritmo de ejecución.

Hay que aprovechar las posibilidades de examinar con objetividad y serenidad los logros y fracasos obtenidos a lo largo de la vida, para conservarlos, disfrutarlos y aprender de ellos.

Debemos fomentar como familia y como sociedad un cambio de actitud ante el anciano.   La familia debe reforzar sus lazos y la sociedad debe propiciar una cultura de aceptación e integración del adulto mayor.

Algunas propuestas para lograr que nuestros adultos mayores vivan en plenitud son:

  • Alentarlos a emprender proyectos inmediatos que los mantengan con una actitud positiva.
  • Motivarlos a evaluar sus logros de tiempos pasados para que puedan seguir aplicándolos en el presente y que asuman de la mejor manera su papel de consejeros.
  • Ayudarlos a aceptar las consecuencias del proceso de envejecimiento y a no sentirse inútiles. Podemos recomendarles actividades de servicio a los demás.
  • Ayudarlo a evitar el pesimismo y los pensamientos negativos.
  • Compensar con cariño sus ratos de soledad y generar en ellos el sentimiento de pertenencia a la familia.
  • Ayudarlos a reconocer sus capacidades y limitaciones, y a cambiar de rol aceptando su dependencia cuando sea necesario, brindándoles apoyo sin menoscabar su dignidad e individualidad.
  • Acompañarlos a mirar al pasado y a aceptar su historia, a f in de que perciban con claridad lo que han cultivado a lo largo de su vida.
  • Propiciar que conserven intereses propios y que aprovechen el tiempo para el cultivo de amistades y para el esparcimiento.
  • Asumir la responsabilidad del bienestar de los padres: cuidado físico, económico, afectivo y de integración social, comprendiendo que es un privilegio cuidar de ellos y devolverles algo de lo mucho que hicieron por nosotros.

Aunque todavía falta mucho por hacer, como sociedad hemos avanzado en el cuidado y respeto a los adultos mayores a través de diversos programas de apoyo  (descuentos, beneficios en alimentación, salud, pensiones, etc.), así como portales de información (bolsa de trabajo, beneficios fiscales, entre otros), que ayudan a las personas en esta etapa de la vida.

Sin embargo, es en el ámbito familiar donde debemos seguir luchando para que el adulto mayor encuentre en su familia el cariño y apoyo que necesita.

Muy importante es el testimonio que demos a nuestros hijos en el trato hacia los adultos mayores cercanos, principalmente nuestros padres.       Si ellos observan un trato digno y de respeto hacia sus abuelos o parientes mayores, en unos años harán lo mismo con nosotros.

Recuerda: una familia sin adultos mayores, tiene una historia incompleta.    Si de algo estamos casi seguros, es que tarde o temprano todos llegaremos a esa edad, y como vivamos nuestra vejez dependerá en gran parte de cómo somos actualmente con nuestros adultos mayores cercanos y lejanos.

Autor: Lucía Legorreta de Cervantes

Cargo: Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.

Correo: cervantes.lucia@gmail.com

Página: www.lucialegorreta.com  

Facebook: @Lucia Legorreta

1° Concurso Expresa tu sentir
1° Concurso Expresa tu sentir

TEMAS:
Cuidados paliativos, eutanasia, distanasia, ortotanásia, futilidad médica, ensañamiento terapéutico.

Bases:
Presenta tu propuesta creativa en cualquiera de los siguientes formatos:
– Fotografía
– Caricatura
– Pintura
– Infografía
– Cartel

Fecha:
Del 17 de septiembre al 15 de octubre 2019

Premios:
1er lugar: $15,000 MXN
2do lugar: $8,000 MXN
3er lugar: $5,000 MXN

  1. Podrán participar personas de cualquier nacionalidad, mayores de 10 años.
  2. Los trabajaos deberán ser enviados al correo: concurso@bioeticaparatodos.com
  3. Forma de entrega: archivos adjuntos al mail: incluyendo: datos completos del autor (nombre, teléfono, edad nacionalidad y correo eletrónico).
  4. En el asunto del mail: Concurso de Bioética y Cuidados Paliativos.
  5. Los archivo en formato jpg a 300 DPI.
  6. Los trabajos deben ser inéditos y no haberlos publicado anteriormente.
  7. Presentar un texto de entre 100 y 200 palabras explicando la relación que tiene lo que presentan con el tema.
  8. Enviar carta compromiso escrita a mano, en la que se garantice que el trabajo es inédito, original y de autoría de quien los presenta (escaneado junto con su trabajo).
  9. Los ganadores se darán a conocer a través de nuestras redes sociales el 15 de noviembre y la fecha de premiación será publicada posteriormente.

Serán descalificados todos los trabajos que:
Muestren contenido denigrante, ofensivo, agresivo o discriminatorio; tengan contenido explícito o implícito mensajes con intencionalidad política o comercial; que hayan participado en otros concursos o hayan sido premiadas anteriormente; que no cumplan con las condiciones establecidas en la presente convocatoria.

Derechos de autor:
Quienes participen en el presente concurso autorizan a Bioética para Todos a publicar y difundir sus trabajos. En dicho sentido, las y los participantes manifiestan, bajo protesta de decir verdad, ser titulares de los derechos de los trabajos que se entregan para efectos del Tercer concurso Bioetica para Todos y autorizan a Bioética para todos a titulo gratuito, que utilice con su crédito de autor su trabajo para su exhibición por cualquier medio electrónico o impreso.

Premiación:
Los trabajos semifinalistas serán publicados en nuestra Redes Sociales a partir el 15 de octubre. Los trabajos con mayor número de likes obtendrán un puntaje de evaluación del publico, sin embargo no será quien determine al ganador. Solamente se premiará a los tres primeros lugares que designe el jurado y se otorgará un premio económico de $5,000.00 (cinco mil pesos 00/100 mn) al terce lugar, $8,000.00 (Ocho mil pesos 00/100 mn) al segundo lugar y $15,000.00 (Quince mil pesos 00/100 mn) al primer lugar. La publicación del ganador se darán a conocer el 15 de noviembre de 2019 en la página de Facebook de Bioética para todos y la entrega de los premios será publicada posteriormente

Verdaderas razones por las que los matrimonios se separan
Verdaderas razones por las que los matrimonios se separan

Cada vez vemos a más parejas que se separan o se divorcian.  Al acercarte a ellas y preguntarles el porque,  la mayoría responden: la cosa no funcionaba…no nos entendimos…mi cónyuge a cambiado…no me dejaba espacio para mi… somos demasiado distintos, o la famosa incompatibilidad de caracteres.

Una de las razones más tristes por la cual un matrimonio fracasa es que ninguno de los cónyuges reconoce su valor hasta que ya es demasiado tarde:   al firmar los papeles de divorcio, repartir los bienes, vivir en departamentos separados, realizan lo mucho que han perdido.

Comparto contigo algunas de las causas reales de estas rupturas, que no quiero decir que son justificables, pero suceden a menudo:

  1. Se busca la propia realización: solo existe la perspectiva del yo, cada uno piensa en sí mismo; se utiliza al cónyuge para realizarse uno mismo,  siendo que el matrimonio es la constitución de algo nuevo en donde no cabe el egoísmo.

  1. No hay conocimiento recíproco: se casan muy jóvenes o con un noviazgo demasiado corto.   Falta fundamentar el amor en un conocimiento mutuo,  ya que en el matrimonio el hombre y la mujer se van conociendo de una forma mucho más realista.

  1. Expectativas exageradas: esperar demasiado del matrimonio, pensar que el noviazgo va a durar toda la vida.     Imaginar que el cónyuge es perfecto, o bien que el casarse puede solucionar los propios problemas familiares o sociales.     Sabemos que la vida en común no es así.

  1. No tener tiempo para estar juntos: es algo que está sucediendo con las parejas actuales:  tienen poco tiempo tranquilo para convivir, dialogar, distraerse, mostrarse afecto.  Viven uno al lado del otro, pero como extraños, sus vidas se asemejan a dos líneas paralelas.

  1. Más hijo/hija que cónyuge: intervienen las familias políticas, la presencia de los suegros es excesiva.  No han logrado ser independientes del padre o de la madre y esto provoca molestias, insatisfacción y pleitos,  cuando el casarte es formar una nueva familia distinta a las de origen.

  1. Falta de conciencia de la diversidad del cónyuge: este es uno de los motivos más comunes y profundos:  no conocer la forma de ser de un hombre o de una mujer.

  1. Falta de comunicación: matrimonios que viven juntos, pero no comunican sus pensamientos, emociones, miedos o metas.   Hablan superficialmente, pero no llegan a lo profundo de su ser.

  1. Faltas de respeto: amor y respeto, no existe uno sin el otro:   gritos, groserías, ademanes, la relación va perdiendo valor.   Si en realidad hay amor, no se hiere a la persona.

  1. Dinero: falta de estabilidad económica. No me refiero a tener mucho dinero, sino a que exista suficiente para vivir adecuadamente y de una forma constante. De aquí la importancia de contar con un trabajo digno y seguro.

  1. Pérdida de confianza: celos exagerados, control con los amigos, la familia, el trabajo daña muchísimo a una relación.

  1. Rutina: hacer siempre lo mismo en diferentes aspectos:  vida diaria, conversaciones, vida sexual, diversiones, etc.   Un buen matrimonio debe luchar contra la rutina.

  1. No perdonar: en la convivencia diaria se viven situaciones constantes que requieren del perdón de uno hacia el otro.    El que no perdona vive lleno de rencores y resentimientos que pueden acabar con la relación.

  1. Abandono moral: ya sea por el trabajo, los amigos, la familia política u otras causas se abandona totalmente al cónyuge, la relación se convierte en una total indiferencia.

Ahora bien, hay razones muy fuertes que llevan a un matrimonio a tomar la difícil decisión de divorciarse:   infidelidad, violencia, alcoholismo u otra adicción, pero estoy convencida que muchas de las causas mencionadas al principio tienen solución y se puede evitar el rompimiento.

Te invito hoy a preguntarte:

         ¿Cómo está mi relación en este momento?

         ¿Soy feliz con él o ella?  ¿Es feliz ella o él conmigo?

         ¿Qué tanto tiempo pasamos juntos?

         ¿Qué puedo cambiar o mejorar con mi pareja?

Recuerda:   ¡todos podemos ser mejores cada día!   El amor no es estático,  sino está creciendo, implica que va disminuyendo.

Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer. cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com.   Facebook:  Lucia Legorreta

¿Qué es la fecundación asistida?
¿Qué es la fecundación asistida?

Una de las razones más importantes para que una pareja recurra a las técnicas de fecundación asistida es la infertilidad o esterilidad.

Actualmente, se emplea el término de infertilidad o esterilidad indistintamente, aunque, para algunos autores, no quieren decir lo mismo.

Desde el punto de vista médico, infertilidad es la imposibilidad de tener hijos vivos, siendo posible la fecundación, y por tanto, el desarrollo del embrión o feto. En cambio, la esterilidad, es la imposibilidad de efectuarse la fecundación, y esta alteración puede ser irreversible.  En este artículo utilizaré el término infertilidad para los dos conceptos.

La infertilidad que sufren algunas parejas puede tener diversas causas aunque se sabe que el 20% de las parejas suelen presentar una infertilidad idiopática, es decir, que no tiene causa conocida. Entonces, el primer paso para lograr tener un hijo es buscar un diagnóstico certero.

La fecundación asistida, también llamada fecundación artificial, no es propiamente una terapia para curar la infertilidad, sino una técnica para lograr una fecundación y un embarazo. La expresión “fecundación asistida” agrupa a la Inseminación Artificial, que se lleva a cabo dentro del cuerpo de la madre, y a las Técnicas de Reproducción Asistida (TRA), que se llevan a cabo fuera del cuerpo de la madre. A esta distinción hay que añadir la que proviene del origen de los gametos: Homóloga, cuando los dos gametos proceden de la pareja y heteróloga, cuando al menos uno de los gametos no procede de la pareja.

Ahora bien, cuando se analiza éticamente cualquiera de estas técnicas hay que tener en cuenta dos distinciones generales: la presencia o no de la técnica en el acto mismo de la concepción, y la relación biológica entre los padres y el concebido. Cada técnica ofrece además sus aspectos particulares a tener en cuenta a la hora de hacer un juicio ético.

La inseminación artificial, se lleva a cabo mediante una inyección intravaginal de líquido seminal. Dicho en otras palabras, se trata de un sencillo proceso que consiste en depositar semen en el fondo de la vagina de una mujer que se encuentra en su periodo fértil. Como ya lo mencioné, esta técnica puede ser homóloga (con el semen de la pareja) o heteróloga (con el semen de un donante).

En cuanto a las implicaciones éticas de esta técnica, la Sociedad Italiana de Medicina Social ( en el Congreso celebrado en Salice Terme el 28 de junio de 1959) adoptó, con respecto a la inseminación artificial la siguiente posición: se considera lícita la inseminación artificial intraconyugal (homóloga), y por el contrario, se considera ilícita y éticamente inadmisible, la inseminación artificial heteróloga.

Por otro lado, la fecundación in vitro o extracorpórea consiste en reproducir, con técnicas de laboratorio, el proceso de fecundación del óvulo que normalmente ocurre en la parte superior de las trompas de Falopio, cuando obstáculos insuperables impiden que este fenómeno se realice dentro del útero. En otras palabras, la concepción se realiza en el laboratorio, y el embrión obtenido es transferido a la mujer para que continúe su desarrollo en el útero hasta su nacimiento.

Esta técnica implica la manipulación de embriones humanos en un laboratorio, la existencia de embriones sobrantes congelados, que muchas veces son utilizados en diversos campos de la investigación y en la propia FIV, para superar los límites actuales, ya que se trata de una técnica con una eficiencia muy baja.

Por último, cabe señalar que el legítimo deseo de tener un hijo debe de basarse en la responsabilidad de encontrar las mejores condiciones para su concepción, nacimiento y desarrollo como persona. En estos casos el fin no justifica los medios. Como toda técnica médica la FIVET tiene un fin bueno, pero no se puede justificar este fin sin considerar los aspectos éticos de los medios que utiliza, es por ello que se deben analizar con detenimiento las ventajas y desventajas de esta técnica para determinar si los medios son adecuados.

Autor: Dora García Fernández

Vacaciones: Una oportunidad de unión familiar
Vacaciones: Una oportunidad de unión familiar

Sin duda, una de las temporadas que producen mayor inquietud en las madres y padres que trabajan, es la de las vacaciones escolares. Y es que aún cuando las han atrasado un poco, el momento llegará pronto.

Ante esto, seamos honestas y respondamos ¿me gusta que mis hijos estén de vacaciones?, o ¿mi preocupación durante el trabajo es mayor sabiendo que están en casa?

A unas semanas de que inicien, hay tiempo de planear la situación. Si tienes posibilidad de dejar el trabajo por unos días, ¡házlo! Las vacaciones pueden ayudar mucho a la familia si están bien organizadas.  Al salir de la rutina, tenemos la oportunidad de relajarnos, convivir y conocer más de nuestros hijos. Para ello, no hay porqué salir a un lugar lejano o caro, lo importante es hacer algo diferente en familia, que guste y divierta a todos.

Si el trabajo no te permite salir, es recomendable buscar actividades para los hijos: cursos de verano, actividades deportivas, clases de música, pintura; o en caso de ser ya adolescentes algún trabajo relacionado con sus estudios que les ayude a mejorar como personas.

Al sugerir una convivencia más estrecha con la familia, es posible que surjan algunas reflexiones como: ¿Qué tanto me comunico con mis hijos?,  ¿Qué tanto los conozco de verdad: sus gustos, miedos, aspiraciones y preocupaciones?, o bien hasta reconocer que son mis hijos, los quiero mucho, pero son lejanos a mí. Parte de estos cuestionamientos se pueden resolver identificando el tipo de comunicación que hay en el núcleo familiar.

La comunicación con mis hijos

La comunicación es un proceso dinámico que hacemos todos los días: comunicamos ideas, sentimientos, pensamientos, emociones. Parece fácil pero, según terapeutas reconocidos, el 90% de los problemas familiares son por  falta de una buena comunicación.

No es sólo transmitir información: ¿Cómo te fue hoy? ¿Qué hiciste?,  Mañana tienes que ir a…  o hacer tal cosa. Es realmente saber decirle al otro lo que piensas o sientes y recibir del otro aquello que siente o piensa.

Existen niveles de comunicación en las familias:

– Nivel superficial: viven juntos pero no coinciden, ven televisión pero no hablan o discuten,  los temas que se hablan son banales: ¿Qué tal el clima? ¿Hay mucho tráfico?; el papá trabaja todo el día, la mamá trabaja ya sea en la casa o fuera de ella,  cada hijo anda por su lado.   No hay unión.

– Nivel intermedio: aparentemente están unidos, a veces comparten conversaciones, consejos y opiniones,  no existe intimidad,  cada quien está en su “parcela”.

 – Nivel profundo: se vive en familia, comparten por lo menos una comida al día, hay reuniones familiares, se escuchan, se ayudan y se tienen confianza.

Nuevamente con honestidad, respondamos ¿Cómo es la comunicación con mis hijos?: superficial, intermedia o profunda. Una vez reconocido el modelo, es posible mejorarlo. He aquí algunos consejos para una buena comunicación:

  • Compartir gustos, aficiones, experiencias
  • Hablar con calma
  • Escuchar primero
  • Estar disponible
  • Que todos opinen
  • Corregir a los hijos a solas
  • Alegría y buen humor
  • Respetar a cada miembro de la familia
  • Dar las gracias y pedir las cosas por favor
  • Ser cariñosos y expresivos
  • Ver poco tiempo la televisión
  • Hablar en positivo, evitar las críticas
  • Celebrar fiestas familiares
  • Organizar excursiones, vacaciones y juegos juntos
  • Comer juntos por lo menos una vez al día

Es importante evitar la práctica de ciertas actitudes hacia nuestros hijos como son: burlas, insultos, amenazas, sermones, discusiones sin sentido, juicios, castigos físicos o morales fuertes,  portazos, gritos, caras largas, groserías, callar al otro, o bien, actitudes de indiferencia o superioridad. Estas acciones sólo harán que nuestra comunicación sea cada vez más difícil y lejana.

Con todo esto, te invito a que aproveches el próximo periodo de vacaciones para acercarte más a ellos, para conocer realmente su forma de pensar y de sentir, y que ellos conozcan la tuya,  para que en lugar de que sea una temporada de inquietud, añoremos esta magnífica oportunidad de unión familiar.

Autora: Lucía Legorreta de Cervantes Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.

Correo: cervantes.lucia@gmail.com  

Sitio web: www.lucialegorreta.com

Facebook:  Lucia Legorreta

Explotación sexual infantil y adolescente en el sector de los viajes y el turismo
Explotación sexual infantil y adolescente en el sector de los viajes y el turismo

“La explotación sexual de la infancia constituye una de las realidades más
escandalosas y perversas de la sociedad actual”
Papa Francisco

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 16 es Promover sociedades justas, pacíficas e incluyentes y una de sus metas es poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños.

De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas y de ECPAT (End child prostitution, child pornography and trafficking of children for sexual purposes) cerca de dos millones de niñas, de entre cinco y quince años, son introducidas anualmente en el comercio sexual en todo el mundo. Si bien es cierto que el aberrante flagelo de la Explotación Sexual Infantil es mucho mayor en Asia, recientemente ha crecido de manera alarmante en América Latina.

Los especialistas afirman que lo que excita y estimula a los depredadores sexuales es la fragilidad de los cuerpos de los niños y niñas y el dominio total sobre sus víctimas, además de la proliferación de la pornografía infantil en internet y el aumento de enfermos de SIDA, esta razón impulsa a los “clientes” a buscar servicios sexuales de personas de menor edad.

Las causas del incremento de la problemática en América Latina evidentemente son multifactoriales y tremendamente complejas, involucra factores familiares, culturales, políticos, demográficos y socioeconómicos, sin embargo podemos considerar como las principales causas el aumento de la pobreza y la desigualdad, las migraciones del campo a la ciudad y de las ciudades pequeñas a las grandes metrópolis y la migración hacia Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida, la disfunción de la familia, la falta de protección y respeto a los derechos de la niñez y el ver a la mujer como un objeto y a los hijos como una propiedad. Pero de todos estos factores ninguno contribuye más a fortalecer ésta lacra cómo la corrupción policial y de los funcionarios públicos que tienen la encomienda y el mandato de proteger, promover, respetar y garantizar los derechos humanos. Aunado a este escenario la inexistencia de leyes específicas y su débil aplicación y la negación de la problemática por parte de la autoridades ponen de manifiesto la fragilidad institucional de países como República Dominicana, Cuba, Colombia y México y envía un mensaje de bienvenida a depredadores y pederastas.

De acuerdo con el informe ‘La trata de personas en el Sector Turístico’ de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) 36% de las personas que visitan México con el propósito de tener sexo con menores de edad provienen de Estados

Unidos y Canadá, el 64 % restante incluye en porcentajes mayores ciudadanos de Inglaterra, Holanda y Alemania.

En América Latina, la invisibilidad de la problemática es la mejor aliada de traficantes, proxenetas y abusadores de menores, cómo anécdota personal quiero contarles que a principios de este año conversé con una alta funcionaria del Gobierno Federal que ha trabajado con al menos tres Presidentes de México y durante la conversación minimizó la explotación sexual de niñas niños y adolescentes en el sector de los viajes y el turismo, probablemente por la vergüenza que representa para el gobierno se tiende a ignorar y al no existir oficialmente no es necesario erradicarla.

En ese sentido celebro que hace un par de meses México endureció la pena para quién cometa el delito de turismo sexual infantil, esto aunado al combate a la corrupción seguramente contribuirá a generar un efecto disuasorio al igual que en el Sureste Asiático.
El escritor español José Luis Olaizola cuenta que en su primer viaje a Tailandia conoció a una pequeña niña que no llegaba a los catorce años. Se llamaba Ama. Ella prendió fuego al burdel en el que vivía atrapada sin salida. Cuando la policía la detuvo y el juez la interrogó ella respondió: -“Sería feliz de morir abrasada si conmigo moría también el dueño del burdel”.

Considero que para contribuir a erradicar la explotación sexual infantil en el sector de los viajes y el turismo es necesario que todos los actores, la iniciativa privada, el gobierno y la sociedad civil sumemos esfuerzos teniendo como guía el interés superior del menor y, como en cualquier comercio ilegal, combatir tanto la oferta cómo la demanda.

Álvaro Alarcón Tabares es maestro en Derechos Humanos por la CNDH y maestro en Responsabilidad Social por la Universidad Anáhuac.

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El mejor y el mayor interés del paciente
El mejor y el mayor interés del paciente

Con frecuencia se requiere analizar los casos que comporten un dilema bioético desde alguna de las metodologías de la Bioética Clínica para poder tomar las decisiones que se conciban como correctas y éticas según cada caso particular y no resulta menos frecuente que el bioeticista, al hacerlo, se enfrente a la interrogante sobre el punto de vista desde el cual se deberán emitir las recomendaciones, es decir, si éstas deberán hacerse basándose en la estimación personal del bioeticista y, por ende, en sus propios juicios y valores o bien desde la óptica del paciente que requiere un escudriñamiento más profundo de otros juicios y valores. En términos más exactos, hablaríamos del difícil ejercicio de ponerse en el lugar del otro y decidir desde su jerarquía axiológica.

Así, hay quienes afirman que la objetividad plena es imposible ya que, el bioeticista percibe el caso desde su propia concepción antropológica y ética y por más que haga el esfuerzo de ponerse en el lugar del paciente, nunca lo logra del todo debido a que cada persona tiene sus propias ideas y valoraciones. Por otra parte están los que sostienen que el bioeticista no sólo puede si no que debe emitir recomendaciones basándose en la cosmovisión del paciente y no en la suya, es decir, optando por el “mejor y mayor interés del paciente” aún a pesar de que la opción pudiera no ser la que él/ella elegiría si se encontrara en la misma situación que el paciente.

Así pues, si se analizan las diversas metodologías para el análisis de los casos desde la Bioética Clínica únicamente la propuesta por Bernard Lo propone establecer y analizar los valores de los profesionales de la salud por encima de los valores de los pacientes, esto con la finalidad de que el profesional de la salud no entre en conflicto con actos o procedimientos que comprometan su moral interna. La mayoría de las metodologías, proponen, con diferentes términos, analizar el caso desde el paciente mismo obedeciendo a lo que, en la literatura norteamericana, se denomina “patient’s best wishes”, es decir, el mejor y mayor interés del paciente.

Ahora bien, cabe decir que pensar en el mejor y mayor interés del paciente puede no ser, necesariamente, la máxima de defender su vida a toda costa o continuar tratamientos que no se consideran benéficos para el paciente sólo porque están indicados. A veces, incluso, el mejor y mayor interés del paciente puede ser no iniciar un tratamiento, maniobra, terapia o medicamento; de aquí la importancia de analizar con precaución, como lo hacen la mayoría  de las metodologías, la circunstancia que rodea al paciente: desde su condición y posibilidades de mejora y sobrevivencia, hasta su entorno familiar y social, pasando por si situación económica y su bagaje cultural y religioso considerando siempre que, si se encontrara en todo este análisis, un elemento que afectara considerablemente la salud física, mental o emocional del paciente y la comprometiera, habría que atenderlo y darle prioridad sobre otros.

Por lo anterior resulta imprescindible analizar el caso desde varios ángulos para detectar posibles condiciones que, quizá no sean los motivos principales por los que se discute el caso o por los que se solicitó la consulta de un bioeticista pero sí lo suficientemente fuertes para ver afectada la vida y la calidad de vida del paciente.

En conclusión, si bien es absolutamente imposible obtener la total objetividad de parte de un bioeticista, es imprescindible que se analice todo el entorno del paciente para contar con más elementos que brinden ámbitos de objetividad para tomar aquellas decisiones que más le convengan al paciente, no a la familia, no al profesional de la salud, no a la institución y por supuesto que no al bioeticista si no al paciente mismo dada su enfermedad o condición pero también dado su entorno. El mejor y el mayor interés siempre será del paciente y sólo de éste. 

Autor: Dra. Ma. Elizabeth de los Rios Uriarte